iPad Pro (2018), análisis: el futuro es imparable
Estáis leyendo esto desde un mundo que no existía hace quince años. Comenzamos el milenio ubicándonos dentro de nuestra vida digital gracias a Internet, que ya llegaba prácticamente a todas las casas - pero dentro de ellas sólo a un mismo sitio: aquel ordenador sobre la mesa, monolítico, imponente, ruidoso.
Durante todo este tiempo nos acostumbramos a él. Esa apariencia poderosa casi reposando como en un altar - donde sintonizábamos con nuestros mundos digitales reforzaba aún más la idea de una máquina poderosa, compleja, un punto de entrada. Casi un portal. Queríamos conectar con algo o alguien y para eso íbamos a él. Casi era parte del ritual de cada día, pero no era parte importante de él. No se entrelazaba con nuestras necesidades, sólo las resolvía en un momento puntual. Y no todas de ellas, porque no lo llevábamos a todas partes.
Y de repente, tres dispositivos en uno. Un teléfono móvil, un iPod con pantalla táctil, un navegador de Internet. Apple lo llamó “iPhone”, el resto del mundo lo descubrió como una revolución que nos posicionaba en la rampa de despegue de algo mayor: los ordenadores ya comenzaban a viajar en nuestros bolsillos. Se acabaron los “altares” en forma de mesas de escritorio con nuestras máquinas imponentes encima. Y las cosas comenzaron a cambiar.
Apps, movilidad, computación ubicua
La puerta que abrió Steve Jobs el 9 de Enero de 2007 con el iPhone cambió lo que entendíamos como concepto de ordenador: quizás crecimos o habíamos oido hablar demasiado de aquellas máquinas mastodónticas de la segunda mitad del siglo XX - cuando la tecnología parecía no tener límites y era un gran logro que una computadora ocupara completamente el tamaño de una habitación para calcular trayectorias de cohetes espaciales.
Crecimos pensando que los ordenadores siempre estarían en las mesas, pero ahora la tecnología está en movimiento
Siempre los habíamos visto encima de nuestros escritorios, crecimos en casas donde algunos teníamos "la habitación del ordenador", y poco a poco nos acompañaron a la universidad y después al trabajo convertidos en portátiles. En todo este viaje ocurrieron algunas cosas que jamás podrían haber pasado si se hubieran quedado en casa: nacieron necesidades, se desarrollaron tecnologías (la conectividad inalámbrica, la mejora en las baterías, la miniaturización de los componentes...) y sin darnos cuenta todos íbamos cambiando un poco en el trayecto.
El iPhone remató de forma radical todos esos conceptos llevados al extremo, por ser precisamente un dispositivo móvil llevado al extremo. Un producto con capacidad de hacer muchas de las cosas que hacemos con los ordenadores tradicionales, cuyos usos se han venido incrementando con la llegada de las apps y ha sido impulsado por los necesidades en movimiento de los usuarios. Era cuestión de tiempo que todos estos factores combinados comenzaran a redefinir también el propio concepto de lo que entendemos por ordenador.
Ok, este no es un análisis al uso. Llevo 455 palabras en este artículo y todavía no hemos comentado nada del dispositivo en sí, pero es que esto es precisamente una de las características más importantes del iPad Pro: la forma en cómo sacude ciertos conceptos llenos de polvo y agita ciertas comodidades que no gusta a todo el mundo. Para muchos, este producto parece que esté robando atributos a sus hermanos mayores. En otras ocasiones, se niega en rotundo la capacidad de sustituir totalmente (este es el error) a un "ordenador tradicional" - o lo que ellos entienden por ordenador.
El discurso de la competencia de que un ordenador sólo puede tener un sistema operativo de escritorio es cortoplacista y obsoleto
La repetitiva maniobra de de la competencia con el discurso constante de tener un producto de escritorio tuneado para ser móvil, es precisamente lo que le da valor al iPad: está llegando mucho más lejos que ninguno de ellos en términos de eficiencia, tecnología y adaptación - aunque es cierto que va a un ritmo más lento. Creo que ningún dispositivo hoy en día lo hace todo - quizás no debería tampoco - y en mi opinión la decisión de reciclar un sistema de escritorio para salvar el corto plazo sólo va a funcionar en campañas de publicidad oportunistas y fallará en el medio/largo plazo.
