Smart IoT Labs, la startup de Sevilla que ayudó a Telefónica con Aura y desarrolla un mayordomo virtual para el hogar
Los asistentes virtuales y los altavoces inteligentes para el hogar han sido uno de los hitos de 2018 y, seguramente, sigamos hablando de ellos durante este 2019. Nuestro hogar cada vez estará más conectado y durante el pasado CES hemos visto más electrodomésticos conectados y, por supuesto, más opciones para Alexa y Google Home.
Precisamente, durante este pasado CES de asistentes virtuales y hogares conectados, una startup española llamada Smart IoT Labs ha presentado en sociedad a Miranda, un mayordomo virtual que aspira a ser la evolución de los asistentes virtuales y el futuro sustituto de los altavoces.
El objetivo de Miranda y de Smart IoT Labs es que los asistentes virtuales sean algo más que un mando a distancia que integra dispositivos de distintos fabricantes, quieren convertir estos sistemas es en algo consciente, es decir, que estén funcionando siempre, aprendan de nuestros hábitos y se anticipen a nuestras necesidades; básicamente, como un mayordomo.
Para conocer mejor a Miranda y el futuro de los asistentes virtuales, nos hemos colado en las oficinas de Smart IoT Labs en Sevilla para conocer, de la mano de sus fundadores, en qué consiste su producto y qué es lo que han mostrado en el CES de Las Vegas.
Smart IoT Labs: necesidad de emprender y la oportunidad de surfear la ola del IoT y la IA
Todo negocio surge tras detectar una oportunidad en el mercado y, por supuesto, porque tienes ganas de construir algo y llevar el timón del barco. Así es como surgió esta startup, cuando en diciembre de 2016, José Murillo, CEO de Smart IoT Labs, decidió dejar su puesto directivo en Microsoft:
"Llevaba muchos años haciendo cosas por mi cuenta trasteando con Raspberry Pi, Arduino, domotizando mi casa... Además, después de tanto años en Microsoft, sentía que ya no aprendía nada nuevo y me apetecía hacer cosas nuevas. Dejé Microsoft en diciembre de 2016 y decidí que iba a emprender con mi propio negocio.
No tenía claro en qué iba a trabajar pero sí que tenía claro que en el mundo de Internet de las cosas había una gran oportunidad que se podía explorar. Alquilé mi primera oficina sin tener claro a qué nos íbamos a dedicar y también sumé a Valentín como socio".
Valentín Rangel actúa como responsable de operaciones y finanzas de Smart IoT Labs y es empresario en el sector tecnológico. Según comentaba José Murillo, se conocieron en una operación comercial (él en Microsoft y Valentín desde Solutia, su empresa) y, cuando dejó a los de Redmond, Valentín se puso en contacto con el objetivo inicial de ficharlo. Cuando le comentó que quería emprender y aprovechar la ola del IoT, al final se hicieron socios.
Smart IoT Labs es una startup atípica. Ex-Intel y ex-Microsoft que ponen su dinero para desarrollar hardware en España
Quieres emprender y dejas tu trabajo en una gran multinacional. Ves que hay una oportunidad en efervescencia en el mundo del Internet de las cosas e, incluso, encuentras un socio con un perfil senior que se embarca contigo en la aventura pero ¿aventura hacia dónde? Esto es uno de los aspectos que más me llamó la atención de Smart IoT Labs y sus primeros pasos: los primeros esfuerzos se dedicaron a encontrar una oportunidad.
"Empezamos a hacer estudios de mercado para ver dónde podíamos aplicar el IoT pero aún no teníamos claro que el hogar iba a ser el destino, queríamos detectar oportunidades. Estudiamos las smart cities, la industria conectada, el hogar... pero tras un mes y medio de estudio, nos quedó claro que había que poner el foco en el hogar.
Estábamos en febrero de 2017 y ya teníamos clara la visión de lo que iba a ser la empresa: pasar de un "mando remoto" a algo mucho más inteligente, la casa consciente que permita, además, democratizar el acceso a la domótica y resolver necesidades reales de las de verdad, no la de encender o apagar una bombilla y cambiarla de color".
La palabra "democratizar" es muy habitual entre startups y emprendedores como pieza clave en la visión de un producto o un servicio. En el caso de Smart IoT Labs, el significado de democratizar marcha por la senda de hacer la domótica fácil para cualquier usuario, ya sea un geek o sea alguien no familiarizado con la tecnología.
