Cuatro años después, estas son las cosas que me siguen crispando de Xbox One y PS4
Hoy se cumplen cuatro años del lanzamiento de Xbox One. Parece que fue ayer cuando Microsoft sacó el primer modelo de su Xbox One, salpicado de toda la polémica por ciertas decisiones previas (que no se llevaron a cabo, a excepción de ese Kinect 2.0 metido con calzador; ahora muerto) a su puesta a la venta.
A su vez, falta una semana para que se celebren los cuatro años de historia del primer modelo de PS4, una consola que ha tenido un camino de rosas gracias a su competidor, y eso que tampoco se ha librado de ciertas decisiones polémicas. Por eso creo que es un buen momento para darle caña a las dos y que espabilen en ciertos temas que me siguen crispando. No en vano, soy usuario de ambas desde que se lanzaron al mercado y he sido testigo directo de su evolución.
Xbox One y la eterna sombra de Windows
Empiezo por la primera que celebra su cuarto aniversario, Xbox One. Desde aquel lejano 22 de noviembre de 2013, ha mejorado una barbaridad, especialmente desde que Phil Spencer tomó las riendas de la marca Xbox en 2014.
Si bien en los juegos exclusivos está claro que Microsoft tiene que esforzarse más respecto a Sony (aunque personalmente aplaudo que hayan apostado por la convergencia con Windows 10 y su Xbox Play Anywhere; al fin y al cabo, Xbox y Windows son de Microsoft), es de aplaudir con fuerza lo que han logrado con la retrocompatibilidad con Xbox 360 y la primera Xbox, y sin cobrar nada extra.
Me sigue mosqueando soberanamente, eso sí, que a pesar de los múltiples cambios de su interfaz sigamos tragándonos actualizaciones del sistema de lo más crispantes, hasta el punto de forzarme a dejar la consola en modo reposo, con el modo de energía en "inicio inmediato", con lo mucho que lo detesto, con tal de no ver tantas veces el dichoso mensaje de actualización obligatoria.
Ya en un nivel de cabreo ostensiblemente mucho más bajo, están temas más banales, como que no haya (por ahora) posibilidad de crear una lista de deseos (ni siquiera vía web), que el límite de marcas siga siendo irrisorio o que sigamos sin poder crear carpetas para los juegos y de ese modo organizarlos mucho mejor.
Choca, eso sí, que el ChatPad de Xbox One no haya salido de modo oficial en España, sabiendo que el anterior fue un producto muy demandado en Xbox 360. Es más, ni siquiera con las actualizaciones que ha recibido para los que lo compramos en UK funcionan correctamente los símbolos del teclado. Pero al menos sí que resulta muy útil para programar sus botones, especialmente de cara a crear capturas o grabar vídeos, algo que hace por defecto el DualShock 4.
PS4 y el cachondeo del "para vosotros, jugadores"
Es el turno de Sony con su PS4, que el próximo 29 de noviembre de 2013 cumplirá cuatro años desde su puesta a la venta en Europa. Es una consola que ha vivido de rentas durante mucho tiempo, por demérito de su rival, hasta que cambió el chip y empezó a mejorar aspectos esenciales... a velocidad de tortuga. ¿Hace falta recordar que tardó tres años y medio en ofrecer soporte para HDD externos?
Hoy su interfaz resulta mucho más cómoda y con casi todo lo que se puede esperar de una consola actual (muy aplaudida su incorporación de las carpetas, algo visto en 3DS, Wii U o PS Vita, por ejemplo), pero todavía tiene margen de mejora, especialmente en el diseño de su Biblioteca o en el buscador de PlayStation Store. Por otro lado, sigue chocando que sigamos sin lista de deseos cuando llevamos mucho tiempo con esa opción desde la web de SEN.
Sorprende, en cualquier caso, que Sony siga orgullosa con su lema del "para vosotros, jugadores" y quiera cobrar por juegos que ya tenemos, en vez de ofrecer de una maldita vez la retrocompatibilidad con sus clásicos, como ya habían hecho PS2 y PS3: ahí están PlayStation Now y las remasterizaciones de clásicos de PS2 que va soltando de vez en cuando con la excusa de que estos traen Trofeos.
Que ésa es otra. ¿Qué ley azarosa rige qué juego puede llevar Platino o no? Porque hemos visto mierdas en este sentido que lo traen, mientras que juegos muy currados se quedan sin el pertinente Platino. 'INSIDE', por ejemplo, no lo tiene, mientras que en Xbox One todos traen, como mínimo y por defecto, los 1.000 G.
De anecdótico resulta, finalmente, el uso de Share Play, una de las características más infravaloradas de PS4 y que no tiene ninguno de sus competidores. Es raro que Sony no haya apostado más por esto, porque sigue siendo un puntazo poder simular un juego local desde Internet, como en los tiempos del Hamachi en PC.
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