¿Qué es un ordenador? Apple empezó así una reciente campaña porque en el punto de la historia de la tecnología en la que estamos es conveniente preguntárselo. Si no lo hacemos, caeremos en el error de subestimar las oportunidades y de perder otras: de conformarnos con lo que tenemos y de no querer salir de las comodidades de lo que conocíamos ante lo que está por llegar. No, el iPad Pro no lo puede hacer absolutamente todo, pero en todas las facetas en las que el producto de Apple es fuerte, es el más fuerte. Es quien obliga a Adobe a rehacer su Photoshop, el que diseña los chips ARM más potentes del mercado como quien prepara la antesala de un plan, quien está cambiando el corazón de las apps hacia las apps profesionales (¡por fin!). Podéis llamarlo post-PC, movilidad, intersección... Sin duda - esto, señoras y señores, es el iPad Pro y todo lo que está llegando con él.
Más ventana que marco
El nuevo diseño del iPad Pro se deshace por fin de los marcos a los que estábamos acostumbrados en generaciones anteriores, y plantea un diseño similar al de los iPhone X/XS. Quizás en el caso de este iPad Pro no es tan pronunciado, manteniendo más borde pero dando una sensación de continuidad por todo el perímetro. Gracias a ello eliminamos el notch y que aquí sí que se puede cambiar al oculta la barra de sensores True Depth bajo el borde. En apariencia presenta un aspecto más homogéneo y cómodo para trabajar.
Esto permite que podamos tener un iPad Pro de 12,9" de pantalla pero reduciendo el tamaño del dispositivo un 25%: ahora es mucho más portátil y en mano más cómodo, sobre todo el modelo de 11" - que prácticamente ocupa lo que tradicionalmente ocupaba de envergadura una revista física. El grosor son 0,59 cm, muy fino. Me preocupaba que este primer iPad Pro con diseño "cuadrado" (ángulos en los bordes) fuera incómodo de sostener pero todo lo contrario: presenta buen agarre y es bastante ligero tanto para llevarlo en un bolso o maletín como para sostenerlo con la mano.
La barra de sensores True Depth está situados ahora arriba si sostenemos el iPad Pro en vertical, pero también funciona si lo apoyamos de forma horizontal. En este dispositivo, esta barra ha sido modificada por software para que detección facial también funciona en este modo - se agradece cuando tenemos el iPad Pro encima de la mesa. A veces, tapamos inconscientemente la barra con la mano, pero el propio sistema operativo nos avisará de ello para que no pensemos que es un fallo de Face ID.
Un cambio significativo es la eliminación del Smart Connector que ahora se sitúa en la parte inferior trasera del dispositivo. Este cambio hace incompatibles por posición los accesorios de la generación anterior, y sin duda ha sido puesto ahí para mejorar cómo el Smart Keyboard se ancla a él: los conectores magnéticos repartidos por toda la superficie del dispositivo hace que el nuevo teclado sea también funda que cubre parte anterior y posterior, a modo de cubierta de libro.
Sobre el nuevo teclado, pocas novedades (tacto y funcionamiento idéntico a la generación anterior), más allá de esto: durante este mes de pruebas me ha gustado mucho comprobar cómo el teclado gana en estabilidad al trabajar con él encima de las rodillas, por ejemplo (básico si viajáis mucho), también los dos grados de posición para ver la pantalla son cómodos y serán suficientes para utilizarlo en casi cualquier situación.
Como puntos a mejorar: el teclado debería ser retroiluminado. Un dispositivo en movimiento no siempre está en las mejores condiciones de luz y Apple debería ofrecerlo aunque sea como un modelo "extra" al actual más básico. Otra cosa que no me acaba de convencer es que cuando ponemos el teclado a la espalda del iPad Pro para sostenerlo como un libro abierto completamente por la tapa, las menos tocan las teclas descubiertas que reposan detrás. No pasa nada porque no están activas, aunque no es algo cómodo. Es la única pega que tendremos por ganar en la estabilidad que comentaba en el párrafo anterior.