Los primeros pasos de la empresa les llevaron hacia el mundo de los sensores y a desarrollar sus propio hardware. De hecho, ésta fue una fase de aprendizaje porque nunca habían diseñado dispositivos a nivel profesional (pensando en la fabricación industrial) y a finales de 2017 ya tenían encima de la mesa unos primeros prototipos con los que plantear, incluso, búsqueda de financiación.
"En diciembre de 2017, cuando teníamos claro qué íbamos a hacer, tomamos la decisión de aumentar el ritmo y la velocidad. Había que ir en serio y, justamente, nos cruzamos con Jesús González, nuestro actual CTO y también socio".
Jesús González es el "tercer mosquetero" de Smart IoT Labs. Formó parte del equipo de Indisys, la startup sevillana que compró Intel en 2013, y tras la adquisición se hizo cargo del equipo de ingenieros que pasaron a formar parte de la oficina de Intel en Sevilla que estaba, a su vez, adscrita a la división de wearables.
Sin embargo, el gigante Intel decidió poner el foco en otras líneas de negocio y, a principios de 2018, decidió abandonar esta actividad y, ante esto, el equipo de Intel en Sevilla tenía dos opciones: ser recolocado en otras áreas de la compañía (fuera de Sevilla) o marcharse.
Justo en ese momento, Smart IoT Labs se cruzó por el camino de Jesús gracias a un amigo común, Miguel Macías y José Murillo no lo dudó:
"Hablamos, hubo mucha sintonía en la filosofía que tenemos de vida y en cómo vemos la empresa y lo incorporamos como socio. El director técnico de una empresa de tecnología tenía que ser socio y lo consideramos co-fundador porque la empresa empezó a funcionar como tal durante 2018 porque con él pisamos el acelerador y ha hecho una gran labor atrayendo al equipo.
En mayo de 2018 teníamos dinero, una visión clara de a dónde queríamos ir y equipo".
La financiación es otro tema que sorprende en esta startup. Todo el año 2017, en el que incorporaron incluso al primer empleado de la compañía, lo recorrieron con dinero que pusieron tanto José como Valentín. Además, cuando Jesús se incorporó al proyecto también aportó dinero propio (procedente de la venta de Indisys a Intel y por la indemnización de Intel) y, hasta ahora, esa ha sido el combustible que ha puesto en marcha este tren a partir de los ahorros o indemnizaciones de los socios fundadores.
La financiación inicial de Smart IoT Labs proviene de aportaciones de los socios, de sus ahorros y de las indemnizaciones por despido. Son 13 personas trabajando en la empresa hoy.
Con ese dinero, han sido capaces de captar talento para desarrollar el producto (son unas 10 personas trabajando y algunas proceden de la extinta oficina de Intel en Sevilla), montar la oficina o llegar hasta el CES.
¿Y cómo alguien que tiene la posibilidad de seguir trabajando en Intel decide unirse a una startup? A Jesús no le faltaron opciones, se podía haber ido a Alemania a trabajar en el ámbito de los coches autónomos, a Dublín a un equipo de I+D en IoT o, incluso, a Estados Unidos. Sin embargo, optó por dejar la empresa y la indemnización:
"Con un niño en el mundo y una niña en camino, marcharme a otro país no me apetecía y como nos respetaban la antigüedad en Indisys por ser una adquisición, el finiquito era importante. Con el finiquito y lo que tenía en el banco por la venta de Indisys a Intel como socio minoritario, tenía un colchón suficiente como para analizar las cosas de otra forma y no precipitarme.
Surgieron muchas oportunidades, incluyendo Samsung, pero no me atraía un trabajo que iba a erosionar mi vida personal. Así que me puse a hablar con gente y Daniel de Bitnami me planteó que hiciese algo que nada tuviese que ver con el procesamiento de lenguaje natural y lo que hacía en Intel.
Luego me encontré con Miguel Macías y me dijo que hablase con José Murillo. Yo conocía a José de su época en Microsoft porque él se encargaba del centro de emprendedores en Huesca e Indisys y fue la segunda empresa española que accedió a ese programa. Tras hablar, me uní al equipo y puse el mismo dinero que José y Valentín, mi objetivo era pasármelo bien, entrar en algo nuevo como IoT y me pude traer a parte de mi equipo en Intel".
