'Miss Peregrine's Home for Peculiar Children', satisfactoria obra menor de Tim Burton
Tim Burton, director apreciado por el público donde los haya, regresa a los cines con su décimo octavo estreno, una adaptación de la exitosa novela juvenil del mismo nombre escrita por el estadounidense Ransom Riggs.Únicamente desconociendo toda la obra de Burton le puede sorprender a uno que este realizador nacido en la misma California decidiera trasladar a la gran pantalla una novela como la de Riggs, que en un principio iba a ser un álbum ilustrado, se publicó hace un lustro y llegó a lo alto de la lista de best sellers de The New York Times en una fecha tan reciente como abril de 2011, en la que llevaba nada menos que cuarenta y cinco semanas seguidas, y aun estuvo unas cuantas más: sus conquistas editoriales eran una garantía para la producción saliese adelante con la financiación adecuada, y las características de la historia le vienen como anillo al dedo a alguien con la personalidad fílmica de Burton.
Este cineasta se ha especializado en la elaboración de películas góticas, es decir, aquellas en las que hay misterio, fantasía y terror, pero de un modo lúgubre, surrealista y muy excéntrico, y del terror muchas veces sólo ha escogido sus elementos visualmente más inmediatos, los roles y las apariencias, despojándolos de lo negativo, lo pavoroso y lo violento y dándoles algo tan inesperado como la empatía y hasta la ternura. De hecho, todo lo que les sería propio les es ajeno en realidad, y suele venir de los otros, de aquellos personajes que emanan normalidad, que incluso lucen un porte modélico y una pretendida corrección, y son ellos los crueles.
Aunque a algunos les sorprenda esto, en pocas ocasiones se ha dejado tan clara la certeza de lo que decía Jean-Paul Sartre de que “el infierno son los otros” como en los filmes de Burton, que se alzó hace tiempo, y sigue así, como el cineasta en defensa de los raros del mundo, de a quienes la sociedad considera anormales y monstruosos, temibles a fin de cuentas, y a los que margina y ataca porque embiste contra lo que no entiende.
Y, aunque en Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children, el enemigo forma parte de ellos, el caso es que los peculiares se esconden de la gente normal por su propio bienestar, y sí vemos lo incomprendidos que son Jake Portman (Asa Butterfield) y su abuelo Abe (Terence Stamp) en el seno de su propia familia, especialmente en lo que respecta a Frank (Chris O’Dowd), padre del primero e hijo del segundo. Este último, por otro lado, nos recuerda al Will Bloom de Big Fish (2003), que siente rencor por el comportamiento de su padre Ed, un culo inquieto como Abe.Los seres extravagantes son los héroes de Burton, y sus aspiraciones, el meollo de sus películas: recordemos también a Vincent (1982), a Edward Scissorhands (1990) o a Ed Wood (1994) y la falta de comprensión con la que se topan, como a ciertos niveles el Willy Wonka de Charlie and the Chocolate Factory (2005), la célebre protagonista de Alice in Wonderland (2010) y el Victor y el Sparky de Frankenweenie (1984, 2012): no nos cabía duda de que Burton estaría a favor de unir al monstruo y a su visionario creador en el mismo bando de los más pintorescos y extraordinarios.
Por eso, no habrá podido resistirse a encabezar un proyecto en cuyo nombre ya se menciona a “los niños peculiares” en los que se centra, y no sólo porque su filmografía esté plagada de personajes así, sino porque él mismo fue uno de ellos; y es que buena parte de su cine es una especie de autodefensa, como los que moran en el hogar de Miss Peregrine (Eva Green) deben defenderse de los renegados que les amenazan, dirigidos por el pérfido y ocurrente Barron (Samuel L. Jackson).
