He pasado una semana con 23 productos Xiaomi y ninguno es tecnológico
Da la sensación de que Xiaomi ha pasado de ser esa simpática empresa china que copia un producto conocido y lo vende más barato, a un enemigo feroz para el resto de fabricantes que, además, se ha posicionado como una marca amiga para los usuarios (ya es la tercera que más smartphones vende en España según Canalys, por delante de Apple).
Muchos nos preguntamos si esa "posición sexy" que tiene Xiaomi en smartphones aguantará en el tiempo y si se trasladará también a otros productos como su portátil, su patinete eléctrico, sus televisiones o su altavoz inteligente. Hasta que un día llegué a la oficina con unas zapatillas de deporte que fueron imán de miradas y elogios. "Pues son Xiaomi", fue mi respuesta.
Así que replanteamos la pregunta: ¿y si Xiaomi vendiera toallas? ¿Y sartenes? ¿Y destornilladores? ¿Y gafas de sol? El caso es que... ya vende de eso.
Un imperio con más de 200 empresas
Xiaomi empezó en 2010 como fabricante de teléfonos. En 2011 anunció su primer teléfono, el Xiaomi Mi1 (no confundir con el reciente Xiaomi Mi A1), cuyo hermano más reciente es el Xiaomi Mi8.
Lo cierto es que no le ha ido mal desde entonces. Dependiendo de los informes que consultemos, Xiaomi se coloca ya como quinto o cuarto fabricante que más teléfonos vende en todo el mundo. Y, a pesar de que hace un par de años un directivo de la compañía reconoció que Xiaomi no hace dinero vendiendo teléfonos, los smartphones representan el 70% de sus ingresos.
Esto es curioso por varios motivos. El primero es que Xiaomi no se considera una empresa de smartphones, sino una empresa de Internet (de hecho, lo de Mi viene de Mobile Internet):
Es más, el pasado mes de abril recalcaron que prefieren mantener una política de precios contenida en sus productos aunque eso signifique ganar menos dinero. Incluso se atreven a comprometerse a mantener un margen de beneficio de, como mucho, un 5% en todo su catálogo.
Más allá de las promesas, ¿qué hay de los ingresos que completan el 30% restante? Con su reciente salida a bolsa, hemos podido conocer en detalle las diferentes partidas de los ingresos de Xiaomi:
Como vemos, el 20.5% de los ingresos de Xiaomi en 2017 (que ascendieron en total a algo más de 114.000 millones de yuanes, unos 14.500 millones de euros), provienen de la categoría "IoT y productos lifestyle". De hecho, si observamos la evolución de los ingresos de Xiaomi desde 2015, se aprecia una tendencia hacia la diversificación para no depender tanto de las ventas de smartphones.
Así, por ejemplo, de 2016 a 2017, bajó un uno por ciento de ingresos en smartphones frente al 2.4% que subió en la citada categoría:
Categoría |
Porcentaje de ingresos en 2015 |
Porcentaje de ingresos en 2016 |
Porcentaje de ingresos en 2017 |
---|---|---|---|
Smartphones |
80.4% |
71.3% |
70.3% |
IoT y productos lifestyle |
13% |
18.1% |
20.5% |
Servicios de Internet |
4.9% |
9.6% |
8.6% |
Otros |
1.7% |
1% |
0.6% |
Los productos de la categoría "IoT y productos lifestyle" se encuadran dentro del conocido como Mi Ecosystem, que, en palabras de Donovan Sung, portavoz internacional de Xiaomi, es la plataforma de IoT más grande del mundo con "más de 100 millones de dispositivos conectados":
#Xiaomi offers a broad range of consumer products, including AI speakers, rice cookers, drones and more. We've already built the world's largest IoT platform with 100M+ connected devices.
— Donovan Sung (@donovansung) 26 de junio de 2018
Check out this video and let us know what product you're looking forward to the most! pic.twitter.com/hZbwYLxi8A
Y, sí, dentro de ese ecosistema IoT se encuadran la mayor parte de productos que no son smartphones de Xiaomi, aunque lo curioso del caso es la estructura empresarial sobre la que se sustenta el negocio.
En la propia web corporativa de Xiaomi, cuando buscas Mi Ecosystem, te aparece un listado de 90 empresas que se dedican a fabricar productos muy concretos. Todas ellas son startups chinas en las que Xiaomi ha invertido y a través de las que vende luces de noche con sensores de movimiento (Mijia, Yeelight), purificadores de agua (Viomi), robots aspiradores (Roborock), cerraduras inteligentes (Vima), cepillos de dientes e higiene dental (Soocas, DOCTOR·B, Oclean), maquinillas de afeitar (HANDX), cinturones y zapatillas (QIMIAN), termos (Kiss Kiss Fish), palillos y cubiertos para comer (Yi Wu Yi Shi), ropa (COTTONSMITH) y un larguísimo etcétera.