Jesús considera que Smart IoT Labs es una startup atípica. Cuenta con un equipo que proviene de Intel y Microsoft, se ha financiado con dinero de los socios fundadores y, desde el punto de vista operativo, son como 7 divisiones de una persona cada una: hardware, firmware, software, IA... Con un equipo que se consolida en mayo de 2018 y empieza a correr, en enero de 2019 pasa a tener 13 personas, trabajar con Telefónica (y que ésta entre en el accionariado de la compañía) y presentar su producto en el CES.
Miranda, el futuro de los asistentes virtuales
Miranda es el nombre que recibe el sistema que ha desarrollado esta startup sevillana. Dicen que es una evolución de los asistentes virtuales; una especie de mayordomo que conoce nuestra casa, nuestras pautas y hábitos y que, por tanto, es capaz de actuar sin que le demos una orden para velar por nuestros intereses.
Miranda es una capa de IA que toma el control de nuestros dispositivos inteligentes para gestionar nuestro hogar y anticiparse a nuestras necesidades
Curiosamente, a la empresa, la palabra "mayordomo" no le gusta demasiado y suele usar la expresión "nueva generación de asistentes virtuales" para definir su producto porque tampoco es un altavoz inteligente. Sin embargo, "mayordomo" es una buen símil que explica el funcionamiento de este sistema que, en teoría, se anticipa a tus necesidades y está a tu servicio. ¿Y cómo puede aprender la casa de nuestros hábitos? ¿Cómo se adelanta a nuestras necesidades?
Según comentaba José Murillo, CEO y cofundador de Smart IoT Labs, Miranda es una capa que está por encima de los dispositivos que tenemos en casa:
"Miranda es un sistema que agrega la información de los dispositivos que tenemos en casa; una capa de interoperabilidad que hace que el sistema de riego que tengo en casa se hable con las cámaras del sistema de alarma y si, por ejemplo, estoy de barbacoa en el jardín y las cámaras lo detectan, se cancele la programación del riego.
A día de hoy, los sistemas de domótica o los skills de Alexa son silos de información y no aprenden los unos de los otros ni comparten información. Con nuestro sistema, cada skill o cada funcionalidad también alimenta a las demás para que el sistema se vuelva mucho más inteligente y preciso".
Aterrizando estas ideas, la propuesta de Smart IoT Labs es que su sistema sea capaz de integrar todos los dispositivos inteligentes de nuestro hogar y hacerlos funcionar de manera autónoma. Por ejemplo, si Miranda detecta, a través de la geolocalización del móvil, que he salido por la mañana y, normalmente, suelo activar el robot aspirador por las mañanas, podría activarlo sin tener que configurar una programación horaria en la app del robot.
Jesús González, el CTO de la compañía, describe el caso de uso ideal bajo una escena que, en su caso, es bastante habitual:
"Imagina que te vas a Cádiz a pasar el fin de semana y te montas en el coche. Miranda detecta que te has marchado, por la geolocalización sabe hacia dónde vas y, por tanto, podría preguntarte si quieres que se inicie una simulación de presencia o, incluso, avisarte que te marchaste dejando el aire acondicionado encendido o dejaste activada alguna lámpara.
Miranda detecta mi hábito de ir a Cádiz a pasar los fines de semana, sabe que me he ido y me he dejado luces encendidas... Hoy, para hacer eso, tienes que programar escenas con la app de cada sistema, usar IFTTT o programar alguna rutina en Google Home".
¿Y si ya tengo un Google Home o un altavoz de Alexa cómo encaja todo esto? Para Smart IoT Labs, todo lo que tenemos en casa son sensores o actuadores, es decir, manos u orejas; pero falta un cerebro que coordine todo.
Eso sería Miranda, un dispositivo que esté por encima del resto y los gobierne y, precisamente, es lo que han ido a mostrar a Las Vegas.
La primera validación de mercado la están teniendo en el CES, donde han ido a presentar la primera versión del producto
A día de hoy, el sistema es capaz de detectar si te has dejado luces encendidas en una habitación siendo de día (distingue, a través de sensores de luz, si la luz es natural o artificial) y los patrones de consumo de electrodomésticos como el aire acondicionado o la huella que deja un aire acondicionado en la temperatura y en la humedad de una estancia. A esta detección de patrones se le suma la posibilidad de actuar en dispositivos de smart home como bombillas o enchufes inteligentes de los que hay disponibles en el mercado.