Hay quien considera que Burton se ha ganado el buen nombre más por la estética de sus diseños de producción, sin que este le pertenezca más que a la gran Colleen Atwood, que a verdadero talento narrativo. Pero Atwood lleva trabajando con él desde Edward Scissorhands, y la estética tan característica de Burton la conocemos desde casi una década antes. Además, el cine es un trabajo colectivo, hecho que algunos parecen no entender, y es él quien toma todas las decisiones importantes durante la elaboración de sus películas. Y para que las mejores que ha rodado hasta ahora, como Batman (1989), la misma Edward Scissorhands, Ed Wood para muchos, Sleepy Hollow (1999) y Big Fish, sean como son y nos sobrecojan como lo hacen, alguien con mano experta tiene que mover los hilos.
En Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children vuelve la estética más fantasiosa del cineasta, Atwood mediante, y la imagen de Emma Bloom (Ella Purnell) flotando en lo alto con una cuerda atada al tobillo en manos de Jake puede convertirse fácilmente en icónica de su cine, por mucho que la idea provenga de la novela de Riggs. Y es aquí donde la madurez de Burton como realizador se confirma de veras, si bien era lo que ya apuntaba Big Eyes (2014). Esto quiere decir que parece que sus maneras se han serenado hasta el punto de que el filme parece fluir por sí solo sin audacias, derroches ni estridencias, embarcándonos en una agradable aventura en la que lo insólito es la norma, que entretiene en todo momento y nos conduce a una resolución que satisface.
El guion de Jane Goldman, que igualmente tiene en su haber, por ejemplo, los de Kick-Ass, X-Men: First Class y Kingsman: The Secret Service (Matthew Vaughn, 2010, 2011, 2014), complace pero nunca brilla. Y el reparto cumple bien con su cometido; tanto Butterfield como Green, que sigue midiendo muy bien sus interpretaciones para no excederse en sus ademanes, O’Dowd, el veterano Stamp, Purnell y el resto de los que encarnan a los niños peculiares se muestran del todo competentes y creíbles. Jackson, por otra parte, puede permitirse el lujo del énfasis por el villano engreído en cuya piel se mete; y siempre es un plus contar con alguien como la respetada Judi Dench para el pequeño papel de Miss Avocet, pero se la aprovecha muy poco.
Y podríamos decir que es una pena que Danny Elfman, preferido de algunos, estuviese demasiado ocupado con las composiciones de otros proyectos y no le haya sido posible dotar a este de una de las espléndidas bandas sonoras que suele entregarle a Burton, cuando lo cierto es que la partitura de Michael Higham y Matthew Margeson subraya apropiadamente la acción, aunque no merece mucho recuerdo.
Pero ninguno de los componentes de Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children ha hacen digna de ser recordada; porque, si bien todo contenta, nada destaca especialmente. No pocos aseguran que Burton lleva de capa caída al menos desde Big Fish, y eso sólo porque no ha rodado ningún otro filme de su altura desde entonces, lo cual es cierto, pero las exageraciones en los términos siempre son injustas, y Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street (2007) y Frankenweenie no estuvieron nada mal pese a que no alcancen a sus cotas más altas. Y su última película es un pasatiempo sencillamente disfrutable, que ya es mucho tal como está de lánguido el patio fílmico a día de hoy.7.5No hay duda de que Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children tiene vocación de saga o de trilogía, sobre todo sabiendo que Riggs publicó sendas continuaciones de su novela, Hollow City, en 2014, y Library of Souls, en 2015, y puede que caigan sus correspondientes adaptaciones si esta de Burton funciona bien en taquilla, aunque sea una obra menor de este cineasta y se limite a entretener y no deje demasiado poso. No sabemos si él mismo se encargaría de las continuaciones pero, de ser así, resultaría una sorpresa enorme que levantara el vuelo con ellas para dejarnos tan boquiabiertos como antaño.- La historia le vienen como anillo al dedo a Tim Burton. - Que entretiene en todo momento y su resolución es satisfactoria. - El reparto cumple bien con su cometido. Eva Green, muy medida.- El guión de Jane Goldman complace pero nunca brilla. - La BSO de Michael Higham y Matthew Margeson subraya apropiadamente la acción pero no merece ser recordada. - Lo poco aprovechada que está Judi Dench en su papel de Miss Avocet.
Fuente: Hipertextual
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