Arrecifes de coral a prueba de cambios climáticos: de nacer en la era de los dinosaurios a resistir el actual calentamiento global

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La relación simbiótica entre los corales y las microalgas mutualistas, la asociación natural que ha permitido el desarrollo de los arrecifes actuales, se remonta millones de años atrás en el tiempo. Más de los que se pensaba, según ha descubierto un equipo internacional de científicos.

Las estimaciones anteriores situaban el inicio de estas relaciones entre 50 y 65 millones de años atrás, explica el profesor asociado de biología de la Univesidad Estatal de Pensilvania, Todd LaJeunesse, pero su investigación las remontan a la era de los dinosaurios. "El registro fósil muestra que los corales de arrecife de hoy estallaron en diversidad hace unos 160 millones de años", asegura.

"Durante su larga existencia, han enfrentado severos episodios de cambio ambiental, pero han logrado recuperarse después"

Este descubrimiento señalaría que las asociaciones actuales entre corales y algas han soportado a lo largo de la historia numerosos cambios climáticos, sobreviviendo incluso a la extinción de los dinosaurios. Por ello es probable que algunos arrecifes sobrevivan también al calentamiento global actual, concluyen los científicos responsables del hallazgo publicado en la revista 'Current Biology'.

Sobrevivientes de los cambios climáticos

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"Nuestra investigación indica que los corales modernos y sus parejas de algas han estado entrelazados entre sí durante mucho más tiempo, desde la época de los dinosaurios, hace aproximadamente 160 millones de años", explica el profesor LaJeunesse, quien encabeza la investigación junto a John Parkinson, de la Universidad Estatal de Oregon.

"Durante su larga existencia, han enfrentado severos episodios de cambio ambiental, pero han logrado recuperarse después de cada uno".

Las microalgas, comúnmente llamadas zooxantelas, de la familia de dinoflagelados Symbiodiniaceae, según señala el docente, están establecidas en el interior de los corales. Ellas les permiten adquirir energía de la luz solar y construir las formaciones de arrecifes de las que dependen innumerables organismos marinos para su hábitat.

La tolerancia al calor y la capacidad de recuperación de algunos arrecifes depende, en parte, de las especies de algas que los habitan

"Descubrir que el origen de los simbiontes de algas corresponde a grandes aumentos en la abundancia y diversidad de los corales de arrecife implica que la asociación con Symbiodiniaceae fue una de las principales razones del éxito de los corales modernos", ha asegurado.

Esta conclusión contrasta con la desaparición de corales en los últimos años y la preocupación que tienen los científicos acerca de la resistencia de las algas a los cambios de temperatura. La sobrepesca, la contaminación y el cambio climático, las principales amenazas, hacen peligrar gran parte de estos ecosistemas marinos.

En 2016, por ejemplo, murió el 35 % del coral de la Gran Barrera de Australia y los investigadores relacionaron la mortandad con el cambio climático. En aquel mismo año se aleró que este arrecife, el mayor del mundo, se estaba volviendo blanco en un 93 % y esto podría matar a la mitad de sus corales.

La sobrepesca, la contaminación y el cambio climático son las principales amenazas de estos ecosistemas marinos

No obstante, investigaciones como están ponen de manifiesto que otros son más resistentes a las temperaturas elevadas y parte de esa tolerancia y capacidad de recuperación depende de las especies de algas. "Nos dice que son increíblemente resistentes y que probablemente estarán aquí por mucho tiempo", sostiene LaJeunesse. "Dicho esto, su supervivencia a los rápidos cambios actuales en nuestro clima puede no ser muy satisfactoria. La función de los ecosistemas podría colapsar".

El equipo de científicos ha empleado para datar aproximadamente el nacimiento de las microalfas evidencia genética, incluyendo secuencias de ADN, análisis filogenéticos y comparaciones genómicas, empleando también técnicas morfológicas clásicas.

Esto también ha ayudado a establecer que la familia de las algas es mucho más diversa de lo que se pensaba, comprendiendo en realidad al menos quince géneros y no solo uno, en el que numerosos linajes de algas eran concentrados. De momento, el equipo de científicos quiere profundizar en el estudio de las especies de Symbiodinium para comparar sus genomas, examinar su capacidad de asociarse con diferentes corales y analizar su tolerancia térmica con el objetivo de entender mejor cómo responderán a los efectos del cambio climático.