El negocio de Smart IoT Labs
Visitar las oficinas de Smart IoT Labs es una experiencia singular. La empresa está ubicada en un chalet de Sanlúcar la Mayor, un municipio de unos 13.600 habitantes situado a 18 kilómetros de Sevilla, y el hecho de estar en una casa sorprende mucho pero, para la empresa, cumple una función primordial: es una oficina que también es un laboratorio-demostrador.
En el "chalet conectado" de Smart IoT Labs podemos encontrar sensores desarrollados por la compañía para detectar presencia, medir temperatura o, incluso, medir el consumo eléctrico de la vivienda. A estos sensores se le suman bombillas y enchufes inteligentes comerciales que, junto a los datos recopilados, alimentan los algoritmos de patrones de uso que gestiona Miranda.
¿Y tiene sentido hacer sensores propios con la cantidad de dispositivos que hay en el mercado? Según Jesús González, el CTO de la empresa, sí que lo tiene porque aunque puedas comprar un sensor de presencia en IKEA, éste no es tan inteligente como podríamos esperar:
"Es verdad que IKEA ofrece un sensor de presencia para parearlo con sus luces, sin embargo, solamente sirve para detectar movimiento. Nosotros con nuestro sensor aunamos presencia, movimiento, temperatura, intensidad y color RGB para ver si es luz natural o luz artificial y, junto a la geolocalización, el uso de dispositivos, etc. la IA de Miranda es capaz de reconocer nuestras escenas de uso de la casa.
Imagina que tienes el aire acondicionado encendido en una habitación donde no hay nadie, el sistema te podría avisar. Yo tengo una rutina muy clara con mis niños: baño-cena-cama y, una vez están acostados, suelo entrar para ver que están bien. ¿Tiene sentido que cuando entro en la habitación se enciendan las luces por el detector de presencia? Evidentemente no, Miranda ha aprendido que si detecta a alguien acostado y las luces apagadas, si entro a mirar no hay que encender las luces".
Esperan comercializar a través de Kickstarter en el segundo semestre de este año 2019.
La idea es que el mayordomo gestione nuestra casa de manera transparente, aprendiendo de nuestros hábitos y patrones de uso. Lógicamente, esto funciona si tenemos dispositivos instalados en casa como bombillas y enchufes inteligentes además de sensores. Es decir, hay que invertir en casa para tener este confort.
La empresa aún no tiene definidos los precios del servicio y los sensores. Sí que tienen claro que comercializarán un hub con el sistema de Miranda (esa inteligencia artificial para el hogar) y sensores integrados (presencia, luz y temperatura) para que los instalemos en cada habitación de casa.
Además, al igual que ocurre con Alexa, los comportamientos y funciones vendrán dados por skills o capacidades que se podrán ir añadiendo como si fuesen apps en una App Store. Todo esto será algo que esperan que vea la luz para 2019, tras el feedback que reciban en el CES.
De hecho, para Jesús González, el CTO, acudir al CES cumple un doble objetivo. Por un lado, es una presentación del producto pero, por otro lado, es una validación de la visión de la compañía sobre el futuro de los asistentes virtuales en el hogar:
"Al venir de empresas grandes, sabemos que en este tipo de empresas ocurre que "la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda", son grandes trasatlánticos a los que les cuesta ser ágiles y nosotros no tenemos este problema. Amazon o Google, seguramente, hayan llegado a la misma conclusión que nosotros pero su inercia les lleva a una dirección distinta.
En el CES mostramos un producto que aún no está disponible para el hogar pero vamos a plantear algo distinto para ver cómo se percibe. Ahora mismo, el altavoz parece el cerebro del hogar pero creemos que es un canal más; la voz es un canal en ámbitos como el coche pero en casa, por ejemplo por la noche, hablarle a un altavoz no es cómodo y, además, estos sistemas pueden ser más proactivos y adelantarse a tus necesidades".
La empresa maneja tres modelos de negocio pero, a día de hoy, no saben cuál de los tres se lanzará primero aunque no niegan que su formato predilecto es la integración del servicio de la mano de operadores de telecomunicaciones:
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El primero, y más evidente, pasa por comercializar un kit de inicio con cuatro skills ya incluidos (alarma, gestión de luces, atención de mayores, etc.) y varios sensores de arranque que comercializarían en una campaña a través de Kickstarter. Para ampliar el sistema, habría que adquirir nuevos skills y más sensores.
