El siguiente gran mercado de la tecnología es el de los juguetes sexuales, aunque casi nadie esté hablando de ello
Hay revoluciones sonadas, grandes. La telefonía móvil, la miniaturización de chips, la tan, tan mencionada inteligencia artificial... Y hay otras que, pese a lo llamativo del producto, germinan en un segundo plano pero aprovechando igual los avances tecnológicos. Igual que nuestras comunicaciones, nuestro ejercicio o nuestra cocina se ven cada día más tecnificados, también lo está el placer sexual y para éste existe un mercado que lleva tiempo dando buenas cifras. Una industria que no quizás no ocupe titulares de manera habitual (quizás por reminiscencias de tabúes), pero cuyos números hablan solos. En Forbes hablaban de un crecimiento de 15.000 millones de dólares al año de la industria de los juguetes sexuales según datos de diversas fuentes, y que los más optimistas apuntaban a que este grueso por año podría ser de 50.000 millones de dólares hacia 2020. ¿Por qué una visión tan optimista de este mercado? Además de una demanda como mínimo constante, la tecnología y la innovación