Comenzó como una mera idea que se le pasó por la cabeza a su fundador, Juan de Antonio, pero el ritmo que tomado Cabify ha sido, por ahora, muy esperanzador para la compañía española que este jueves cumple sus primeros cinco años en funcionamiento. Convertido en uno de los servicios de moda para moverse por las ciudades, las previsiones que manejan en la actualidad apuntan a cotas más altas. Hoy en día, sin ir más lejos, está valorada en 286 millones de euros. Esta «startup» llegó como servicio de automóvil con chófer y ha alterado, junto con otras propuestas similares, el tradicional sector del taxi, muy arraigado en las ciudades. Su crecimiento ha sido inmenso, máxime a la la prohibición de su competidora del gigante Uber, que dejó el camino prácticamente limpio como para seguir apostando por este tipo de soluciones colaborativas pero que va de la mano de la legalidad. «Ha sido un camino más que interesante», asegura Mariano Silveyra, country manager de Cabify, en declaraciones a ABC, quien asegura que la firma está aún en el «comienzo» porque, a su juicio, «esto no frena». Actualmente, la empresa cuenta con más de 750 empleados y está presente en unos diez países además de España (México, Chile, Perú, Colombia, Portugal, Brasil, Ecuador, Panamá y Argentina), unas cifras que representan un «crecimiento importante», en opinión del directivo, quien reconoce, sin embargo, que ha sido un «camino» que no ha estado exento de dificultades: «nuestro lugar nos lo tenemos bien ganado y estamos haciendo bien las cosas. Los clientes valoran muy bien nuestros servicios». Silveyra insiste en que los servicios ofrecidos por Cabify siempre se han estado «acorde a la ley en cada una de las opciones de los países», aunque reconoce que «no todo el mundo interpreta esto de la misma manera». A su juicio, «ha habido sectores que han ofrecido resistencia, como los transportes tradicionales» por lo que -dice- «no ha sido fácil el camino. El balance general, con todo, es optimista. «Estamos convencidos que en medio largo plazo va a tener un beneficio para los clientes, los usuarios y realmente transformar la movilidad de las ciudades». Actualmente, más de 90.042 empresas de los 10 países gestionan la movilidad de sus empleados día a día, «logrando un ahorro de hasta el 40 %», en opinión de la compañía. Y en ese recorrido han acelerado porque «la gente necesita moverse de un sitio a otro» y «cuando surge esa necesidad» se da un montón de situaciones derivadas del transporte privado, como malestar por los atascos y el tráfico. Por esta razón, la empresa continúa marcándose como objetivo contribuir con un mejor uso de los recursos disponibles y reducir el número de vehículos en circulación: «si una persona utiliza su coche unos minutos al día eso es no un uso óptimo». «Vislumbramos un cambio de tendencia en esa necesidad de tener activos y ser propietarios de algo», asegura. En el futuro -dice- «todo el mundo va a ir hacia una tendencia más colaborativa y eso implica un uso más óptimo de los recursos, que son escasos. La percepción de las nuevas generaciones ya piensan de manera distinta, pensando en la no necesidad de tener un coche a disposición». Uno de sus atractivos es que el usuario conoce el precio del trayecto antes de iniciarlo. El modelo de negocio de Cabify se centra en varios aspectos: las tarifas fijas por kilómetro (no por tiempo), la posibilidad de realizar una reserva con antelación, el servicio de atención al cliente 24 horas; el seguro de responsabilidad civil para sus usuarios y la legalidad que aportan las licencias VTC (vehículo de arrendamiento con conductor) con las que los conductores operan. «Somos un actor importante, nuestro objetivo es entender la movilidad de una manera eficiente y amigable. Lo importante es que compañías como esta ofrecen más opciones para que el ciudadano pueda elegir».
Fuente: ABC Tecnología
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