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La segunda vía de ingresos sería, una vez lanzadas las primeras unidades, abrir a desarrolladores la plataforma para que desarrollasen nuevos skills que se monetizasen a través de un marketplace.
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Con masa crítica, la tercera línea de ingresos pasaría por grandes empresas como las operadoras (para ofrecer Miranda como un servicio integrado en el router o en el set-top-box de la TV) o las empresas de seguridad que ya venden alarmas (que podrían ofrecer un skill adicional).
Miranda, los asistentes virtuales y la privacidad
Para que la plataforma de Miranda funcione en casa, el sistema tiene que aprender de nosotros y, por tanto, siempre va a estar atento a lo que hagamos y, claro está, eso abre una puerta incómoda: la privacidad.
Si Miranda aprende de nuestros hábitos en casa, ¿no es un riesgo para nuestra privacidad? ¿Es posible controlarlo?
Al final, todo son patrones y algoritmos que se alimentan de datos de los usuarios. Si Google Home y Alexa están a la escucha de nuestras conversaciones, Miranda, a priori, está atenta a dónde estamos, qué estamos haciendo o por dónde nos movemos dentro de casa. ¿Está el usuario preparado para sacrificar su privacidad para vivir de una manera más cómoda?
Smart IoT se define como una empresa de Inteligencia Artificial y datos que, además, considera que poner altavoces y cámaras en cada habitación de casa no es la manera de hacer un hogar inteligente. Jesús, el CTO, considera que sacrificar privacidad por comodidad no es la vía:
"¿Quieres que te estén escuchando en casa todo el rato y manden tus conversaciones a la nube? Yo no lo veo, es más, hemos hecho que Miranda sea una "caja fuerte" de los datos de los usuarios. Miranda es capaz de funcionar sin subir los datos a la nube, sin embargo a Alexa o a Google Home le cortas Internet y no funcionan.
¿Tiene sentido que para encender una bombilla, la orden tenga que ir a California y volver? Miranda, como requisito de diseño, funciona sin Internet y la casa sigue funcionando".
Sin embargo, para que este tipo de sistemas funcionen y mejoren, es necesario que se recojan datos y se procesen de manera centralizada.
¿Es posible entonces funcionar de manera aislada y que el sistema mejore? Es una cuestión que me inquietó bastante porque, en el fondo, los asistentes de voz mejoran en precisión gracias a todas las muestras de voz que se recogen y procesan a lo largo del mundo.
Según los fundadores de Smart IoT Labs, Miranda no necesita hacer eso porque, para empezar, cada persona tiene comportamientos distintos en su casa y no siempre son extrapolables:
"Miranda aprende en local con cada usuario, se apoya en Reinforcement Learning que es un tipo de machine learning. La idea es que el sistema aprenda sin necesidad de subir a la nube los datos y, si el usuario quiere, entonces active la subida de datos a la nube para guardar datos históricos o para acceder a nuevas funcionalidades.
A diferencia de un Google Home, donde por defecto lo subes todo, el usuario es el que en el inicio indica qué datos quiere subir y, a cambio, el sistema la aportará valor en términos de información sobre ahorro energético o, incluso, que sus datos sirvan para tener descuentos en servicios de terceros o recibir dinero por sus datos".
Contado así, el control de los datos suena al de la famosa cuarta plataforma de Telefónica, en la que la operadora prometía el control de los datos compartidos con terceros y la posibilidad que el usuario monetizase la información que compartía. Evidentemente, aún hay que llevarlo a la práctica pero el planteamiento, sin duda, es bastante interesante y diferencial.
Google es una empresa de publicidad y los ingresos de Google Home no van a venir por la venta de hardware, es una sonda en tu casa que está escuchando para revertir en el negocio de publicidad de Google.
¿Y acaso los sensores, bombillas, altavoces, smartphones o, incluso, el router y el decodificador de la TV de nuestro operador no son sondas? ¿Si estamos rodeados ya de sondas y las hemos asumido, por qué Miranda es diferente? ¿Es algo que va a percibir el usuario realmente? ¿Va a entender esta promesa de respeto por la privacidad? ¿Como usuario, es un acto de fe en la empresa?
Cuando lancen en primavera la primera beta, sin duda, me gustaría probar qué ofrece Miranda y si, realmente, puedo controlar mis datos y qué dispositivos de los que tengo ya en casa se pueden manejar. Según la empresa, su promesa es honesta y el usuario tendrá control de los datos que Miranda comparte con terceros y, en caso de monetizarlos, se compartirá el valor generado con el usuario pero, claro está, habrá que ver cómo se lleva a la práctica.
