Análisis MacBook Pro (2018), potencia compacta en cualquier parte
En la historia de Apple, ha habido muchos ordenadores importantes. Evidentemente el más importante de todos ellos fue el Macintosh, presentado en 1984 por un Steve Jobs pletórico ante un público deseando ver algo distinto. Era la contrapartida del “Piensa Diferente”, un lema que la compañía utilizó como contraofensiva al que utilizaba el por aquel entonces el gran enemigo azul, IBM: “Piensa”. El ADN de Apple nunca había sido conformarse, incluso sin utilizar ya el conocidísimo eslogan.
El PowerBook fue uno de aquellos ordenadores que cambiaron cosas. Trazaba cierta distancia con el portátil de uso “doméstico” - el iBook, que saldría después - y estaba orientado hacia el sector profesional que requerían potencia en movimiento. Fue una sacudida importante para la industria porque incluía cosas que aunque ahora vemos comunes se popularizaron gracias a estos primeros modelos: desde espacio para las palmas de la manos a continuación del teclado, un trackball para mover el puntero del ratón, o la pantalla de matriz activa en el modelo más alto de la gama, el** PoweBook 170**.
El primer modelo lanzado en 1991 situó a Apple en un lugar destacado dentro de la industria de la informática. Me gusta hablar de esto antes de empezar un análisis como este ya que nos contextualiza la importancia del diseño, la importancia de la cohesión del software y el hardware. Con el PowerBook original, Apple descartó la idea del Macintosh Portable original, que básicamente era un ordenador de escritorio con batería. Para conseguir un auténtico portátil profesional, llevaron a Sony los esquemas técnicos para que ellos se encargaran de la miniaturización, compactándolo utilizando la apariencia de sus propias guías de diseño “Snow White”. Y desde entonces, se abrió un mundo de posibilidades que nos ha llevado hasta hoy, y este modelo que analizamos hoy.
Modelo analizado |
MacBook Pro (15-inch, 2018) |
---|---|
Procesador |
2,9 GHz Intel Core i9 |
Memoria |
32 GB 2400 MHz DDR4 |
Gráficos |
Radeon Pro 560X 4096 MB Intel UHD Graphics 630 1536 MB |
Pantalla |
15,4 pulgadas (2880 x 1800) |
Almacenamiento |
Disco duro interno de 4TB SSD |
El diseño coherente se mantiene
La apariencia física de este nuevo modelo de 2018 es idéntico al que ya conocimos a finales de 2016, cuando se presentó este nuevo diseño. En mi análisis de aquel momento hablaba de “reinvención firme”, porque Apple de nuevo evolucionaba la apariencia que todos conocíamos hacía algo más práctico, más robusto, más compacto y con más posibilidades de futuro. Este diseño es, teniendo el mismo tamaño de pantalla en el modelo de 13”, más pequeño en envergadura que un MacBook Air - que si recordáis nos maravilló por su extrema ligereza.
No es ninguna novedad, pero podemos hablar de cómo es trabajar este diseño unibody en el día a día, después de utilizarlo durante casi dos años en dos generaciones distintas: sin duda funciona. Me recuerda mucho a la experiencia original del PowerBook, todo un ejercicio de contención para la época, ya que es realmente impactante de nuevo el nivel de tecnología que la marca puede alojar bajo su carcasa. Esto también requiero ciertos compromisos, como el bajo grado de reparabilidad o la integración de todos sus componentes bajo una placa base hecha completamente a medida, sin posibilidad de ampliar el disco duro interno o la RAM una vez hecha la compra.
A cambio, Apple nos ofrece un diseño extremadamente compacto y portátil y resistente para nuestros viajes o movimientos del día a día, con un peso máximo de 1,83 kg y una envergadura muy contenida, es una maravilla para llevarlo y tener una estación de trabajo en casi cualquier parte. El increíble y enorme trackpad Force Touch con sensibilidad a la presión hace que no queramos ni llevarnos el ratón. Este trackpad es exactamente igual al de generaciones anteriores, y su precisión y los familiares gestos Multi-Touch nos ayudarán mucho a ser más productivos. En el modelo de 15”, es incluso más grande que un iPhone X, y puede llegar a gustar incluso a los poco entusiastas: en mi caso, que llevo utilizando el modelo de 13” desde 2016, ya casi lo utilizo más que el ratón.
