Perdí bitcoins y ya no sé cómo encontrarlos: el drama con las criptomonedas
Perder dinero y no encontrarlo. Perder datos digitales y no tener una copia de seguridad. Dos dramas que en la era de las criptomonedas pueden ser sinónimos: en los últimos años se han dado numerosos casos de personas que en su momento se hicieron con una cantidad determinada de bitcoins almacenados localmente y, por un motivo u otro, los perdieron.
Los bitcoins pueden almacenarse, principalmente, usando dos tipos de wallets: en almacenamiento local, o en una plataforma online. En el primer caso, nosotros tenemos el control de nuestros bitcoins. En el segundo caso, ganamos en comodidad y contamos con la seguridad que ofrecen estas plataformas, como Coinbase, la más famosa actualmente. No obstante, también puede ocurrir que perdamos el acceso a nuestra cuenta o que la plataforma resulte ser una estafa, como OnionWallet.
Hemos hablado con algunos de los que llegaron a poseer cierta cantidad de bitcoins y se han visto en una de estas situaciones: querer recuperar su cartera y no poder lograrlo.
La importancia de tomarse en serio el almacenamiento de las contraseñas
El primero es Matías Zavia, argentino afincado en Málaga de 28 años, quien se animó a invertir en la criptomoneda hace casi cuatro años, cuando su valor había bajado tras el primer gran pico que superó los 1.000 dólares en noviembre de 2013.
"En enero de 2014 gasté 50 euros en 0,1 bitcoins. Te diría que fue para probar la tecnología, pero la realidad es que un cuñado (literalmente) me pidió que abriera un monedero porque quería invertir (una gran cantidad de) dinero en Bitcoin y Dogecoin (por aquel entonces, el meme del doge era lo último). Al final él no invirtió un céntimo de euro y yo me quedé con esos 10 centavos de Bitcoin que había comprado para probar Multibit, un monedero. No sé dónde dejé la contraseña, hoy tendría 450 euros."
Al crear un monedero en Multibit, el sistema genera una enorme lista de palabras aleatorias que emplear como contraseña. El usuario debe encargarse de guardar esas palabras, que no tienen ningún tipo de lógica (por ejemplo, "gradual romano anemia níspero doble endeble murciélago avispero turrón invocar..."). Matías hizo una captura de pantalla y la dejó en el escritorio. La perdió, y con ella, su inversión de 50 euros. "Es algo que doy por perdido al 99% a menos que aparezcan en una copia de seguridad, pero lo dudo porque no guardo capturas de pantalla". Hoy ni siquiera tiene el mismo ordenador. 450 euros, a fecha de hoy, no-ganados.
Los experimentos también van en serio
Un caso similar fue el de nuestro compañero Miguel López, catalán de 32 años. En su caso, las pérdidas fueron menores, pero la lección recibida, la misma.
"Soy un ejemplo de irresponsabilidad probando carteras de bitcoins. En 2013 redacté algunos artículos sobre cómo gestionar esas carteras en Genbeta, lo cual me hizo crear una cuenta en Coinbase, otra en Instawallet, y alguna más en algún otro servicio que no recuerdo. En una de esas carteras conseguí una pequeña cantidad de dinero que un servicio regalaba como promoción. No le hice demasiado caso a ese dinero, lo almacené en una cartera y simplemente no guardé su código y le perdí la pista".
Es comprensible que no prestara demasiada atención a aquel saldo. 0,005 bitcoins eran, en enero de 2013, algo más de cinco céntimos de euro. A fecha de septiembre de 2017, equivaldrían a entre veinte y veinticinco euros. Miguel logró recuperar el acceso a Coinbase y dedicó tiempo a buscar en sus correos antiguos con la esperanza de reencontrarse con su saldo. La búsqueda fue infructuosa.
De aquello saca una moraleja: hay que guardar muy bien las direcciones de las carteras de bitcoins, incluso aunque el saldo nos parezca irrisorio. Con la volatilidad del Bitcoin nunca se sabe lo que podrá significar en euros en un futuro.
Problemas con el disco duro
Marcos (nombre ficticio, quiere preservar el anonimato) es un informático madrileño que empezó a minar bitcoins a bajo nivel cuando todavía se podía minar de forma doméstica (hoy es inviable desde que aparecieron las enormes granjas de minado y las placas dedicadas específicamente a esta actividad). Primero lo hizo con su CPU y posteriormente se compró su primera FPGA, un chip programable que puede destinarse a algo muy concreto, en este caso, la minería.
"Empecé por curiosidad y por tener algo de dinero para "tiendas" en Tor, ya se empezaba a usar para intercambios fuera del circuito normal de dinero. También tenía la idea de usarlo para trabajos normales y así poder evitar a intermediarios como PayPal y sus abusos".
Con aquella FPGA llegó a minar 14 bitcoins. Era 2012 y tenían un valor de unos 70 euros. Como buen informático, prefirió almacenarlos localmente: tenía conocimientos de sobra para ello y, como demuestra su frase sobre PayPal, prefiere evitar intermediarios. El problema llegó cuando un disco duro se le averió y, por más que lo intentó, no consiguió recuperar la información que contenía. Ese disco duro en concreto tampoco tenía copia de seguridad alguna, lo que más le duele a día de hoy. Hoy, esos 14 bitcoins valdrían más de 50.000 euros.
Aquella experiencia, unida a la evolución de la minería de criptomonedas, que ya no dejaba espacio para el minado doméstico, también terminó con las ganas de Marcos por introducirse de nuevo en ese ámbito.
Víctima de un fraude
Es posible que muchos aficionados a todo lo que rodea a las criptomonedas, sobre todo si utilizan foros como punto de encuentro, conozcan a aTg, también catalán de 32 años, moderador de varios de estos foros y veterano minero ya retirado.
La quiebra de Mt. Gox en 2014, entonces mayor casa de cambio del mundo, supuso la pérdida total para quienes tenían bitcoins allí
Él fue víctima del quiebre de Mt. Gox en febrero de 2014. Allí tenía 189 bitcoins. La compañía, que entonces era la mayor casa de cambio de bitcoins del mundo, perdió supuestamente 500 millones de dólares a causa de una vulnerabilidad en las bóvedas digitales. Su CEO, Mark Karpelès, explicó que se habían perdido 100.000 bitcoins propiedad de la empresa y 750.000 propiedad de sus usuarios. En septiembre de 2017, eso serían 3.400 millones de euros.
Más tarde se descubrió que el problema no fue como se dijo: el CEO había estado robando dinero de sus clientes que aparecían después gastado incluso en prostitutas. Las demandas acaecidas derivaron en un proceso judicial que hoy sigue en marcha. El pasado mes de julio, BTC-e, otra importante casa de cambio, fue acusada de encubrir con sus políticas de uso el ocultamiento de fondos con origen en el robo de Mt. Gox. Algo que ha dado esperanzas a aTg.
"Con las últimas novedades de BTC-e, que han podido demostrar que estaba lavando dinero del robo de Mt. Gox, y que el FBI ha detenido a quien lo hizo, tengo esperanzas de recuperar una parte. De momento el FBI se ha quedado con la mitad de los fondos de BTC-e".
A la espera de más noticias, vuelve a haber lugar para la esperanza. Si lograse recuperar su cantidad íntegra de bitcoins, tendría el equivalente a unos 750.000 dólares. Incluso es posible que se le añadiese un pequeño porcentaje extra a modo de intereses de demora y molestias, como alguna otra víctima ha asegurado que se le ha prometido.
Imagen | DailyDot.
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Fuente: Xataka
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