Raw Fury se está convirtiendo en la nueva Devolver Digital. Y eso me flipa

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En VidaExtra nos encanta la editora Devolver Digital. Desde que se fundó en 2008, empezó a cosechar fama y prestigio con videojuegos que revivían la esencia del siglo pasado: 'Hotline Miami', 'Luftrausers', 'OlliOlli'... La lista es prácticamente interminable, y donde también hay producciones españolas, como 'Gods Will Be Watching' o el reciente 'Crossing Souls'. Su sello es inconfundible.

Pero desde hace tres años, una modesta editora sueca está empezando a cobrar más relevancia en esta industria adoptando un modelo similar. Nos referimos a Raw Fury, donde ayer presentó 'Bad North' para Nintendo Switch.

Fundada en 2015 por Gordon Van Dyke (EA DICE) y Jonas Antonsson (Paradox Interactive), su equipo se define como "un pequeño grupo de veteranos que han disfrutado las mieles del éxito y han sobrevivido a través de distintos retos". Y lo cierto es que no les está yendo nada mal teniendo en cuenta su prematura edad, donde han demostrado desde el principio tener buen ojo para apostar por proyectos refrescantes que destilan esencia retro por los cuatro costados.

Su desembarco en el sector indie

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Noio (Thomas Van den Berg) y Licorice (Marco Bancale) tienen el honor de ser el primer equipo respaldado por Raw Fury, y no solamente eso, sino el que más se ha prodigado hasta la fecha, con dos trabajos publicados ('Kingdom' en 2015 y su versión más pulida, 'Kingdom: New Lands', en 2016) y uno más por sacar este año (tras un retraso de bastantes meses), la secuela 'Kingdom: Two Crowns'.

La obra de Noio y Licorice fue una notable carta de presentación por plantear una estrategia medieval de fantasía con scroll lateral en 2D ultra-pixelado. Un juego que nos enganchaba a lo tonto a pesar de su (a priori) sencilla premisa.

En 2016, Raw Fury tan solo editó tres juegos. Aparte del 'Kingdom: New Lands', entraron en juego la aventura gráfica 'Kathy Rain' (Clifftop Games), muy en la línea de los trabajos editados por Wadjet Eye Games, como 'Resonance' o 'Gemini Rue'; y el exigente 'GoNNER' (Art in Heart), un plataformas de acción con toques de roguelike que también tuvo buena acogida, incluso en Switch.

Estética retro total, jugabilidad a prueba de bombas

Si algo fue quedando más patente si cabe en 2017, es que Raw Fury se caracteriza, sobre todo, por una estética retro muy marcada donde la jugabilidad nos recuerda a la de los títulos de antaño: sencilla de entender, difícil de dominar.

En este sentido, 'Tormentor X Punisher' (E-Studio) es uno de los mejores ejemplos que se puedan dar. A priori es feo de cojones, pero es toda una delicia a nivel jugable. Ofrece más de lo que se puede atisbar a simple vista, con mecánicas ocultas (hacer que las balas reboten para crear un wallie, por ejemplo) que nos permitirán engrosar el marcador de una forma alarmante. Todo un festival de luces y colores de lo más adictivo, ideal para sesiones cortas e intensas.

Con 'Uurnog Uurnlimited' (Nifflas Games) ha tenido críticas dispares, por contra. Quizás por no haber sabido cuajar esa mezcla de plataformas con rompecabezas. O por un nombre tan raro para un juego inspirado en 'Super Mario Bros. 2'.

Este 2018 su bagaje está siendo más modesto, ya que hasta la fecha tan solo se ha publicado 'Dandara' (Long Hat House) en todas las consolas actuales de sobremesa y Steam. Una vuelta de tuerca interesante para los metroidvania que peca, eso sí, de durar un suspiro. Aunque nos podrá traer de cabeza...

El futuro de Raw Fury se tiñe de optimismo

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Viendo todo lo que tiene previsto publicar Raw Fury en 2018 o poco después, parece evidente que estamos ante el año de su madurez como editora. No en vano uno de los títulos que sacará en este periodo fue una de las grandes sensaciones del pasado E3 2017. Nos referimos, cómo no, a 'The Last Night' (Odd Tales).

Es, de largo, el videojuego de esta editora sueca que más ha dado que hablar hasta la fecha, siendo muy esperada su salida en Steam y Xbox One.

Pero ojo, atentos a todo lo que está en camino, que hay varias rarezas...