También hay una versión disponible de la Folio Cover, que es básicamente el Smart Keyboard sin teclado y diseñado de forma que se puede plegar completamente de forma triangular, de una forma similar a las de la anterior generación. Si sólo queréis protección y una forma cómoda de utilizar una peana para el iPad Pro, esta una de las mejores opciones y protege mucho mejor que el modelo anterior al anclarse mejor magnéticamente y cerrar el dispositivo en modo "libro".
Liquid Retina llega al iPad Pro
Para conseguir un diseño de bordes curvados y reducir los marcos, Apple utiliza la tecnología Liquid Retina que ya emplea en el iPhone XR: es una pantalla que mejora los paneles LED convencionales, y que presenta un aspecto y una fidelidad de colores excepcionales. Sobre el papel, ambas pantallas (la del móvil y la de este iPad) son iguales, pero la mejora en los nits (la unidad de brillo de las pantallas digitales) que sube hasta los 600 da una mejor impresión.
En todas mis pruebas la fidelidad del color y la representación ha sido muy buena: la profundidad de los colores negros estaba siempre sin marcas o degradados aún mirándola con ángulos complicados y reflejos en aeropuertos, estaciones de tren o cafeterías mal iluminadas o con demasiada luz. La lectura de libros, cómics, documentos o revistas digitales es sinceramente una delicia con este iPad Pro: la ligereza del producto y la cómoda envergadura hacen que no te pienses en ningún momento sacarlo de la cartera para ojear lo que necesites o entretenerte.
Sin duda el elemento estrella de la pantalla de este iPad Pro (como del anterior) es que Liquid Retina también cuenta con Pro Motion, galardonado con un premio a uno de los avances del año en tecnologías para pantallas. Esta tecnología permite adaptar entre 24 y 120Hz, con lo que mejora el movimiento gráfico del sistema operativo - de forma mucho más suave - y el tiempo de respuesta de la interfaz táctil.
Nuevo Apple Pencil, ahora sí
Todavía recuerdo los "ooooohhhh" que se oyeron en la Academia de la Música de Brooklyn, en plena keynote, cuando vimos que el nuevo Pencil se anclaba magnéticamente al iPad Pro y que además, se cargaba de forma inalámbrica. El diseño de carga de la generación anterior fue largamente criticado: ni introducirlo en el puerto Lightning, ni utilizar el adaptador para cargarlo por cable fueron muy buena idea de diseño.
De nuevo los imanes sacan todo el partido al nuevo iPad Pro, sujetando muy firmemente el lápiz en un lateral si lo sostenemos en vertical o en la parte superior si está sobre la mesa. Creo que todos los invitados a la presentación agitamos como locos el iPad Pro con el Pencil encima de él para comprobar aquello, y aguantó. La carga es además bastante rápida, en apenas unos segundos podemos comenzar a utilizarlo durante media hora, y la carga completa la podemos conseguir en una hora aproximadamente. Realmente - y sucede algo similar en los AirPods - si vamos dejando el Apple Pencil anclado magnéticamente para guardarlo, prácticamente nos podremos olvidar de que requiere carga.
Precisamente, ese es de momento un punto negativo del diseño: sólo se puede cargar con el nuevo iPad Pro. No existe cargador inalámbrico o sistema que pueda hacerlo, y tendremos que esperar si finalmente sale el Air Power para comprobar si permite cargarlo también (es posible que sí). No es nada especialmente grave ya que este Pencil sólo funciona con este iPad Pro, y seguramente se solucionará en los próximos meses con algún accesorio lanzado a tal efecto.
Con el diseño están tremendamente acertados: se parece más a un lápiz tradicional, no es completamente cilíndrico para poder apoyarlo sin que se deslice por la mesa - y se pueda anclar de forma plana al iPad Pro - pero es compatible con las puntas intercambiables de la generación anterior. El funcionamiento y características de intensidad, presión e inclinación es idéntico al predecesor, sólo que ahora contamos con un pequeño acelerómetro en la zona de sujeción que al golpear levemente dos veces, desencadena una acción conceptual en la app que utilicemos.
