RIP BlackBerry: repasamos el auge y caída de un mito
Desde Waterloo, en el sur de Ontario, llegó al mundo una revolución de dispositivos negros. Las BlackBerry se hicieron con el mundo, pero no fueron capaces de mantener el ritmo. Dos décadas después, decimos adiós a BlackBerry, que deja de fabricar terminales.
Primero BlackBerry anunció que abandonaría su sistema operativo propio en favor de Android, y ahora que dejará de producir sus propios smartphones. La compañía que, junto a Nokia, inició la popularización de la primera generación de smartphones ha sido devorada por la segunda generación liderada por Apple y Google.
Qué mejor elogio para una muerte, por muy esperada que sea, que repasar los mejores dispositivos, los que más vidas cambiaron, hechos por los canadienses.
Un inesperado comienzo
Contigo empezó todo. No era más que un pager supervitaminado, que tomó el mundo por sorpresa. Entre 1999 y 2002, más de 50 millones de unidades del 850 y sus sucesores estaban en el mercado.
Funcionaban sobre redes “1G” y ponían en nuestro bolsillo email, el internet WAP y por supuesto, la mensajería SMS. Sus teclados QWERTY y su, por entonces rudimentaria rueda, eran las primeras señas de identidad de lo que vendría.
Primeros pasos
Tres años después, y dando el salto al 2G, llegaba el BlackBerry 5810 a competir directamente con Palm y dispositivos con Windows Mobile. En su pantalla monocromo escondía un montón de funcionalidades y aspectos de la interfaz de usuario que marcarían el mercado de smartphones hasta la fecha.
Mostrando músculo
Vendido como el 7210 en Estados Unidos en 2003, introducía la primera pantalla de color. Mientras Nokia ponía modelos míticos como el Nokia 3210 en el mercado, desde Canadá apostaban por un software mucho más potente, todo en unos preciados 16 MB de almacenamiento.
Sus modelos hermanos, el 7270 y el 7290, venían con una mejorada pantalla, más almacenamiento y sobre todo, incluía lo que entonces era una novedad: Wi-Fi y Bluetooth respectivamente.
Las acciones de BlackBerry se duplicaron tras la salida de estos modelos, y desde Waterloo mostraban un fuerte dominio del mercado empresarial.
Época dorada
La mayoría de los BlackBerry de entonces estaban restringidos a un operador, o unas frecuencias concretas. En 2004, con los modelos 7100 llegaban por fin los capaces de operar desde casi cualquier banda GSM.
Fue también cuando por entonces llegaron las cámaras a los BlackBerry, pero más importante: el trackball. Este pequeño elemento creó una revolución en la interfaz de estos dispositivos, y puso a prueba la destreza digital de millones de sus adeptos.
Todo lo hacían bien en Research in Motion. Todos sus dispositivos eran éxitos de ventas y el público los adoraba: BlackBerry Curve y BlackBerry Pearl eran los iPhone y los Samsung Galaxy de la época. La referencia del mercado.
Valentía
La llegada del iPhone y Android pilló a RIMM —y al resto de la industria establecida— con el pie cambiado, pero no parecía importar. Sus acciones seguían en máximos y subiendo. Esta sensación de valentía desafiante se tradujo en el BlackBerry Bold, posiblemente el BlackBerry más icónico de la historia.
Posteriores revisiones en 2009 y 2010 atrajeron mejoras incrementales de software, teclado, batería, pantalla, etc. Lo esperado. Pero el mundo ya había cambiado, las placas tectónicas del sector del smartphone abrían grietas debajo de su superficie.
Tormentas
Con un nombre, en retrospectiva irónico, paralelamente al éxito de los Bold, RIMM puso en el mercado modelos como el BlackBerry Storm en 2008, o el Torch en 2010, que se centraban en una interfaz táctil.
Este acercamiento fue mal recibido por casi todos los sectores. El software estaba adaptado de forma regular las nuevas interfaces, los usuarios más fieles no veían con buenos ojos las novedades y preferían seguir con sus queridos teclados.
Giro de rumbo
Tras poner en el mercado la nueva BlackBerry Curve —que fue otro éxito de ventas—, los próximos años fueron una época de cambios de dirección en Waterloo.
En 2013 llegaban dos nuevos modelos: el Z10 y el Z30, con el nuevo sistema operativo, BlackBerry 10, pero el dispositivo estaba de nuevo a medio camino. BB10 llegaba tarde y a medio cocinar comparado con iOS y Android. La BlackBerry Q5 mantenía BB10 y el concepto táctil del Z10, pero con un estilo más tradicional y volviendo al teclado dominando el dispositivo.
Los modelos pasaron por el mercado sin pena ni gloria, ante la apatía de los usuarios y una recepción crítica.
Experimentos
Tras varios cambios de CEO, llegó la hora de lanzar espagueti a la pared a ver qué funcionaba. Research in Motion pasó a denominarse simplemente BlackBerry, y aunque se les puede achacar —con razón— falta de previsión y ritmo, hay que reconocer que han intentado casi todo.
Lamentablemente, todo les fue mal. Su tablet, la BlackBerry Playbook fue un producto hecho sobre la marcha y con prisas tras la salida del iPad. El BlackBerry Passport era interesante con su pantalla cuadrada gigante y su teclado multitáctil, pero muy extraño para un mercado que no premiaba los experimentos.
El BlackBerry Leap continuaba la línea del Z10 y el Z30, y el mercado reaccionó con la misma indiferencia. Era el fin de BB10. BlackBerry se rendía y decidía apostar por Android. El mito, cansado, se caída de rodillas y admitía la derrota.
Las escasas ventas del bien construido, pero tardío, BlackBerry Priv no pudieron hacer nada por salvar a la compañía. Disponible solo en un puñado de mercados, supuso el fin de BlackBerry como fabricante de hardware.
Descanse en paz.
Fuente: Hipertextual
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