Para el CTO de Smart IoT Labs, los sistemas de altavoces inteligentes están por detrás de la tecnología de Miranda. Entienden nuestro lenguaje pero no son proactivos.
¿Y por qué Amazon o Google no han apostado por este tipo de tecnologías tecnología? ¿Cómo es posible que la arquitectura del Alexa de Amazon y sus skills no tenga esos "vasos comunicantes" que permitan que las aplicaciones intercambien datos y aprendan unas de otras? Al fin y al cabo, Amazon es un gigante que tiene recursos y talento para hacerlo, sin embargo, para el CTO de Smart IoT Labs, el gigante es tan grande que le cuesta adaptarse a estos cambios (la teoría de las gacelas y elefantes):
"Las skills de Alexa no están pensadas para el hogar, están para extender el conocimiento de Alexa y el funcionamiento de sus comandos para mejorar el diálogo o la interacción. Por ejemplo, puedes pedir una pizza a Domino's Pizza con un skill de Alexa pero ¿qué gana Amazon con esto?
Al final, en 3-4 años todos estos asistentes de voz se tendrán que volver a construir para que, realmente, sean inteligentes y encajen perfectamente en el hogar. Ese es el tiempo que, como empresa, tenemos para hacernos un hueco en el mercado con marca propia o bien que nos compre alguno de estos gigantes.
Nuestro valor estará en los patrones que vamos a ser capaces de tener de los comportamientos y hábitos en el hogar. Ese será el "petróleo" que hará atractivo Smart IoT Labs y que solamente podremos conseguir gracias a la combinación de software y hardware propio. Los hogares, a día de hoy, siguen siendo entornos que aún tienen mucho que digitalizar".
El futuro de Miranda
No es muy habitual encontrar startups en España que se dediquen al hardware. Son negocios a los que los inversores les tienen cierta aversión porque son intensivas en capital, tienen un time-to-market muy alto y, para que los márgenes se mantengan, hay que fabricar en lugares como Shenzhen en China (donde incluso hay una aceleradora de startups especializada en empresas de hardware).
Tampoco es muy habitual que una startup presente en sociedad su producto en el CES para poner el foco comercial en Estados Unidos. De hecho, tras el CES, los fundadores de Smart IoT Labs harán ronda de contactos por Silicon Valley para buscar financiación y preparar la campaña de Kickstarter con foco en cliente de Estados Unidos.
La compañía ya tiene a Telefónica en su accionariado, han invertido a través de Wayra con una participación minoritaria, y también han mantenido una relación comercial al participar en el desarrollo de Movistar Home. Además de aportar capital, la operadora abre sus puertas a la colaboración y generación de negocio conjunto a través de Wayra y, en este caso, Smart IoT Labs se ha encargado de desarrollar el IoT Bridge de Movistar Home.
Gracias a esta colaboración, Movistar Home podrá interactuar con la domótica instalada en el hogar del usuario, concretamente las bombillas inteligentes, independiente del modelo, marca o tipo de dispositivo que tenga instalado en casa (aunque aún esta función no está desplegada en el dispositivo ni tampoco se conoce cuándo estará disponible).
Sin embargo, independientemente de esta línea de colaboración con operadores, la compañía se quiere lanzar al desarrollo y comercialización de un producto físico que integremos en casa; es decir, dotar de un cuerpo a ese "cerebro virtual" que es Miranda.
¿Será Miranda un servicio comercial? ¿Será un servicio "marca blanca" para los operadores? El plan de la compañía, a priori, es lanzarse a Kickstarter en el segundo semestre de este año, llegar a unos 3.000 usuarios y aspirar a ser un Nest, teniendo producto y marca propia. Pero, evidentemente, 2019 y las relaciones con Telefónica y otros operadores, marcarán en cierta medida la senda por la que caminará la compañía y su modelo de negocio.
La compañía está preparando una beta privada para el equipo de desarrollo para este primer trimestre y, posteriormente, lanzarán una beta ampliada para 20-50 personas y, con todo este feedback, preparar la campaña de Kickstarter que servirá para lanzar el producto durante este año 2019.
Emprendiendo en un pueblo de Sevilla en un "chalet conectado"
Cuando conocí a Smart IoT Labs y me comentaron que estaban a 13 kilómetros de Sevilla y en un chalet, la verdad, es que me llamó mucho la atención por lo singular de su oficina (y me recordó a VirusTotal también trabajando desde un chalet).
