Análisis de Shadow of the Colossus: es un remake, pero también una nueva obra maestra
‘Shadow of the Colossus’ es, lo digo ya, uno de los videojuegos más bellos y espectaculares de la actual generación de consolas. Sí, tiene gracia tratándose de un título que fue lanzado originalmente en PS2 hace más de 12 años, pero no hay discusión posible.
Bluepoint Games, que ha entendido perfectamente por qué este título fue tan importante para muchos jugadores en su momento, qué es lo que nos hizo sentir el trabajo del Team Ico, y cuál fue (y siempre ha sido) la visión de Fumito Ueda, ha creado un remake de ‘Shadow of the Colossus’ para PS4 desde cero al que no se le puede poner ni un solo gran pero. Ninguno.
Shadow of the Colossus en PS4: mejorando lo que parecía inmejorable
Es evidente que un videojuego aparecido en una consola como la PS2 puede ser mejorado desde un punto de vista técnico, y el remaster en HD que salió para PS3 a finales de 2011, también obra de Bluepoint Games, ya fue una prueba. Pero lo del remake que nos ocupa... bueno, estamos ante algo totalmente distinto en todos los sentidos. No es una simple labor de maquillaje, es orfebrería pura.
El principal miedo que teníamos algunos es que la esencia del original se perdiera por el camino; que todo ese trabajo desde cero que ha llevado a cabo Bluepoint Games a nivel técnico se llevara por delante esa sensación tan particular que lograba transmitir ‘Shadow of the Colossus’ en su forma más pura; que, de alguna forma, la visión de Fumito Ueda quedara diluida.
Porque el ‘Shadow of the Colossus’ de PS2 no sólo fue capaz de ofrecer algo totalmente nuevo a nivel jugable y, sobre todo, de escala, sino que las propias limitaciones técnicas de la consola hicieron que el juego tuviera un aura especial.
Ese encanto tan particular, mezcla de lo que Ueda y su equipo tenían en mente y lo que una máquina como la PS2 les permitía llevar a cabo, podría haber sido pasado por alto con demasiada facilidad por el estudio encargado de crear un remake para una generación de consolas, la actual, muy preocupada por ofrecer graficazos. ‘Shadow of the Colossus’ los tuvo en su época, claro, pero creedme: esta nueva versión para PS4 luce mejor que muchos de los juegos que han sido lanzados originalmente durante la actual generación.
La gran noticia es precisamente que el corazón de ‘Shadow of the Colossus’, aquello que nos enamoró a muchos hace años, sigue intacto. Bluepoint Games lo ha entendido todo a la perfección y ofrece un trabajo tan impecable e impresionante a nivel técnico como fiel a la esencia del original.
Wander, Mono, y un montón de colosos en tu camino
Este ‘Shadow of the Colossus’, tal y como sucede con otros remakes y remasters, funciona a dos niveles: para los que ya conocen el título y disfrutaron de él en el pasado, y para los nuevos jugadores que van a poder asomarse por primera vez a una de las tres obras maestras que nos ha dado Fumito Ueda. Es decir, no veo ningún problema en este tipo de productos: todo lo que suponga tener acceso a joyas como esta o a juegos que, por lo que sea, son difíciles de encontrar en la actualidad, bienvenido será.
Por mi propia experiencia con él (lo compré en PS2 y lo volví a comprar cuando salió en HD para PS3 junto a ‘Ico’), este excelente remake es perfectamente capaz de contentar a unos y a otros. Y me gusta especialmente en este caso concreto la idea de que toda una nueva oleada de jugadores tenga la posibilidad de disfrutar de ‘Shadow of the Colossus’ en las mejores condiciones.
El argumento del juego es sencillo: Wander, el protagonista de esta historia, quiere devolverle la vida a una chica llamada Mono que ha sido objeto de un sacrificio. Para ello la lleva hasta una tierra prohibida en la que, según cuenta la leyenda, mora una entidad conocida como Dormin que tiene la capacidad de resucitar a los muertos. Wander deberá acabar con una serie de colosos para conseguir que Dormin reviva a Mono. Y ahí da comienzo la aventura.
Una aventura en la que los únicos seres a los que Wander se enfrentará son los mencionados colosos. No hay más enemigos en todo el juego. La belleza y enormidad de estas tierras prohibidas contrastan con su desasosegante y extraño vacío. El jugador deberá encontrar y derrotar a un coloso tras otro... y nada más.
Y es ahí, principalmente, donde reside el encanto de ‘Shadow of the Colossus’.
Mecánicas, controles, colosos... todo es especial en Shadow of the Colossus
Estamos acostumbrados a juegos repletos de enemigos de todo tipo que no son más que aperitivos antes de llegar a los jefes finales, unos seres de gran envergadura y fuerza que, a su vez, dan acceso a los siguientes niveles una vez eliminados. En ‘Shadow of the Colossus’ no hay nada de eso. Hay 16 colosos repartidos por sus tierras y debemos abatirlos. Ya está. Y es curioso, pero uno siente cierta tristeza al acabar con cada una de estas enormes criaturas. No son enemigos, en realidad, pero nuestra misión es encontrarlos y acabar con ellos para conseguir un fin.
