Análisis iMac (2019), la generación llevada al límite
El iMac es hoy en día el icono que representa a los ordenadores de Apple: su particular y reconocible silueta lo hace inconfundible casi en cualquier parte, incluso cuando en algunas películas ponen una “oportuna” nota adhesiva tapando la marca de la manzana. Es el auténtico heredero de la tradición del Macintosh original, un ordenador “transportable que puedes sostener”, integrado en un monitor todo en uno con un diseño industrial impactante.
El iMac ha ido evolucionando para convertirse en un "todo en un uno todoterreno", con modelos domésticos pero también potentes
Este Mac insignia de la compañía ha atravesado diferentes fases: fue la máquina que inició la recuperación económica de Apple hace este mes 21 años – en 1998 el primer iMac sentó las bases para los ordenadores de próxima generación para la marca y fue toda una declaración de intenciones. Ya no habría disquetera, sustituido por los puertos USB, y el diseño completamente alejado de las viejas máquinas grises del resto de la competencia. En muchos aspectos, el iMac de Steve Jobs salvó a Apple y le dio alas para comenzar su transformación en una compañía más allá de los ordenadores tradicionales.
Es por eso que la compañía ha tratado con especial cuidado cada transición a las distintas generaciones del dispositivo: creo que todos coincidiremos a que el iMac G4 “lamparita” es uno de los modelos más espectaculares – sobre todo en su momento – y que posteriormente evolucionó en 2012 hacia el modelo actual en el que se ha exprimido hasta el último milímetro para incluir cada nuevo hardware desde que el diseño salió en el iMac G5.
El iMac que convive con el iMac Pro
El año pasado asistimos a un movimiento único en toda la trayectoria de este modelo: la aparición de un iMac Pro que venía a sustituir al prometido nuevo rediseño del Mac Pro que esperamos conocer este 2019 (previsiblemente en la WWDC19). Este nuevo iMac Pro supuso la graduación con honores de un dispositivo potenciado como nunca manteniendo el diseño conocido, lo que supuso grandes cambios internos en el sistema de refrigeración, placas, etc… Vino a demostrar la experiencia de la compañía en una máquina que controla perfectamente y sobre la que también esperábamos una actualización en el modelo “normal” que nos ocupa. De hecho, el iMac que estamos analizando hoy hereda algún punto interesante del mismísimo iMac Pro, como la arquitectura gráfica.
El diseño sigue siendo imponente, pero seis años después Apple debería plantearse la tendencia "sin marcos" hacia la que se orienta el mercado
Es por ello que este iMac de 2019 cuenta con grandes cambios en su interior, pero con exactamente la misma apariencia externa que desde hace seis años. Sin ninguna duda, el aspecto sigue siendo impontente – fijaos en mis fotos - y fabricado con la misma calidad y detalles que nos tiene acostumbrados la marca, pero en mi opinión Apple debería renovar el diseño y actualizarlo a las tendencias “sin marcos” del mercado. Algo similar ha ocurrido con los nuevos iPad Air (2019) y iPad mini (2019), aunque en el escritorio los marcos son más discretos por tamaño que en los dispositivos móviles, siguen siendo demasiado grandes y necesitarían un refresco.
Es posible que este cambio lo veamos una vez que el Mac Pro esté anunciado públicamente, y utilizando la experiencia con las pantallas sin marco de los iPhone XS y XR, se construya un nuevo diseño más allá de la apariencia física que también nos traiga Face ID sobre la mesa a los futuros iMac Pro y iMac. A pesar de este cambio necesario, el diseño sigue funcionando a nivel de integración con el hardware interno y aporta ese familiar aspecto en nuestras mesas de trabajo, tal y como ha ocurrido en los años anteriores.
La pantalla Retina 5K vuelve a ser la protagonista
El panel de la pantalla de 27 pulgadas de 5K es espectacular en cuanto a brillo (500 nits), gama cromática (utiliza el espacio de color estándar en producciones de vídeo profesionales P3) y cuenta con una resolución de 5120x2880 píxeles. La fiabilidad del color y el movimiento de cualquier representación gráfica destacan por la calidad y el comportamiento en lo que sin duda es una de las mejores características de un ordenador donde esta pantalla es la auténtica protagonista – tanto para edición de fotografías o vídeos, como para el uso del día a día.
Este modelo de 27 pulgadas tiene además alguna diferencia en diseño respecto al modelo de 21: por ejemplo, aquí la RAM es ampliable por el usuario, gracias a un pequeño compartimento debidamente camuflado a la altura de la peana. Un buen consejo aquí para ahorrar en la compra es buscar la RAM más barata después de la compra (memoria DDR4 a 2666 MHz) e invertir nuestro dinero en mejorar el procesador o el disco duro, por ejemplo.