Por ejemplo, en la app de notas, el nuevo Pencil permite cambiar entre una herramienta de dibujo o un borrador. En otras aplicaciones podemos incluso seleccionar qué acción queremos para el toque secundario, y funciona de forma bastante cómoda y precisa sin cambios accidentales. Aquí se nota la experiencia ganada en los AirPods, donde esto también se utiliza este gesto en cada uno de los auriculares para pasar canciones o activar Siri.
A12X Bionic
La evolución de los procesadores diseñados por Apple ya es imparable. Llegarán a medio plazo a los Mac en algún momento y la potencia que desempeñan manteniendo la eficiencia energética es algo valiosísimo de cara al futuro. El aprendizaje gracias a esta experiencia repercute directamente en cómo encarar la siguiente generación de procesadores, y ha sido especialmente patente en los chips A11 y A12.
La versión mejorada para iPad Pro del procesador del iPhone XS es el chip A12X, que es capaz de calcular nada más y nada menos que 5 billones de operaciones por segundo. Esta capacidad de cálculo es especialmente útil para las tareas de inteligencia artificial y "Machine Learning" que aporte iOS 12. En cuanto a gráficos, es el doble de potente que la generación anterior: en la keynote incluso lo compararon con una consola de escritorio, la Xbox One S, lo que habla mucho del nivel alcanzado.
Y ya no se trata sólo de potencia bruta, la clave de estos procesadores, como comentaba al comienzo, reside en la eficiencia energética. Esto significa que son capaces de auto gestionarse para utilizar sólo la potencia que necesitan cuando hace falta, y que no necesitan de complicados mecanismos de refrigeración como ventiladores o similares que reducirían el tiempo de vida de la batería. Tener algo así en un dispositivo tan ligero y con tanta autonomía como el iPad Pro es lo que realmente lo diferencia como producto alejado de lo que conocíamos como "ordenadores de escritorio", y gracias a todo esto, también requiere de nuevo software para exprimirlo al máximo.
Este iPad Pro y la necesidad de software Pro
Quizás la impresión de mejora de este iPad Pro es que Apple no lo acompaña de un software Pro preparado a medida para explotar las capacidades y ventajas del nuevo hardware. Considero que la compañía necesita dar dos pasos importantes para que este dispositivo eluda cualquier duda de que es mucho más que un tablet convencional: el primero, es un iOS dedicado y alejado del de iPhone, que aproveche el mayor espacio de pantalla y potencia, así como alguna funcionalidad que sólo aquí funcionaría fantástico.
Un ejemplo de esto último, que sea multiusuario, al mismo modo a cómo trabajan los Mac. El iPhone es un dispositivo muy personal pero un iPad Pro puede ser compartido por distintos compañeros de trabajo o familia y sería muy acertado que cada uno tuviera sus propias cuentas, aplicaciones y servicios.
Más allá del sistema operativo, las aplicaciones tienen que apostar por software que no sea un hermano pequeño de la versión madura de escritorio. En cierta forma es lógico que aún no se haya apostado por ello, las versiones de escritorio de Photoshop o Final Cut Pro llevan mucho tiempo sobre la mesa y utilizan un paradigma de uso (ratón, pantallas grandes) que no es nada fácil cambiar.
Y sin embargo, Adobe presentó en la keynote un impresionante nuevo Photoshop CC diseñado para iPad Pro, con las características de escritorio, y pensado para aprovechar al máximo el dispositivo y sus accesorios, como el Apple Pencil. Esta maravilla no sólo será familiar a los que utilicen la versión convencional, también toma partido de la potencia del iPad Pro combinando incluso los modelos creativos con la realidad aumentada. Es un magnífico ejemplo de llevar el software más allá de lo que conocíamos, contextualizándolo dentro del mundo que el iPad Pro es capaz de brindar.
