Un apasionado de los videojuegos dedicará el resto de su vida a preservar su legado

Para Frank Cifaldi los videojuegos son mucho más que una expresión artística fugaz: son un legado cultural que merece ser conservado para las futuras generaciones. Este entusiasta coleccionista lleva años archivando material relacionado con ellos, hasta el punto de decidirse a hacer de la conservación su profesión por el resto de su vida, y -de hecho- tiene un plan para conseguirlo.

El año pasado Cifaldi creó 'The Video Game History Foundation', una organización sin ánimo de lucro dedicada íntegramente al archivo, catalogación y digitalización de todo tipo de material relacionado con los videojuegos y su historia. Desde los propios juegos a prototipos o rarezas, pasando por revistas, material promocional... y desde hoy es posible contribuir en este proyecto.

Partiendo de la base, el objetivo de la fundación no es abrir otro museo del videojuego, de hecho sería muy difícil competir con el proyecto de Berlín, sino ampliar y preservar un ambicioso archivo totalmente organizado digitalmente, siempre disponible online y con material de alta calidad para historiadores, educadores y curiosos sobre todo lo relacionado con la cultura de los videojuegos.

Este proceso incluye desde el escaneo de las cajas, manuales y documentos que acompañan a cada juego hasta el marketing, el material promocional, las capturas de pantalla y los tráilers, los anuncios e incluso facilitar los códigos y recursos de los propios juegos, con especial interés en piezas que no se encuentran almacenadas en soportes duraderos (CD-Rs, DVD-Rs, EPROMs, discos magnéticos)

Creemos que los videojuegos son algo más que un simple código reproducible. También son todo ese material efímero que se produjo en torno al mismo. Son su marketing. Son las historias. Y todas estas cosas están en peligro de desaparecer a menos que realmente salgamos, lo encontremos y nos aseguremos que estarán a salvo.

Esperamos que esto sea el humilde comienzo de lo que se convertirá en una organización mayor. Quiero que esta Fundación continúe creciendo incluso cuando ya no esté yo, y que su existencia cambie de algún modo la manera en que la industria trata a su pasado.

Los videojuegos son importantes y queremos asegurarnos de que sus raíces nunca se olviden.

De hecho, Cifaldi está tan decidido por el proyecto que advierte que ya lo empezó a hacer por su cuenta y que esta iniciativa se llevará a cabo con o sin el suficiente apoyo de terceros.

Este es mi trabajo ahora, y lo será por el resto de mi vida.

Las maneras de contribuir con esta causa son varias, pero las dos más importantes se resumen en donaciones de material, las cuales una vez catalogadas formarán parte del archivo o serán cedidas a instituciones para exposiciones con fines educacionales; así como una recientemente estrenada campaña en Patreon destinada a sustentar la labor de Cifaldi.

A la hora de escribir estas líneas y con menos de 24 horas desde que se iniciara la iniciativa ya cuenta con más de 100 mecenas y unos ingresos de aproximadamente 1.000 dólares mensuales.

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Entre los niveles de donaciones a través de la campaña de Patreon podemos encontrar como incentivos desde un repaso periódico de los archivos añadidos a videoconferencias con el propio Frank en las que resolverá todas las dudas e incluso hablará de su día a día.

Puede que catalogar y escanear materiales y juegos no sea el trabajo más apasionante del mundo, pero el entusiasmo de Cifaldi por conservar la historia de los videojuegos es más que suficiente para llevar a cabo este laborioso trabajo que, quizás, algún día en un futuro no tan lejano, haga las delicias de historiador de la materia.

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