Éstas son las imágenes que oculta el audio que hemos enviado a los alienígenas para darnos a conocer
Muchas son las misiones que acumula la NASA, pero algunas quedan más en el recuerdo por motivos que en ocasiones escapan a su objetivo. Entre éstas están las misiones Pioneer 10 y 11, que mencionamos al hablar de ese gran desconocido que sigue siendo Júpiter, pero lo curioso es que junto con las Voyager 1 y 2 son misiones espaciales contienen mensajes para alienígenas.
Repasando un poco su cometido, las misiones Pioneer 10 y 11 y Voyager se lanzaron en los años 70 con la intención de llegar más allá de Júpiter y Saturno, de hecho la Voyager 1 ha sido la primera nave creada por el ser humano que ha alcanzado el espacio interstelar. Teniendo destinos tan lejanos (o poco concretos), en la agencia espacial creyeron que era buena idea dotarlas de una especie de cápsula del tiempo que almacena sonidos e imágenes.
Una carta de presentación en binario, pero con "dibus"
Sin ponernos en el cara a cara que dibujan historias como las de 'Arrival' o 'Encuentros en la tercera fase', cabe preguntarse qué y cómo se le dice algo a un supuesto ente. ¿Ven los extraterrestres? ¿Oyen? ¿Los hay? Esto aún no podemos responderlo (no de forma absoluta), pero por si las moscas estas cuatro sondas iban dotadas de un mensaje.
En las misiones Pioneer 10 y 11, anteriores a las Voyager, había unas placas metálicas que daban constancia del lugar y época de creación de las naves. Pero en las Voyager la NASA pensó en algo más elaborado y con más información, y en éstas incluyó una grabación de fonógrafo con sonidos e imágenes que pudiesen representar "la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra", según la NASA.
Los símbolos del disco tienen que ver con la reproducción de la grabación entre otras cosas y se explican de manera detallada en la web:
- Arriba a la izquierda: una representación del fonógrafo y la aguja, la cual está en la posición correcta para iniciar la reproducción por el principio de la grabación. La circunferencia indica en binario que la velocidad de rotación adecuada es de 3,6 segundos, expresándolo en unidades de 0,70 x 10^-9 segundos, el periodo de tiempo asociado con la transición fundamental del átomo de hidrógeno.
- Centro a la izquierda: otra aguja con otro número en binario, en este caso indicando el tiempo de duración de una cara (alrededor de una hora).
- Arriba a la derecha: indica cómo se han de reconstruir las imágenes a partir de la señal de audio, representando las ondas y recurriendo de nuevo al binario.
- Centro a la derecha: se indica en binario la duración de cada línea de la imagen (unos 8 milisegundos) entre otras cosas y la primera imagen que se tendría que ver si se decodifica bien la señal: un círculo.
Los símbolos de la parte inferior hacen referencia a otros aspectos más allá de la grabación. Son los dibujos que estaban en las placas metálicas de las sondas Pioneer 10 y 11, el de la izquierda indicando la posición de nuestro Sol en referencia a catorce púlsares (de los cuales se indica el periodo) y el de la derecha representado un átomo de hidrógeno en dos estados.
Además de esto, el Voyager integra una placa de uranio 238 con una radiactividad de 0,00026 microcurios que hace las veces de "reloj de arena" atómico, de modo que el alienígena pueda calcular el tiempo que hace desde que se instaló la placa hasta que él la recibe teniendo en cuenta la descomposición del elemento (hay tiempo, según los cálculos la mitad se descompondría en 4.510 millones de años).
Las imágenes que enviamos a los extraterrestres
La primera imagen es un círculo, pero ¿qué otras cosas hemos enviado a otras inteligencias cósmicas capaces de descifrarlo? Esto se planteó Ron Barry, quien recibió una copia original del audio en alta fidelidad al entregársela el editor de BoingBoing David Pescovitz (podéis comprar [el vinilo original se venderá próximamente y puede ya reservarse en Ozma Records) y decidió emular el rol de extraterrestre desde un principio y decodificar las imágenes.
Todas sus ideas, chivatazos y averiguaciones las reunió en un documento, que parte de descifrar los símbolos que hemos descrito arriba, y sigue con la decodificación del audio (a un nivel que, según palabras del autor, es lo suficientemente técnico como para que otro aficionado trate de recrear el proceso). Son 18 páginas paso por paso, describiendo en detalle cada uno incluyendo deducciones, unidades y herramientas.
Simplificando mucho partió utilizando el software Audacity para ver las ondas y poder hacer zoom (obteniendo así las ondas de sierra) y averiguando que las grabaciones se hicieron a 2x. Sacó las imágenes a partir de las medidas de los símbolos (8 milisegundos por línea, 512 líneas por imagen, etc.), midiendo longitudes de onda y traduciendo a píxeles, obteniendo ese primer círculo sobre fondo plano que indicaba el disco. Lo muestra a tiempo real en un vídeo en el que sincroniza el audio (muy a lo módem de 56k), con más de un centenar de imágenes.
Así, la NASA decidió enviar un cocodrilo panza arriba, aves, manos, galaxias, siluetas, deportistas, representaciones de distintas culturas y equivalencias matemáticas y físicas entre otras mucha cosas. Es curioso que, aunque se trata en todo caso de figuras familiares e incluso cotidianas, en algunos casos deje ese poso inquietante tanto por lo representado como por lo que podría interpretar un extraterrestre de tener habilidades como la lectura, la interpretación y la deducción.
Vía | Microsiervos
En Xataka | El viaje de la Voyager cumple 40 años y hemos descubierto todo esto
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Fuente: Xataka
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