Lo que de verdad importa aquí es cómo está resuelto ese sencillo argumento y esos objetivos tan simples.
Pocas cosas se pueden comparar en un videojuego a la experiencia de encontrarse con el primer coloso. Todo en ‘Shadow of the Colossus’ está diseñado para que la sensación de escala sea capaz de sobrecoger al jugador. Siempre. Aunque hayas abatido a siete colosos, el octavo volverá a sorprenderte por su tamaño, por su aspecto, por su entorno, y, sobre todo, por la forma en la que deberás acabar con él.
En este sentido, el diseño del juego es muy inteligente: los dos primeros colosos están pensados para que cualquier jugador los localice rápido y se familiarice con las mecánicas básicas que consisten en detectar los puntos débiles de cada uno de ellos, alcanzarlos escalando por sus cuerpos, y asestarle los espadazos necesarios para tumbarlos. Será a partir del tercer coloso cuando no sólo debamos tener en cuenta eso, sino también la forma de utilizar el hábitat en el que mora cada uno de ellos para salir airoso del enfrentamiento.
La espada no sólo sirve para hacer daño, sino que en zonas iluminadas nos señalará la dirección hacia la que se encuentra el siguiente coloso a abatir. Contaremos con un caballo llamado Agro para desplazarnos por el mundo de ‘Shadow of the Colossus’, y aquí cabe destacar, de nuevo, el trabajo realizado por Bluepoint: el simple hecho de cabalgar de un punto a otro del mapa es sublime. Animaciones (todas han sido programadas desde cero), iluminación, sensación de escala, movimiento de cámara... Os juro que la primera vez que salí al galope en este remake no podía creerme lo que estaba viendo.
En una PS4 estándar, que es donde lo he jugado para este análisis, ‘Shadow of the Colossus’ va a 1080p y 30 fps constantes. Por alguna razón esperaba que el juego diera algún saltito, que rascara un poco aquí y allá, pero no hay absolutamente nada de eso. Va tan fluido que asusta, tanto a la hora de ir a caballo como al escalar, nadar, saltar por cornisas o enfrentarnos a cualquier coloso. Una delicia, de verdad.
Por otro lado, para los que lo jueguen en una PS4 Pro, existe la posibilidad de activar un modo a 60fps que, por lo que he visto y leído, funciona de maravilla. O de optar por una resolución de 1440p a 30fps si se dispone de un televisor 4K, con downscaling para los que elijan esta opción en televisores 1080p.
Y eh, dispone de un nuevo modo foto con un buen número de opciones y filtros (los cuales además se pueden activar durante la propia partida, no sólo para hacer fotos) que nos permiten capturar nuestros mejores momentos, retocarlos, guardarlos y compartirlos. De hecho, todas las imágenes excepto la que se encarga de abrir este análisis han sido capturadas por mí usando este modo.
Y si hablamos de los controles, Bluepoint se apunta otro tanto: los del juego original siempre han sido y serán recordados como algo incómodos, lo cual no la he hecho perder ni un ápice de magia al juego, pero las cosas como son. En este sentido, el remake también los ha refinado para que funcionen a la altura de las circunstancias. Y ojo, el que quiera probar los controles originales podrá activarlos: Bluepoint ha pensado en todo y los ofrece junto a otros esquemas prefijados. El único punto donde puede flojear en ocasiones el juego es en el sistema de cámaras, que a veces no es todo lo cómodo que a uno le gustaría, pero nada grave.
La opinión de VidaExtra
‘Shadow of the Colossus’ es el ejemplo de cómo ha de hacerse un remake. Ofrece todo lo bueno del original en un envoltorio nuevo acorde con la actual generación de consolas.
El sistema de control, que es quizás el apartado que quedaba más cojo en el original, ha sido ajustado para convertirlo en algo cómodo. El juego es estable, no hay ralentizaciones ni cosas raras, cuenta con un apartado gráfico y una belleza a la altura de lo mejor que hemos visto en este generación, la banda sonora original sigue siendo maravillosa, y la experiencia de buscar, encontrar y llevar a cabo la eliminación de cada uno de los colosos es sublime, incomparable.
Por si todo esto fuera poco, el juego cuenta con alguna que otra sorpresa que no quiero desvelar aquí, pero que para los amantes de la obra de Fumito Ueda es todo un puntazo por parte de Bluepoint Games.
Imprescindible
Shadow of the Colossus
Plataformas | PS4 |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | Bluepoint Games |
Compañía | SIE |
Lanzamiento | 7 de febrero de 2018 |
Precio | 39,99 euros |
Lo mejor
- La sensación de escala y soledad
- Los enfrentamientos con los colosos
- El apartado técnico. Es un remake excelente
Lo peor
- El sistema de cámaras a veces es un poco incómodo
Para realizar este análisis hemos utilizado una PS4 estándar con una copia del juego facilitada por Sony.
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La noticia Análisis de Shadow of the Colossus: es un remake, pero también una nueva obra maestra fue publicada originalmente en Vidaextra por Alex CD .
Fuente: Vidaextra
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