Lucha contra reloj para contactar con Schiaparelli en Marte
Sucedió en los últimos 50 segundos por un fallo que todavía está por determinar, probablemente relacionado con una separación demasiado rápida del paracaídas o unos retrocohetes activados durante muy poco tiempo. La cuestión es que Schiaparelli, el primer artefacto europeo que iba a posarse sobre la superficie de Marte, sigue sin dar señales de vida dos días después. El pasado miércoles, la Agencia Espacial Europea (ESA) perdió la señal del módulo justo cuando estaba a punto de aterrizar, después de haber sido soltado por su nave nodriza, el Orbitador de Gases Traza (TGO), que sí cumplió su cometido y entró con éxito en la órbita del Planeta rojo. La mitad de la misión ExoMars quedaba sumida en la incertidumbre. Ahora, los ingenieros de la ESA luchan contra reloj por saber qué es lo que ha ocurrido con Schiaparelli. A pesar de que en una rueda de prensa desde el Centro de Control en Darmstadt (Alemania), los responsables de la misión insistieron en que están más que satisfechos con lo logrado porque, en efecto, la TGO es la parte más importante de la misión y la que va a aportar más datos científicos, el pesimismo es latente con respecto a la suerte del aterrizador. Hay muchas posibilidades de que Schiaparelli se haya estrellado por un error cometido cuando apenas le faltaban unos metros para alcanzar su destino y que ahora no sea más una lata aplastada. Pero eso aún está por confirmar. El esfuerzo titánico reside ahora en analizar lo datos enviados por el módulo a su nave nodriza antes del momento crítico para saber qué le ha ocurrido. Además, la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA puede de fotografiar la zona de aterrizaje, que está muy bien localizada, y obtener imágenes que llegarán en los próximos días. El problema es que Schiaparelli es pequeño y no será fácil verlo. Sin embargo, «estoy seguro de que seremos capaces de entender qué ha pasado», decía ayer Andrea Accomazzo, responsable de operaciones de vuelo. Además de revisar los datos recogidos hasta el momento crítico, los expertos también tratarán de llamar a Schiaparelli con la esperanza (escasa) de que sobreviviera al descenso y se encuentre de una pieza. Pero los responsables de la misión no tienen mucho tiempo para ello. Las baterías de Schiaparelli están diseñados para durar desde un mínimo de cuatro días marcianos, llamados «soles» (un sol es 39 minutos más largo que un día en la Tierra) hasta un máximo de unos milagrosos diez. Si el módulo no dice palabra, los ingenieros tratarán de enviar comandos para restablecer el transmisor, con la esperanza de devolverlo a la vida. Eso, por supuesto, si como decimos no se ha convertido en un amasijo de chatarra espacial. Si hay contacto, quizás sea posible que sus instrumentos se pongan en marcha y obtener datos valiosos para la ciencia como los que puede proporcionar la estación meteorológica a bordo, llama DREAMS y creada por científicos españoles. Si despertara, el instrumento podría recoger datos sobre la velocidad del viento y su dirección, la presión y la temperatura, y también el campo eléctrico en la superficie marciana y la concentración de polvo en la atmósfera. Esto permitiría conocer algo más sobre la formación de las tormentas de arena que sacuden periódicamente el planeta. Con todo, el objetivo más importante del artefacto era experimental, para poner a prueba tecnologías de aterrizaje de cara al rover que la ESA quiere colocar en Marte en 2020. Esta visto que algo hay que aprender.
Fuente: ABC Ciencia
Enlace: http://www.abc.es/ciencia/abci-exomars-lucha-contra-reloj-para-contactar-schiaparelli-marte-201610211014_noticia.html
Fuente: ABC Ciencia
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