Mi genoma es mío y lo modifico cuando quiero
Hace diez años fue publicado un videojuego que acercó a muchos el concepto de la edición genómica: Bioshock. Gracias a los plásmidos del ADAM podíamos reescribir nuestro ADN para lograr cualidades sobrehumanas, una fantasía más que podíamos disfrutar únicamente con un mando de consola entre las manos. ¿Hasta ahora?
En 2012 se descubrió que CRISPR, la herramienta molecular que permite editar o corregir genoma celular, también podía usarse para modificar el ADN. Desde entonces, el interés por esta práctica ha ido en aumento. Al fin y al cabo, por remota que sea, siempre resulta llamativa la posibilidad de tener una mejor predisposición genética a tener una memoria mejor, a ser más propenso a ganar músculo o a ser más resistente a los resfriados. ¿Alguien ha llegado lejos con esta idea?
El vendedor de kits caseros para modificarte el ADN
Para responder a esa pregunta hablamos con Josiah Zayner, fundador de The Odin, empresa que vende kits para editar ADN con CRISPR de forma casera. Zayner, doctor en Biofísica y antiguo empleado de la NASA -diseñaba espacios habitables para supuestos futuros colonizadores de Marte-, es quizás el más mediático representante del biohacking.
Durante una charla en San Francisco se inyectó, ante los asistentes, ADN que bloquea el gen de la miostatina, proteína que bloquea el crecimiento muscular. El objetivo, por supuesto, fue aumentar su ganancia muscular. Este experimento supuestamente funcionó con un perro en 2015.
Hace unas semanas confesó en The Atlantic estar "arrepentido" de haberlo hecho, aunque en conversación con Xataka matiza su contrición: "No me arrepiento de haberme inyectado ADN que causa modificación genética a través de CRISPR. De lo que me arrepiento es de la respuesta que ha generado en los medios de comunicación, de cómo ha motivado a otras personas a inyectarse con poco conocimiento de la seguridad o la eficacia de la terapia genética que intentan utilizar".
Así y todo, este biohacker no se ha mostrado muy seguro de la efectividad de su propia inyección. "Solo el tiempo y más experimentos revelarán si causa algún efecto físico".
Hemos querido hablar con algún cliente de The Odin que haya probado en sus carnes, literalmente, uno de los kits que suministra Zayner. Localizamos a un cliente avezado, un profesor de Química de Georgia. No quiere dar más datos por tratarse de un asunto que podría llegar a causarle "problemas en su puesto de trabajo".
De entrada, el profesor se hizo con uno de los kits por mera curiosidad profesional y porque no temía experimentar consigo mismo.
"La ingeniería genética en adultos me lleva interesando tiempo, y cuando vi que The Odin comenzó a vender kits caseros estuve ahorrando un tiempo. Había varios kits con diferentes precios, yo compré el de 1.500 dólares, y sinceramente no me parece caro para lo que trae: termociclador, tanque de electroforesis en gel, microcentrífuga... y reactivos y plásmidos [moléculas de ADN]".
¿Qué opina el profesor del kit que le llegó a casa? "¡No sirven de nada! Quiero decir... su base científica es real, eso me parece innegable, pero lo que hace The Odin es utilizar a su favor el desconocimiento de la mayoría de la sociedad sobre la ingeniería genética. Es complejo, muchas personas escuchan sobre esto y se lanzan a probar con kits de 200, 300, 500 dólares, pensando que dejarán de desarrollar psoriasis o que ganarán más músculo levantando pesas. Es imposible lograr algo así con uno de estos kits y desde casa sin conocimientos de genética".
Uno de los clientes de The Odin: "La empresa se aprovecha del desconocimiento de la sociedad sobre ingeniería genética [...] Es imposible lograr algo con estos kits"
¿Llegó a inyectarse ADN, o únicamente compró el kit para ver su contenido de primera mano? "Sí, me inyecté, pero por interés personal y sabiendo que nada iba a suceder con mi cuerpo, o al menos las posibilidades son muy remotas. No es algo que le contaría a mi mujer, pero lo hice. Está muy bien para experimentar y descubrir, pero es ridículo para cualquiera con formación pensar en cambios reales. Es más, hay kits de 200 o de 1.000 dólares tal vez, y los efectos en el cuerpo son los mismos. Hace falta mucho más para lograr algún resultado".
Lo que nos cuenta Zayner tampoco está muy desviado de la tesis de este profesor: "¿Que qué recomendaría a quien esté interesado en modificar su genoma desde casa? En primer lugar, le animaría a entender la ciencia detrás del proceso. Inyectarse con algo que no entiendes de verdad no beneficia a nadie. Quien haga eso será más propenso a hacerse daño que a desarrollar grandes músculos".
Dentro de veinte años
Estos testimonios pueden ser un bajón en las expectativas de los entusiastas de la ingeniería genética y el biohacking, pero tampoco significan que esta apuesta no tenga futuro en un futuro, valga la redundancia. La doctora Jennifer Doudna, una de las pioneras de CRISPR, dio una pista en este sentido en una entrevista de Sam Harris:
"El escenario en el que CRISPR se utiliza para la automejora física no llegará pronto. Lo que más me preocupa es que la gente vaya por delante de la propia tecnología".
Patrick Griffin, estudiante de doctorado en Biomedicina en Harvard, dejó otro punto de vista sobre la edición genómica DIY en Science in the News:
"Josiah Zayner puede ser el mejor ejemplo de alguien que está adelantando a la tecnología CRISPR. Sin embargo, aunque quizás no haya conseguido grandes músculos, su experimento puede ser exitoso en un sentido: ha forzado a la gente a enfrentarse a los peligros y dilemas del biohacking en la era CRISPR".
¿Cómo ve Zayner el futuro de la edición genómica? "Creo que la modificación genética en humanos se usará por razones cosméticas o estéticas en unos diez o veinte años. Imagino que será algo mucho más aceptado entonces dado el gran beneficio que puede aportar a las personas".
"Ha de llegar una regulación: el problema no será editarse el genoma, sino hacerlo sin formación ni asistencia profesional"
El profesor, en cierta forma, coincide con él: "Es algo que llegará, pero desde luego no vendiéndose en kits y haciéndose en los hogares a manos de gente que no sabe lo que hace realmente. Con [la oveja] Dolly se logró lo que unos años antes se decía que era una mera fantasía de ciencia-ficción. Claro que veremos la arquitectura genética estandarizada, pero también ha de llegar una regulación".
"Creo que estamos en un momento previo que permite a The Odin ejercer su actividad, pero es como los tatuajes: antes eran algo que se hacía sin control hasta que hubo una legislación que los regulaba sanitariamente. Va a pasar algo así: lo malo no será editarse el genoma, será hacerlo sin formación ni la asistencia de un profesional. En unos años nos parecerá grotesco lo que hace The Odin ahora, pero yo quiero formar parte de ello".
Antes de despedirnos, pregunto a Zayner si conoce a alguien que haya hecho lo mismo que él con resultados satisfactorios y sin arrepentirse de ello. "A mí también me encantaría conocer a esa persona", responde.
En Xataka | Tiene 32 años y tiene en sus manos convertir CRISPR en una verdadera revolución: te presentamos a Rachel Haurwitz.
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La noticia Mi genoma es mío y lo modifico cuando quiero fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Fuente: Xataka
Enlace: Mi genoma es mío y lo modifico cuando quiero
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