Una investigación vuelve a poner al azar como la principal causa del cáncer
Hasta hace dos años, los expertos en oncología defendían con unanimidad que las mutaciones responsables del cáncer en humanos procedían de dos fuentes principales: la herencia y el medio ambiente. Sin embargo, en 2015 un estudio publicado en Science por Cristian Tomasetti y Bert Vogelstein puso en la palestra una tercera fuente: el azar.
Los controvertidos resultados fueron ampliamente rechazados por la comunidad científica, ya que no incluían cánceres como el de mama o próstata y reflejaban solamente la incidencia en EE UU. Es más, a finales de ese mismo año un estudio en la revista Nature desmintió esa teoría y mostró que el peso de los factores externos en el riesgo de que se desarrolle la enfermedad es de entre el 70% y el 90%.
Mientras que Science afirmaba que dos tercios de los cánceres no pueden prevenirse con el estilo de vida, el descubrimiento de Nature tenía implicaciones positivas en la investigación y prevención del cáncer. Ahora, Tomasetti y Vogelstein, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE UU), han vuelto a publicar en Science hallazgos similares, pero esta vez con datos de 68 países más, lo que supone 4.800 millones de personas.
Así, los investigadores han analizado la secuenciación del genoma y los datos epidemiológicos de 32 tipos de cáncer y concluyen –de nuevo– que casi dos tercios de las mutaciones en estos cánceres son atribuibles a errores aleatorios, que suceden de forma espontánea en las células sanas durante la replicación del ADN.
Su análisis se basa en un nuevo modelo matemático basado en secuenciación de ADN y datos epidemiológicos de todo el mundo. “Es bien sabido que debemos evitar factores ambientales como fumar para disminuir nuestro riesgo de cáncer, pero cada vez que una célula normal divide y copia su ADN para producir dos nuevas células, se producen múltiples errores”, explica Tomasetti.
Los expertos insisten en que estos errores son “una fuente de mutaciones que históricamente ha sido científicamente infravalorada”.
El paradigma del cáncer de pulmón
En el estudio anterior de los expertos (publicado el 2 de enero de 2015 en Science), el par informó que los errores de copiado del ADN podrían explicar por qué ciertos cánceres en EE UU, como los de colon, ocurren más comúnmente que otros cánceres, como el cáncer cerebral.
Ahora, han abordardo una pregunta diferente: ¿Qué fracción de las mutaciones en el cáncer se deben a estos errores de copia del ADN? Según los investigadores, generalmente se necesitan dos o más mutaciones críticas para que el cáncer ocurra. En una persona, estas mutaciones pueden deberse a errores aleatorios de copiado del ADN, al medio ambiente o a genes heredados.
Sabiendo esto, Tomasetti y Vogelstein utilizaron su modelo matemático para demostrar, por ejemplo, que cuando se suman las mutaciones críticas en los cánceres pancreáticos, el 77% de ellos se debe a errores aleatorios de copiado del ADN, 18% a factores ambientales como el tabaquismo, y el 5% restante a la herencia. En otros tipos de cáncer, como los de la próstata, el cerebro o el hueso, más del 95% de las mutaciones se deben a errores de copiado aleatorios.
No obstante, el cáncer de pulmón presenta una imagen totalmente diferente: el 65% de todas las mutaciones son debidas a factores ambientales, básicamente el hecho de fumar, y el 35% se debe a errores de copiado del ADN. Sobre los factores hereditarios no se conocen cifras en estos tumores.
De forma general, en los 32 tipos de cáncer estudiados los investigadores estiman que el 66% de las mutaciones son provocadas por errores de copiado, el 29% se pueden atribuir al estilo de vida o factores ambientales y el 5% restante, a la herencia.
“Muchas personas desarrollan cáncer debido a estos errores aleatorios de copiado del ADN. Por ello, se necesitan urgentemente mejores métodos para detectar todos los cánceres antes, cuando todavía son curables”, asegura por su parte Bert Vogelstein.
¿Por qué a mí?
Pero, ¿debemos entonces olvidarnos de la prevención? La respuesta es rotundamente no. "Necesitamos seguir alentando a la sociedad para que evite tanto los agentes ambientales como los estilos de vida que aumentan su riesgo de desarrollar mutaciones en el cáncer”, apunta Vogelstein.
De hecho, los autores sostienen que sus conclusiones están de acuerdo con estudios epidemiológicos que demuestran que aproximadamente el 40% de los cánceres se pueden prevenir evitando entornos poco saludables y estilos de vida.
Los científicos señalan que la causa principal que impulsa este nuevo estudio es que el cáncer a menudo golpea a las personas que siguen todas las reglas de una vida saludable –es decir no fumador, dieta y peso saludable, poca o ninguna exposición a carcinógenos conocidos– y no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Y ahí es donde entrarían los errores aleatorios durante la replicación del ADN para Tomasetti y Vogelstein. “Los esfuerzos actuales y futuros para reducir los factores de riesgo ambiental conocidos tendrán impactos importantes en la incidencia de cáncer. Pero estos cánceres se producirán sin importar cómo de perfecto sea el ambiente”, concluye Vogelstein.
Fuente: Agencia Sinc
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