Pero hay más. En los ingresos de la compañía también están los apartados "Servicios de Internet" y "Otros", y para poder ofertar esos productos, Xiaomi ha llegado a alianzas con 210 empresas y startups. Cada una de ellas se encarga de una línea de producto muy concreta: desde gafas de sol a toallas. Ellas proporcionan los productos y Xiaomi se encarga de distribuirlos.
El gran bazar chino
A día de hoy es complicado hacerse con esos productos que no son smartphones de Xiaomi. Aunque la propia empresa está haciéndolos llegar progresivamente a los más de 70 mercados en los que ya está presente, son muchos y la escalabilidad es complicada. Además de que debería tener un sistema de atención al cliente gigante para gestionar garantías, desperfectos, etc.
En nuestro caso tiramos de paciencia, tarjeta de crédito y GearBest (que amablemente nos cedió algunos de la lista), AliExpress y Light In The Box. No pudimos conseguir todo lo que queríamos (falta de stock o no se enviaba a España), pero al final logramos reunir más de veinte productos y ninguno de ellos era tecnológico.
Digamos que se podrían clasificar en productos de cocina (sartén, arrocera, tupper de cristal), ropa y calzado (zapatillas de deporte, bufanda, cinturón), aseo (maquinilla de afeitar, dispensador de jabón, cepillo de dientes), hogar (kit de destornilladores, purificador de aire, lámpara) y otros (juguete anti estrés, paraguas, maleta).
Un matiz: cuando decimos que no son productos tecnológicos no estamos obviando la tecnología que algunos llevan, como por ejemplo la arrocera, el purificador de aire o la luz nocturna con sensor de movimiento. Sin embargo, son productos que no encajan dentro del esquema que a priori uno se hace de una empresa que vende smartphones.
Pero hay más, y es que nos quedamos con las ganas de pedir otros tantos productos y que tampoco nos esperaríamos en el portfolio de una empresa tecnológica, como una bolsa para bebés, un sofá, una almohada o una bolsa de plástico. Es sorprendente porque cada vez que mirábamos el catálogo veíamos algo nuevo y más bizarro aún.
¿Y los productos qué tal?
"¿Unas zapatillas de Xiaomi? ¿Qué hacen, te miden los pasos y la velocidad?" La pregunta más repetida cuando confesaba que determinado producto era de Xiaomi era si hacía algo especial y/o tecnológico. Mi respuesta siempre era la misma: no. La sartén es una sartén, la bufanda es una bufanda, las zapatillas son unas zapatillas y la maquinilla de afeitar es una maquinilla de afeitar. No tienen funciones "smart" ni nada que "justifique" que sean Xiaomi.
La única excepción en todo esto es la arrocera, que tiene Wi-Fi y puedes controlarla vía app, aunque no es necesario para cocinar arroz (y por eso la hemos incluido en el listado de productos "no tecnológicos"). Sin embargo, el resto de productos se limitan a su función primaria y nada más sofisticado.
A pesar de ello, hay una dificultad extra con estos productos importados de China: las instrucciones. Aunque no sean productos difíciles de configurar o usar, hay indicaciones como con qué es recomendable lavar la bufanda que realmente no entiendes (a no ser que sepas chino, claro). La mayoría de instrucciones vienen solo en chino, así que tuve que recurrir a alguna aplicación de traducción con el móvil para entender determinadas cosas, como los botones de la arrocera:
En cualquier caso, en el día a día todos los productos que pude probar cumplieron bien su función. La sartén tiene buenos materiales y no se pega (nunca me había imaginado decir algo así en Xataka), la bufanda es de buen tejido, la billetera es bonita y sencilla, etc.
Es cierto que por precio todavía no pueden competir en la mayor parte de ocasiones con lo que podemos encontrar en Amazon, por ejemplo, sobre todo porque son importados, pero en cuanto a calidad y patrones de diseño vemos claras inspiraciones en productos conocidos.
Las zapatillas de deporte, por ejemplo, me recuerdan mucho a modelos básicos de Nike o Adidas; la lámpara de mesa es muy IKEA; la maleta podría pasar perfectamente por una Roncato o Samsonite, etc. No aprecié en ninguno de estos productos un diseño o un concepto rompedor o innovador, si no más bien patrones ya conocidos que son efectivos y estéticos.
Dicho lo cual, da vértigo que una empresa como Xiaomi pueda entrar en nuestra casa acaparando productos tan dispares y, además, cumpliendo bien cada tarea. Y todo apunta a que no va a parar hasta conseguirlo en los próximos meses y años.
Nota: Este NO es un artículo patrocinado y el arroz en esa arrocera es de otro nivel.
En Xataka | Qué diferencia hay entre un móvil Xiaomi comprado en España y un móvil Xiaomi comprado en China
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Fuente: Xataka
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