La política pesquera debe tener en cuenta el saber hacer de la pesca tradicional
La acuicultura industrial y la pesca a pequeña escala están condenadas a entenderse de cara a la sostenibilidad de las costas. Sin embargo, entre innovadores y pescadores se palpa un conflicto que deriva en la desconfianza de los segundos hacia las políticas pesqueras y en la ineptitud de la propia normativa a la hora de integrar el conocimiento y las prácticas tradicionales. Un análisis del discurso de ambos colectivos, llevado a cabo por Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), señala que esta discordancia estriba en una concepción radicalmente distinta de sus formas de saber hacer.
El concepto de innovación a menudo se utiliza como cajón de sastre, legitimando con su ambigüedad determinadas prácticas y conocimientos por encima de otros.
Para llevar a cabo el estudio, publicado en Public Understanding of Science, los investigadores realizaron 47 entrevistas que incluían a biólogos marinos, empresarios, gestores de la administración y pescadores de cofradías ubicadas en la costa valenciana. Siendo la región con mayor producción acuícola de Europa, la pesca tradicional mantiene una fuerte presencia en la Comunidad Valenciana, por lo que resulta un entorno propicio para observar esta convivencia.
Visiones opuestas
Además de constatar dos visiones prácticamente opuestas, el análisis del discurso evidenció que las asunciones de cada grupo tienden a desacreditar a las del otro; es decir, mientras que los innovadores perciben una resistencia al cambio y al progreso por parte de los pescadores, estos últimos advierten esta inmovilidad en la innovación, al mostrarse incapaz de adaptarse a los contextos locales y a las distintas condiciones que presenta el mar y la pesca.
Según los autores, “toda la agencia que los innovadores le dan al mercado y a la ciencia sirve para neutralizar y desacreditar el poder e inteligencia que los pescadores atribuyen a su experiencia, creatividad y tradición pesquera”. También sucede a la inversa, permitiendo a los pescadores legitimar sus prácticas y "socavando y desacreditando al mercado, el progreso y una tecno-ciencia cuyo poder, para ellos, es simple coerción, ya que estas entidades están ciegas a las singularidades específicas y siempre cambiantes del mar".
La investigación, financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, se enmarca en un proyecto dirigido por el profesor de la UNED Emmánuel Lizcano.
El proyecto busca una mayor integración entre el conocimiento experto y el tradicional para facilitar formas más sostenibles y eficaces de gestión colaborativa. Los resultados indican que esta colaboración entre expertos, administradores y pescadores pasa en primer lugar por un reconocimiento en las políticas pesqueras del conflicto que subyace.
“En España, las nuevas formas de gestión más sostenibles se topan con la desatención existente a nivel académico y administrativo sobre el conocimiento ecológico tradicional en la pesca a pequeña escala y sobre el papel jugado por los pescadores y sus instituciones en la gestión de recursos marinos” -explica Lizcano-. Aante esta situación, se hace necesario profundizar y poner en valor tanto esos conocimientos locales tradicionales como modelos posibles de cogestión que los tengan en cuenta”.
Referencia bibliográfica
Rodrigo Martínez-Novo, Emmánuel Lizcano, Paloma Herrera-Racionero, Lluís Miret-Pastor. "Innovation or ‘Inventions’? The conflict between latent assumptions in marine aquaculture and local fishery." Public Understanding of Science. 2016 DOI: 10.1177/0963662516651358
Fuente: Agencia Sinc
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