El motivo de la ubicación, según la empresa, respondía a cuatro cuestiones básicas:
- Es una ubicación que queda cerca de las ciudades en las que residen, dentro del área metropolitana de Sevilla, así que se ahorran atascos
- El alquiler de un chalet a 13 kilómetros de Sevilla es más barato que un módulo de oficinas en la ciudad
- La piscina, el jardín, la barbacoa y la futura máquina arcade forman parte de un "entorno de trabajo favorable" para el equipo
- Si Miranda es un mayordomo para el hogar, tiene sentido que se desarrolle en un laboratorio lo más parecido posible al entorno en el que se va a implantar
Además, es una pieza clave para sustentar la cultura de la empresa. Jesús González, el CTO, comentaba que cuando Indisys fue adquirida por Intel, sufrió un shock con la cultura americana de trabajo: menos control y trabajo por objetivos:
"José y yo teníamos muy claro que la cultura de empresa americana del trabajo por objetivos tiene un impacto positivo en la productividad y queríamos eso aquí. Es un modelo de trabajo que permite la conciliación familiar; puedes llegar tarde porque has dejado a tus hijos en el colegio y, luego, terminar la jornada en casa.
Además del modelo por objetivos, queríamos compensar el hecho de que al ser una startup no podíamos ofrecer un salario como nos gustaría. Así que pensamos en el chalet y la piscina que, en Sevilla, es todo un lujo. ¿Que alguien se bloquea con algo? Pues puede darse un baño en la piscina, refrescarse y desbloquear sus ideas... Eso sí, el equipo sabe que tiene que atender sus tareas y cumplir objetivos.
Y, finalmente, en una oficina nuestros experimentos no iban a funcionar. Queríamos trabajar en el mismo entorno en el que se implantará nuestro sistema y, así, podemos llenar la casa de sensores y hacer pruebas sin interferencias.
La justificación del entorno y el modelo de trabajo por objetivos es, sin duda, interesante. Ofreces al equipo un salario, un entorno de trabajo con comodidades y, además, un modelo de trabajo flexible que permite auto-organizarte. Sin embargo, puede que no sea suficiente para poder captar talento como, por ejemplo, los miembros del equipo que ya estaban en Intel y decidieron apostar por Smart IoT Labs".
¿Cómo se capta este talento más allá de ofrecerles un reto? La respuesta es simple, haciéndoles partícipes del negocio de alguna forma:
"Hemos tenido que hacer ingeniería financiera y, pensando un poco, hay 7 formas de retribuir además del salario.
Todo nuestro equipo podía decidir si quería entrar poniendo dinero y haciéndose socio, podemos ofrecerles stock options que es una compra diferida de acciones, podemos hablar de phantom shares que es como si fueses accionista sin tener propiedad de acciones, podemos ofrecer flexibilidad y un entorno favorable de trabajo, podemos ofrecer teletrabajo y trabajar en remoto...
Cada persona le da más peso a una opción u otra pero, al final, hay mecanismos para que la gente se sienta cómoda sin que todo sea un sueldo a final de mes. De hecho, gran parte de las herramientas que están desplegadas en Smart IoT Labs las aprendí en Intel, una empresa que tiene oficinas en todo el mundo".
Slack, Scrum, Jira o Git junto a la capacidad para auto-gestionarse son los pilares de la forma de trabajo de esta empresa en la que los socios fundadores, por ahora, siguen sin tener fijado un salario hasta que no comiencen las ventas.
"Tienes el timón de la empresa y eso da mucha más satisfacción que tener una nómina a final de mes. Creas valor y sabes que, al final, tu patrimonio crece porque el valor de tus acciones va a aumentar".
Este año 2019, sin duda, los altavoces inteligentes y los asistentes en el hogar seguirán dando mucho que hablar y, quizás, podamos ver también los primeros pasos de mayordomos como el que propone Smart IoT Labs como Miranda.
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La noticia Smart IoT Labs, la startup de Sevilla que ayudó a Telefónica con Aura y desarrolla un mayordomo virtual para el hogar fue publicada originalmente en Xataka por Juan Jesús Velasco .
Fuente: Xataka
Enlace: Smart IoT Labs, la startup de Sevilla que ayudó a Telefónica con Aura y desarrolla un mayordomo virtual para el hogar
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