Los cuatro puertos USB-C ahora funcionan a 40 GB/s, ya que los nuevos MacBook Pro cuentan con más canales PCI-e
Los cuatro puertos USB-C se mantienen, pero en esta generación Apple ha conseguido que todos funcionen a la máxima velocidad de transferencia, 40 GB/s. En las generaciones anteriores, sólo los puertos de la izquierda funcionaban a esta velocidad, pero en estos modelos de 2018 (tanto los de 13" como los de 15") funcionan al máximo. Esto se ha podido conseguir este año ya que los nuevos MacBook pro cuentan con más canales PCI-e y es especialmente útil si conectamos monitores de alta resolución (hasta dos externos 5K) o discos duros externos de alto rendimiento, orientados al mercado profesional a donde apunta este portátil.
Pantalla con TrueTone y altavoces potentes
Una de las cosas a las que más importancia hay que darle hoy en día en cualquier dispositivo orientado hacia el mundo portátil o la movilidad, es la pantalla. Es casi más importante que la podemos tener encima de un escritorio en casa, ya que la de un MacBook Pro la miraremos en aeropuertos, diversas oficinas, en un tren en movimiento… Los cambios de iluminación de todas estas estancias influyen en cómo vemos nuestro mundo digital, y la pantalla debe ser lo suficientemente versátil para lidiar con estas situaciones.
La pantalla sigue siendo magnífica, manteniendo los 500 nits de brillo de pantalla y el espacio de color cinematográfico P3
Uno de los aspectos más importantes aquí son los “nits”, la medida estándar de luminosidad de un panel digital. En la primera generación de este portátil se estableció en 500 nits, siendo un 67% más brillante que sus predecesores. Seguimos manteniendo esa medida, y el espacio de color P3 - el mismo que utiliza la industria cinematográfica - para tener un 25% más de colores que con el espacio de color tradicional. La pantalla sigue siendo completamente espectacular, manteniendo un nivel de contraste muy equilibrado entre la intensidad de los colores y los negros más intensos, en cualquier situación, a una resolución nativa de 2.880 por 1.800 con 220 píxeles por pulgada.
La tecnología True Tone y su balance de blancos mediante sensores nos ayudará en las sesiones donde no necesitemos corrección de color: hojas de cálculo, texto, programas de cálculo, navegación...
La gran novedad de esta generación es la incorporación de la tecnología True Tone: la vimos por primera vez en los iPad Pro, y consiste en utilizar los sensores de luz ambiental para determinar el balance de blancos de la pantalla, que se ajustará dependiendo del lugar donde estéis. Si estáis trabajando por la noche con iluminación cálida, la pantalla también mostrará esa calidez cromática en los colores de la pantalla para que nuestros ojos trabajen de una forma más natural. Por supuesto, se puede desactivar si estamos trabajando con fotografía o vídeo y queremos la máxima fidelidad de colores para nuestras composiciones. Para cualquier otra situación: navegación web, lectura en pantalla en general, hojas de cálculo, app de escritura, etc… el True Tone es una muy buena idea que mejorará nuestro confort visual.
Sobre el papel los altavoces no tienen grandes cambios: siguen conectados a la alimentación del sistema, con lo que derivan la potencia necesaria cuando la necesitan para conseguir un rango dinámico más amplio y sobre todo unos graves más potentes. Hace unos días surgieron algunos usuarios con problemas de ruido en los altavoces, pero en mis pruebas no he notado ningún problema ni aumentando el sonido al máximo o con distintas tipos de música. El sonido se oye magnífico, más de lo que recuerdo en el modelo de 15” anterior: mucho más cercano al sonido claro de cuatro altavoces gestionados por acelerómetro del iPad Pro (aunque sin alcanzarlo, aún), pero desde luego suficiente como para hacer una composición musical, jugar a un videojuego, o ver una película.
