Esta "camiseta inteligente" nos dice si estamos bien sentados: Wearlumb, lo hemos probado
Nos hemos acostumbrado a llevar sobre nuestro cuerpo tecnología inteligente y conectada. Relojes, pulseras, anillos e incluso dispositivos que nos ayudan a regular la sensación de frío y calor. Aunque no estamos cerca de convertirnos en cyborgs, progresamos adecuadamente. Salvo en ropa conectada, que no acaba de triunfar.
Por eso nos llamó mucho la atención Wearlumb como prenda con conectividad cuando nos dijeron que podría decirnos si nuestra postura a la hora de sentarnos era buena, mala o desastrosa. Y pese a no ir enfocada al público general, nos ha gustado probarla y saber por dónde pueden ir los próximos años de los wearables.
Qué puede hacer Wearlumb por nosotros (y por nuestra espalda)
Antes de probar Wearlumb en el Mobile World Congress 2019, pensábamos que se trataba de una camiseta inteligente dirigida a usuarios que quisieran recibir consejos proactivos sobre qué posturas tienen que mejorar, pero no, la filosofía que han seguido Wordline (compañía de software), SGS Tecnos (aseguradora) y el centro tecnológico Eurecat (especializados en electrónica impresa) en su desarrollo no ha sido esa, y el producto final es incluso más relevante, por lo que puede hacer por miles de trabajadores en muchísimas empresas.
Nuestra primera sorpresa al ver Wearlumb es que no es una camiseta al uso, sino que se trata de un maillot, como el que estamos acostumbrados a ver en las grandes vueltas en los ciclistas. Así se integran de forma efectiva todos los sensores, desde los localizados en la parte lumbar, pasando por los brazos y la columna, hasta los presentes en las cervicales. Estos sensores envían información a un dispositivo Bluetooth integrado en el maillot, que recoge los datos y los sincroniza con una aplicación en iOS y en Android.
Por una parte, como decíamos, que estemos en 2019 y Wearlumb no funcione como una camiseta que nos avisa proactivamente cuando estamos mal sentados puede ser una decepción, porque esperábamos algo del tipo de lo que hacen los wearables de muñeca cuando nos instan a ponernos de pie o respirar, pero en el ámbito de la postura. Wearlumb sí tiene la capacidad para saber lo que hacemos mal en tiempo real, pero la interpretación la debe hacer un especialista a través de los datos recopilados en la aplicación.
El motivo es que el enfoque no es de comercialización general, sino para empresas que quieren prevenir riesgos laborales provocados por malas posturas. Wearline afirma que más del 70% de enfermedades sufridas por profesionales se debe a dolencias causadas por malas posturas, como la lumbalgia.
Así, el escenario ideal de uso para Wearlumb es el de una empresa que está detectando muchas bajas por problemas de este tipo o que quiere prevenirlas, por lo que será una solución que pueden prestar compañías de prevención de riesgos laborales, controlada por ergónomos. El modelo de negocio que están estudiando es el de pago por uso de empresas a las compañías que presten el servicio.
Durante una jornada de trabajo, por ejemplo, varios trabajadores llevarán puesto el maillot. Así se puede conocer qué posturas frecuentan, si son o no saludables, y lo que es más importante, cómo cambian a lo largo del tiempo. No es lo mismo sentarse y comenzar a trabajar, momento en que la postura suele ser buena, a ese momento en las horas finales de trabajo en que la espalda ya se resiente y la inclinación lateral y hacia delante (o muy hacia atrás, algo menos común) se sale de cualquier consejo médico.
Tras haber obtenido los datos, la aplicación permite realizar informes individuales y obtener los datos globales, que se ofrecen en crudo en hojas de cálculo de Excel. Desde Wearline nos comentaban que estaban pensando en implementar aprendizaje automático para obtener, por ejemplo, patrones posturales según sectores de ocupación. Incluso estando en oficinas, no será la misma postura la de un programador o editor que la de un telefonista.
Nos ponemos la Wearlumb y vemos cómo de mal nos sentamos (en tiempo real)
Tras todas las explicaciones técnicas sobre su funcionamiento y lo que Wearline espera de Wearlumb, quisimos probar qué se siente al llevar el maillot conectado, y ver qué tal es el proceso desde tenemos puesta nuestra ropa corriente hasta que podemos monitorizar las diferentes posturas corporales.
Y lo cierto es que la experiencia es muy buena, porque no hace falta que nos quitemos nuestra ropa para poder trabajar con normalidad unos minutos (en nuestro caso, el trabajo fue escribir unas pocas líneas, como a la hora de redactar este artículo). Se siente algo elástica, pero nada que nos fuerce a salir de nuestra postura habitual. El dispositivo Bluetooth que recoge la información cuelga por el lado, pero pasará desapercibido mientras trabajamos.
En un uso normal de Wearlumb, el trabajador que lleva puesto el maillot no tiene que preocuparse de nada, pues toda la recopilación de los sensores se lleva a cabo en segundo plano y luego serán los técnicos los que hagan los respectivos análisis. En nuestro caso, sin embargo, quisimos comprobar en tiempo real cómo de buenas o malas son posturas habituales, y el funcionamiento es muy fluido. Existen unos indicadores en cada variable que van de verde (buena postura) a rojo (mala).
En la imagen superior vemos las variables de las posturas que mide Wearlumb. La flexión mide el grado de flexión de la columna, y en el momento de hacer la captura, se encontraba como debe, recta y erguida frente a una pantalla. La lateralización también se encuentra en la zona óptima, lo que quiere decir que no estábamos reclinados de más hacia izquierda o derecha. Vemos que la flexión del brazo izquierdo es mejorable, pues está en la zona amarilla, mientras que la del brazo derecho está en la zona óptima. La rotación mide si mantenemos el tronco recto respecto a las piernas, y también se encontraba en un punto correcto.
La última imagen denajo que vemos muestra lo que vería el ergónomo encargado de sacar conclusiones, y como se puede apreciar, en nuestro caso, todo está más o menos en una zona no peligrosa, tras una sesión de prueba de 19 minutos en las que probamos a forzar buenas y malas posturas. La desviación lateral es lo más preocupante, sobre todo hacia la parte derecha, aunque en ningún caso tocamos una zona peligrosa.
En conclusión, Wearlumb nos ha parecido un producto muy interesante y que puede ayudar a muchos trabajadores a conocer mejor en qué deben mejorar para evitar lesiones. Sin embargo, de lo que más ganas nos ha entrado tras probar el maillot es de acercarnos más a un producto así, pero para el día a día y todo el mundo. Tal y como se han popularizado los relojes inteligentes que nos dan consejos sobre salud, la ropa puede ser otro gran aliado deportivo y de salud.
El reto es esconder los sensores y el dispositivo de control y poder lavarse de forma ilimitada (Wearlumb puede lavarse 30 veces en toda la vida del producto). En definitiva, lograr parecer ropa normal, algo que probablemente consigan mucho antes los abrigos, por el espacio disponible. Wearlumb, en cualquier caso, muestra que hay utilidad en llevar este tipo de conectividad a ropa.
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La noticia Esta "camiseta inteligente" nos dice si estamos bien sentados: Wearlumb, lo hemos probado fue publicada originalmente en por Antonio Sabán .
Fuente: Xataka
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