Las coles de Bruselas son mucho menos amargas que hace 20 años ¿Qué les ha pasado? Nosotros
Las coles de Bruselas son uno de los alimentos más incomprendidos de la historia. Sí, es cierto: mal cocinadas son detestables, producen un fuerte olor fétido y se vuelven blandurrias, amargas y desagradables. Pero bien cocinadas, ¡Ay! Bien cocinadas son una de las maravillas de la naturaleza : crujientes por fuera, cremosas por dentro y con un delicioso sabor que recuerda ligeramente a la nuez. Acompañadas de salsa holandesa o, incluso, de mantequilla de ajo son una de esas razones indiscutibles para creer en la humanidad. Sobre todo, porque los culpables de ese maravillo sabor somos nosotros los humanos. En los últimos 20 años, las coles de Bruselas han perdido gran parte de su amargor característico. Eso ha hecho más fácil la forma de cocinarlas, ha disparado su popularidad y, de paso, nos ha enseñado muchas cosas sobre cómo crear la hortaliza perfecta . Jugar a ser... hortelanos Las coles de Bruselas son brassicas de toda la vida. Primas hermanas de otras grandes incomprendida