Teclado: más cómodo, más silencioso y más protegido
El teclado fue uno de los grandes cambios del diseño actual, contando con un nuevo mecanismo “mariposa” sobre la que reposaba cada tecla individualmente en todo su perímetro. Esto conseguía que la pulsación fuera más natural. Se trataba de un teclado con perfil bajo pero tenía un buen recorrido para este tipo de mecanismos, por lo que pronto llamó la atención de la gente que los solemos utilizar para trabajar en el día a día. Personalmente el nuevo sistema me gustó muchísimo ya que suelo utilizar teclados con poco recorrido, aunque como punto a mejorar, hacía demasiado ruido.
Algunos teclados de generaciones anteriores tuvieron problemas de funcionamiento: en esta generación, Apple lo protege mediante una membrana que además atenúa el sonido de las pulsaciones
Unos meses más tarde, hubo polémica: algunos usuarios se quejaban de que sus teclas se quedaban fijadas o no funcionaban después de un uso normal con él. Apple tuvo que tomar nota y gestionó el problema con un programa de reparación gratuita que aún sigue vigente, además de varios consejos (como la limpieza con aire comprimido) para el mayor problema de este teclado: la suciedad microscópica que “se cuela” entre las teclas. No todos los teclados han tenido este problema: mi MacBook Pro de finales de 2016 funciona perfectamente a pesar de utilizarlo más de 15 horas diarias.
Estaba claro que Apple había hecho algo también en este nuevo MacBook Pro para evitar problemas: según conocimos por primera vez con iFixit, la compañía había añadido una membrana de silicona a cada tecla, cubriendo los mecanismos de mariposa para evitar la suciedad accidental. Aunque Apple nos dice que este cambio es puramente para amortiguar el sonido la compañía registró una patente a principios de Marzo describiendo el conjunto de la membrana como una prevención antisuciedad para teclados. Más allá del motivo por el que lo hicieron, está claro que esta tercera generación de teclado de mariposa se oye menos y funciona mucho mejor. Para probarlo, medí mis pulsaciones medias en el teclado del MacBook Pro de 2016 y en este de 2018:
Aunque sólo es una aproximación a mi forma de teclear, se observa que la mejora en el teclado también incrementa mi velocidad de escritura y reduce las equivocaciones, quizás al tener que hacer menos presión en cada tecla y tener algo más de acompañamiento en el recorrido de cada una de ellas. La reducción de sonido también es notable, sobre todo si volvemos a alguno de los teclados de la generación anterior. Particularmente, sigo encantado con este teclado y con las mejoras importantes de esta generación en el portátil (este artículo ha sido escrito íntegramente en él).
La inclusión del chip ARM T2 no sólo securiza el sistema: también nos permite utilizar el "Oye, Siri" - aunque su integración en macOS sigue siendo muy pobre
Otra de las novedades de este año es la incorporación del chip de seguridad T2 de Apple, que almacena la información biométrica del Touch ID, actúa como enclave de seguridad para el resto del equipo y además, permite que el “Oye Siri” funcione por primera vez en un Mac. El conjunto funciona fantástico pero echo de menos una mayor integración de Siri dentro de macOS, por ejemplo, para buscar archivos con Spotlight. La Touch Bar parece idéntica a los años anteriores, pero en esta ocasión también adquiere la característica True Tone de la pantalla: adaptará su balance de blancos a la iluminación de la estancia donde estemos, algo que no ocurría en generaciones anteriores y le da un aspecto mucho más natural en el conjunto del resto del teclado, menos “pantalla”.
Coffee Lake en un MacBook Pro, al fin
Uno de los compromisos que tenemos que esperar por un diseño tan particular como el que hace Apple a sus portátiles, es el de la miniaturización y personalización de cada chip que lleva. En el caso de la CPU es algo importante ya que no sólo hablamos de potencia, también altera la arquitectura en cierta medida del resto del sistema. Por ejemplo, en la primera generación la inclusión de memoria DDR se limitó ya que aquellos procesadores - Intel Skylake - aún eran compatibles con DDR4 por su alto consumo energético. Coffee Lake, la esperada nueva generación de Intel, ya permite utilizarlos y contamos en los modelos de 15” con 32GB DDR4 máximo que disparan el rendimiento sobre todo si trabajamos con archivos grandes.