Para el futuro esperamos la llegada de más software profesional. Compañías de retoque fotográfico por ejemplo ya están sacando versiones Pro de su software y esperamos que Apple de el siguiente paso: lanzar apps como Logic, Xcode o Final Cut Pro adaptadas para el iPad Pro, personalmente no creo que tardemos mucho en tener noticias en este sentido.
El iPad Pro puede necesitar de software profesional para madurar, pero ya cuenta con apps y herramientas a un nivel que ninguna otra máquina ofrece hoy en día
Todo esto no significa que este dispositivo siga siendo un tablet convencional, su potencia y su versatilidad especifican lo que realmente define este producto: no se puede utilizar para todo - como por ejemplo, para desarrollar software al no contar con entornos de desarrollo convencionales. Sin embargo, si somos fotógrafos, editamos vídeo, artistas, periodistas, músicos o arquitectos, este iPad Pro puede resolver perfectamente casi el 90% de las necesidades que tengamos: de una forma que jamás podrá hacer un ordenador de escritorio tuneado en una carcasa de tablet, como tiene la competencia. Sino como una nueva generación de ordenadores que llevan un poco más allá las tareas tradicionales y las adaptan al mundo y la situación de la tecnología actual. Este Pro es muy Pro por todo lo que hace, y todo lo que hará y es sin duda el camino que se espera para el futuro de la informática en los próximo años. Jamás había tenido en mis manos un ordenador tan potente, bien diseñado, y con un software que realmente se reinventa y se hace más atractivo día a día.
Cámaras True Depth, sonido, USB-C y su declaración de intenciones
La eliminación del puerto Lightning en el iPad Pro no se debe a una transición de todos los dispositivos iOS hacia USB-C, más bien a la necesidad de poder utilizar accesorios externos que utilicen esta interfaz de forma cómoda: cámaras, monitores... En mi opinión es una idea excelente, ya que eliminamos la necesidad de adaptadores y accesorios que hagan de puente entre ellos. Por ejemplo, el cable HDMI a USB-C que utilizaba para conectar mi MacBook Pro a la tele, ahora me sirve para lo mismo con el iPad Pro.
El sonido ha sido ligeramente mejorado al cambiar también el cuerpo del dispositivo: Apple además ha diseñado unos nuevos altavoces - los más finos que ha creado nunca - especialmente para este iPad Pro, que siguen sonando de fábula y nos permiten disfrutar de unos graves potentes y agudos claros incluso en salas con mucho ruido o cafeterías transitadas.
La inclusión de las cámaras True Depth también nos trae los selfies en Modo Retrato y los Animojis al iPad Pro, más precisos que con la cámara trasera y con las mismas posibilidades de edición posterior de la profundidad que en el iPhone XS. El resto de características mantienen la cámara de 12 Mpx y vídeo 4K, que tratadas convenientemente con el chip A12X pueden dar resultados sorprendentes.
Conclusiones
Después de usar el iPad Pro durante un mes, creo que es uno de los mejores ordenadores que he tenido. El campo que ha abierto este modelo profesional sólo lleva tres años en el mercado y los pilares sobre los que se debate tienen muchas raíces. Por eso siempre se genera un debate apasionado sobre él, señal de que está agitando pilares que pensábamos inamovibles.
La realidad del día a día con él es que todo lo que podamos hacer con un iPad Pro que nos resulte más cómodo de hacer que con un portátil, acabaremos haciéndolo en él. Esta transición natural es el paso auténtico del escritorio a a esta forma de entender la tecnología, y la potencia y facilidad de uso que ofrece lo convertirán muy convenientemente en la herramienta principal de muchos de nosotros para ciertas tareas, o incluso para todas.
Estamos en un mundo que no conocíamos hace 15 años, pero que si que imaginamos a través de películas de ciencia ficción: ahora somos capaces de hacer mucho más y de ser más creativos gracias a estas herramientas que van migrando progresivamente nuestros hábitos y nuestra forma de consumir tecnología. Ahora mismo, el iPad Pro es la vanguardia de la informática del presente, y del futuro. Y es absolutamente imparable, afortunadamente.
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La noticia iPad Pro (2018), análisis: el futuro es imparable fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
Fuente: Applesfera
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