Una semana con las bombillas TRÅDFRI de IKEA lo confirman: HomeKit puede incluso ser una adicción
Mi regalo de estas navidades, después de mi experiencia con un par de enchufes Eve Energy de Elgato, ha sido subir un nivel más como usuario de HomeKit. Y ese nuevo nivel ha consistido en conseguir un juego de lámparas conectadas de la Gama TRÅDFRI, vendidas por IKEA. Sí, ya son compatibles.
Mi objetivo: jugar con esas bombillas y ver si el escenario que promociona Apple en su anuncio de HomeKit puede hacerse realidad. ¿El resultado? Pues no he llegado ni mucho menos a la utopía de ese anuncio, pero me ha quedado claro que HomeKit tiene un futuro muy prometedor.
La instalación no es difícil, pero sí larga si pones muchas bombillas
La instalación de las bombillas no es demasiado complicada. En el caso concreto de las TRÅDFRI necesitas adquirir un puente que se conecta vía ethernet al router, y además un dispositivo de control que puede ser un mando a distancia, un regulador de intensidad o un sensor de movimiento. Sin uno de esos tres dispositivos, no podremos controlar las bombillas.
Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer si queremos entrar en el ecosistema TRÅDFRI es comprar el pack de inicio con el puente, uno de esos controladores y dos bombillas con la rosca E27 (suele ser la más común). De momento la ventaja que tiene esto es ya el precio, bastante más bajo que los paquetes de inicio similares de otras gamas como la Hue de Phillips. Lo tienes en la web oficial de IKEA.
Aunque queramos usar las bombillas con la aplicación Casa de iOS, tenemos que instalar la aplicación oficial de TRÅDFRI (gratuita en la App Store) para poder instalar los dispositivos y cada bombilla por separado. No es un proceso difícil, simplemente es algo trabajoso. Para cada bombilla que tengamos tenemos que acercar el dispositivo de control a menos de dos centímetros y pulsar un botón. Es la bombilla la que nos hace señales luminosas indicando que ya se ha emparejado con el controlador.
Luego, mediante una opción en los ajustes de la aplicación TRÅDFRI, se nos da el número con el que HomeKit reconoce todo el ecosistema de bombillas. Así que el proceso largo se hace con la aplicación de IKEA, mientras que la integración con HomeKit se hace con un sólo paso y abarca todas las bombillas.
En mi caso, instalé dos bombillas en la sala principal de mi apartamento y dos más en el dormitorio. En la sala principal tengo más luces, pero no quise hacer un gasto demasiado alto con el riesgo de que a lo mejor la iluminación que daban esas bombillas no me gustase.
Algo que me ocurrió es que no pude instalar ciertas bombillas en una zona donde la señal Wi-Fi de mi piso es débil, de modo que tuve que hacer el emparejamiento y configuración en una lámpara más cercana. Luego, al colocarlas en la zona con señal débil de nuevo, el funcionamiento volvió a ser el correcto.
Lo mejor: que tus luces trabajen solas dependiendo de lo que hagas
Una vez llegados a este punto, empieza la magia. ”Siri, apaga las luces del comedor”. ”Siri, enciende las luces del dormitorio”. La casa obedece in rechistar. Puedes incluso jugar con la intensidad de la luz, para iluminar más o menos dependiendo del momento del día. Es algo que subestimaba al principio, pero que es muy útil en casos como por ejemplo usar las bombillas como despertador.
La utilidad llega no con las órdenes directas, sino con la automatización que puedes hacer. Cada mañana, cuando me levanto, las luces de mi casa se encienden a muy baja intensidad para que no me cieguen en la cama. Además un pequeño radiador empieza a calentar el baño, para que pueda entrar en él y ducharme con el agua caliente que ha calentado mi termo tras apagarse para ahorrar energía.
Otros detalles: puedes configurar HomeKit para que, cuando estés fuera, las luces que estén cercanas a la ventana se enciendan un rato para que desde la calle parezca que estés en casa. O que lo hagan cuando estés dentro, pero automáticamente cuando se ponga el sol. De repente, dejas de utilizar los interruptores.
¿Y qué ocurre si por costumbre los usas? Pues que apagas las bombillas y HomeKit deja de funcionar, pero recuperas ese uso volviendo a encenderlas. Y además, cuando pasas a usar los interruptores las luces actúan como si fuesen normales. Útil para cuando alguien venga a tu casa y no se dé cuenta de que lo tienes todo automatizado. Y también para ti, porque hasta que no te acostumbras a HomeKit siempre acabas pulsando el interruptor involuntariamente.
Tras estas pruebas, me queda claro: HomeKit ha llegado para quedarse. Es hasta adictivo ver cómo de repente, tu casa es proactiva y se antepone a tus necesidades. Y cuidado, porque usar HomeKit también implica casi por inercia usar mucho más Siri. Ya no cierro ninguna luz manualmente: desde mi cama digo "buenas noches" y todo queda perfectamente cerrado.
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La noticia Una semana con las bombillas TRÅDFRI de IKEA lo confirman: HomeKit puede incluso ser una adicción fue publicada originalmente en Applesfera por Miguel López .
Fuente: Applesfera
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