Para poder alimentara a esta nueva memoria RAM ultrarápida, Apple ha aumentado la batería del portátil, pero no para aumentar su "autonomía práctica": seguimos contando con las 10 horas teóricas que la compañía busca en cada producto, y en mis pruebas con apps ofimáticas, navegación web, videoconferencia y una máquina virtual con VMWare, he alcanzando unas 7 - 8 horas prácticas. Si trabajamos con Final Cut o algún programa que consuma gran cantidad de potencia de cálculo, el rendimiento de la batería nos durará unas 4 - 5 horas dependiendo de la envergadura del trabajo que le pidamos.
Los primeros resultados sintéticos de potencia y rendimiento los obtuve con el tradicional Geekbench 4.0 version 4.2.3 (401111):
Tenéis disponible todo el informe completo en el Geekbench Browser, como veis los números son espectaculares, sobre todo el incremento en potencia en multiprocesador que se acerca a los 24000 puntos. El modelo de 13" con cuatro núcleos también obtiene una muy buena puntuación: 4870 en Single-Core y 16262 en Multi-Core, unos de los cambios más notables que hemos visto en una única generación de MacBook Pro - que se acerca a duplicar el rendimiento de sus predecesores. A modo de contextualización, el primer MacBook Pro de 15" de esta generación presentado a finales de 2016, obtenía 4231 en Single-Core y 13307 en Multi-Core, y de eso hace menos de dos años.
Otra de las mejoras que más se notan en esta generación es sin duda la increíble velocidad de los discos duros integrados del sistema. Sobre el papel, Apple nos dice que alcanzan velocidades teóricas de hasta 3,2 GB/s, lo cual es una barbaridad. En las pruebas con el uso normal, noté un incremento sustancial a la hora de trabajar con archivos grandes, y las pruebas con evaluados de Blackmagic son concluyentes: velocidades prácticas de lectura y escritura alrededor de los 2,7 GB/s:
Sin embargo, estos números son todavía más impresionantes sabiendo que son transferencias con datos encriptados. ¿Cómo es posible que se consigan estas velocidades? El truco está en el chip T2 del que ya hemos hablado antes: además de utilizarse como enclave seguro, Apple ha conseguido trasladar la carga de codificación de los archivos a este procesador ARM, con lo que la CPU principal está liberado de ello, pudiendo trabajar en paralelo y mejorando ya de por si el rendimiento de los discos duros.
Thermal Throttling, estado de la nación
Uno de los más famosos YouTubers estadounidenses destapó al poco tiempo del lanzamiento de estos nuevos MacBook Pro un problema que tenía con su flamante nuevo portátil con procesador i9: en una de las pruebas de render que hacía para probar la potencia del sistema, se dio cuenta que el tiempo de proceso tardaba más que en generaciones anteriores. Esto hizo alertar incluso a la propia Apple, que llegó a contactar con él para repetir las pruebas que hizo en su laboratorio con el objetivo de encontrar una solución. En Applesfera os fuimos informando puntualmente del problema, pero no esperamos a publicar los análisis de cada modelo y pedimos a nuestro experto Julio César que investigara el tema: en este completísimo artículo podéis encontrar todos los detalles de la historia y su solución por parte de Apple.
La suma de problemas de diseño de Intel con el i9 y su disipación de calor en portátil de perfil delgado, fue el principal problema - Apple lo solucionó actualizando el software
Como explicación sencilla a todo el entuerto, se debe a una suma de diversos factores - fallos de hardware y de software. En hardware los procesadores i9 arrastran un problema que no sólo afecta a Apple, sino a todos los portátiles que están diseñados con un perfil delgado (Dell, HP o Acer entre ellos), y se trata de la disipación de calor en este tipo de diseños. Cuando un procesador tan potente como un i9 de calienta, el sistema comienza el llamado Thermal Throttling - una bajada de velocidad para auto-protegerse y que el calor no estropee el chip. Es por eso que en las pruebas de Dave con Premiere CC y archivos en bruto muy complejos, el rendimiento parecía peor que en generaciones anteriores. Apple no probó con Premiere a pesar de haber hecho pruebas de estrés con las grandes suites como Final Cut Pro X, DaVinci Resolve, Maya, etc... El problema de Premiere CC es que no está muy optimizado en Mac y todavía hizo más patente el problema.
Para colmo de males, además le sumamos uno de los mayores problemas de la tecnología x86: todos los núcleos de un procesador deben funcionar a la misma potencia (por lo tanto si se reduce la velocidad por seguridad, se reduce para los seis núcleos a la vez) y no pueden utilizar tecnologías de computación heterogénea como hace por ejemplo la arquitectura ARM - donde cada núcleo puede especializarse en una tarea autosugestionando su frecuencia para ser además más eficientes energéticamente.
Con todo estos datos encima de la mesa, Apple buscó soluciones y lanzó una actualización de firmware para corregirlo: además de todo lo anterior, la compañía se dio cuenta que las indicaciones de Intel para cargar los datos de los equipos de 6 núcleos eran incorrectos - los estaban tratando como máquinas de cuatro núcleos. Esto, y optimizaciones para poder disipar de forma más eficiente el calor utilizando el sistema de refrigeración de palas asimétricas del diseño, ha conseguido situar de nuevo el portátil dentro de los parámetros esperados de funcionamiento. Por supuesto, el portátil se seguirá calentando en tareas extremas, pero ello no causará el descenso de potencia acusado ni veremos que rinde peor que generaciones anteriores. En mis pruebas, el sistema de refrigeración se ha activado en los momentos esperados: exportaciones de Final Cut Pro X con archivos complejos, juegos con alta carga gráfica, ... pero jamás ha presentado una carga inusual o un encendido inesperado del sistema de ventilación, ni he notado una bajada del rendimiento del sistema.
Rendimiento en gráficos
El modelo para análisis de 15,4" que estamos analizando viene con la tarjeta gráfica más potente que podemos incluir en este MacBook Pro, la Radeon Pro 560X con 4GB GDDR5 de RAM. Es una tarjeta gráfica que evoluciona la que incluía Apple en generaciones anteriores. Las pruebas gráficas sintéticas son más complejas de evaluar ya que Apple está cambiando de driver gráfico, pasando del tradicional OpenCl a su propia tecnología propietaria Metal en macOS Mojave y iOS 12. En ambos sistemas operativos, los juegos y apps seguirán utilizando OpenCL y OpenGL, pero la compañía ha marcado ambas librerías como "obsoletas" y cada desarrollador deberá portarlas a Metal en el futuro.
Tiene su lógica: Apple no busca una mayor cohesión entre el resto del mundo y ellos, pero si entre su ecosistema - donde predomina con mucha fuerza iOS. Utilizando una tecnología como Metal tanto en iOS como en macOS, el cruce de apps y probablemente los mismos juegos como "binarios universales" en el futuro acaben llegando para ambos sistemas operativos. Esto es sólo un anticipo del futuro, por lo que para las pruebas sintéticas aún estando en macOS High Sierra, las he hecho utilizando LuxMark con la actual librería OpenCL. La puntuación resultado es la siguiente:
Para contextualizar estos datos, podemos compararlos con los obtenidos en los foros de LuxMark: el benchmark utilizado es la escena más compleja del sistema de medición - el render del hall de un hotel. Como vemos en los resultados obtenidos por otros usuarios y otros sistemas, el valor obtenido es muy similar al obtenido por tarjetas como la GeForce GTX 1050 Ti. Esto da lugar a muchos matices, pero el sistema al conjunto con el procesador funciona y resuelve de manera muy notable. Por ejemplo, la exportación del test BryceX en 5K con toda clase de filtros aplicados y una exportación directa sin preprocesado en background,tarda aproximadamente 32,29 segundos utilizando la última versión de Final Cut Pro X y el códec Apple ProRes 422. Es una buena cifra para un portátil, no son los 10-18 segundos de las grandes estaciones de trabajo con mejores tarjetas gráficas, pero tampoco los 98 - 120 segundos de otras configuraciones con más cuello de botella en cuestión gráfica.
Con todo, el sistema funciona completamente fluido al trabajar con varias máquinas virtuales de VMWare, compilando grandes proyectos de Xcode o trabajando con diversos canales de vídeos 4K en Final Cut Pro X, trabajando en tiempo real. Es evidente la mejora en potencia general que combina procesador principal, procesador gráfico, mejora en RAM/disco duro y al apoyo del chip ARM T2 que codifica en paralelo los archivos encriptados mientras los utilizamos. Esta cohesión es la principal arma de un portátil con esa importante relación entre el hardware y el software que Apple ofrece.
Pasemos a los juegos. Sí, lo voy a probar también en Fortnite, porque me lo vais a preguntar... El caso es que con este portátil podemos jugar a las resoluciones típicas a 60 fps sin ningún problema, por lo que he decidido forzar un poco más cada uno de ellos subiendo la resolución y activando las opciones de anti-aliasing más agresivas. Estos son los números que me han dado los diversos benchmarks en cada uno de los tres juegos, perfectamente jugables y con muy muy buena calidad gráfica:
Juego |
Configuración |
Frames por segundo |
---|---|---|
DiRT 3 |
Resolución 2880 x 1800, Multisampling 4 x MSAA, VSYNC ON, Detail HIGH en todos sus parámetros |
45.50 fps |
Rise of the Tomb Raider |
Resolución 2880 x 1800, Anti-Aliasing FXAA, VSYNC ON, V-SYNC Interval 2 |
46.83 fps |
Fortnite |
Resolución 2880 x 1800, Calidad Alta, Resolución 3D al 66,7%, Distancia de visión lejana, Sombras, Antialiasing, Texturas, Efectos y Posprocesado en Alto, Sincronización vertical y desenfoque de movimiento activada |
42 fps |
Aquí menciono especialmente a DiRT 3, que es incluso perfectamente jugable a la barbaridad de resolución de 3360 x 2100 con todos los efectos aplicados a unos 24-29 fps, lo cual luce espectacular en la pantalla del portátil. Rise of the Tomb Raider está menos optimizado y no podemos pasarnos de la resolución de la gráfica si queremos jugar con suavidad, y en Fortnite hay tantas variaciones que son casi tan infinitas como los gustos: si queremos que prime la velocidad de respuesta en gráficos, bajando del modo Alto o de resolución con este portátil enseguida llegaremos a los 60 o incluso a los 120 fps (con algún ajuste extra).
El portátil preparado para la PROductividad
En esta generación Apple ha puesto foco en dos ámbitos principales: uno de ellos es mantener la idea del diseño potenciando los puntos de mejora - como el teclado, pero amplificando las posibilidades que nos ofrece. Cada uno de los puntos de cambio que sirven para obtener más rendimiento se han mejorado: CPU, GPU, RAM, disco duro, batería (aunque inapreciable en el cómputo global, se debe valorar el esfuerzo por mantener la eficiencia energética en condiciones tan exigentes como las que demanda esta generación) dando como resultado un portátil extremadamente compacto pero también muy exigente con lo que ofrece como herramienta de creación y productividad.
Hay otros aspectos que podemos considerar que también son satélites a este lanzamiento: la eGPU de Blackmagic para mejorar como estación de trabajo en la oficina o en casa, monitores de alta resolución con conexión USB-C, discos duros de alto rendimiento para ganar en almacenamiento (que es, de lejos, lo más caro que podéis ampliarle a este modelo)... De todo ello hablaremos en Applesfera en breve, para que tengáis una panorámica de todas las novedades que acompañan al portátil.
Este nuevo MacBook Pro culmina las peticiones que venían desde el mundo profesional: potencia contenida en un aspecto compacto, puesto al día
El modelo de arranque de este modelo de 15,4" empieza en 2.799,00 € y ya cuenta con un procesador i7 con seis núcleos y 16GB de RAM DDR4, por lo que sólo con esta configuración ya tendréis un muy buen ordenador para trabajar de forma exigente. Para los que buscan tenerlo todo, sin dudarlo un i9 con 32GB de RAM y podréis llevaros esta pequeña estación de trabajo en forma de MacBook Pro a cualquier parte. Sin duda, un digno heredero de la conciencia del PowerBook original, puesto por fin al día con las necesidades que los profesionales pedían a Apple.
En Applesfera | Todo sobre el MacBook Pro (2018)
El portátil ha sido cedido para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas aquí.
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La noticia Análisis MacBook Pro (2018), potencia compacta en cualquier parte fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
Fuente: Applesfera
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