Los puertos con los que cuenta por la parte trasera son dos puertos Thunderbolt 3 con la interfaz USB-C que funcionan a pleno rendimiento (cada uno a 40 Gb/s) – aquí es posible conectar otro monitor 5K o dos monitores 4K simultáneos en ellos. Hay además cuatro puertos USB 3.0 para el resto de nuestros periféricos, una cómoda ranura para tarjetas SDXC, Gigabit Ethernet y la típica toma de auriculares de 3,5 mm. Si lo pensamos utilizar en una oficina compartida o fuera de nuestro ámbito de confianza, también existe la posibilidad de anclarlo mediante la ranura de seguridad Kensigton.
Procesadores Intel de novena generación a bordo
Uno de los grandes cambios de este nuevo iMac es la puesta al día en potencia. Empezando por los procesadores Intel de novena generación de hasta ocho núcleos que llega hasta una velocidad de 3,6Ghz (o 5Ghz con Turbo Boost) para este modelo de 27 pulgadas. Este nuevo procesador llamado con nombre clave Coffee Lake Refresh es una actualización del modelo anterior Coffee Lake para que funcione con hasta ocho núcleos, su principal diferencia.
Cuentan con un nuevo sistema de refrigeración físico para aguantar el incremento de calor (un disipador soldado directamente) y esta generación está diseñada teniendo en mente los sistemas de escritorio. El modelo de análisis empleado en este artículo tiene las siguientes características:
MODELO ANALIZADO |
iMac de 27 pulgadas con pantalla Retina 5K |
---|---|
PROCESADOR |
Intel Core i9 de ocho núcleos a 3,6 GHz de novena generación (Turbo Boost de hasta 5 GHz) |
MEMORIA |
16 GB de memoria DDR4 a 2.666 MHz |
GRAFICOS |
Radeon Pro Vega 48 con 8 GB de memoria HBM2 |
PANTALLA |
Pantalla Retina 5K de 27 pulgadas |
ALMACENAMIENTO |
512 GB de almacenamiento SSD |
Este nuevo procesador destaca especialmente en la ejecución multi-núcleo, donde el desempeño es realmente sorprendente - perfecto para los sistemas donde se necesite potencia de cálculo bruta para poder abordar grandes proyectos 3D, sonido o vídeo. Las pruebas sintéticas obtenidas con Geekbench nos dejan bien claro que este iMac de gama alta apunta a las estaciones profesionales de diseño:
La inversión en un procesador i9 como el que incluye este modelo de análisis estaría justificada si buscáis esta potencia de cálculo en el día a día - bien como trabajo, o incluso como hobby semi profesional. Si no necesitáis este incremento en rendimiento contínuo, la opción base que incluye un i5 con seis núcleos es más que válida: el modelo de entrada de 27” viene con ella y puede contar con hasta 32GB de memoria RAM, mientras que el que tenemos en revisión ahora mismo podría incluir hasta 64GB. Hay un modelo intermedio que también podría montar toda esta RAM: aunque como he comentado lo interesante no es invertir en ella en el momento de la compra al ser actualizable por el usuario, si es conveniente pensar en el máximo que necesitaremos de cara al futuro.
La potencia gráfica aquí se llama Radeon Pro Vega 48
La memoria de alto ancho de banda o HBM2 en la Radeon Pro Vega mejora la transferencia de datos para los procesos complejos de renderizado
Todos los modelos de 27 pulgadas (y el más alto de 21 pulgadas) cuentan con tarjetas gráficas Radeon Pro, que mejoran en cada versión si subimos en prestaciones, pero es en el modelo más alto donde podemos elegir como opcional dos nuevas tarjetas gráficas: una Radeon Pro 580X con 8 GB de memoria GDDR5 o la más potente Radeon Pro Vega 48 con 8 GB de memoria HBM2. Esta es una memoria de alto ancho de banda, capaz de alcanzar 256-307 GB/s en la transferencia de datos, con hasta un máximo de 8GB por paquete (como la que incluyen estos iMac).
Esto se traduce en un proceso más rápido de datos como texturas o información gráfica que luego procesa la GPU principal, debido a la aceleración del proceso y al acceso en bloques más grandes. Estas nuevas tarjetas Radeon Pro Vega fueron diseñadas incialmente como parte del iMac Pro. Para ver de qué es capaz esta nueva gráfica, empezamos con los benchmarks gráficos sintéticos utilizando LuxMark, obteniendo 3272 puntos (4108 si lo combinamos procesando también junto a la CPU):
Accediendo a las tablas de resultados con otros sistemas, vemos que la Radeon Pro Vega se sitúa al nivel de la arquitectura gráfica Hawaii de AMD o de las GeForce GTX 1070, con una diferencia: la Pro Vega es capaz de alcanzarlas teniendo mucha menos velocidad de reloj (casi la mitad).
Observando los resultados combinados de CPU+GPU, el equivalente alcanzado a la arquitectura Fiji de AMD a más de 1Ghz junto a una CPU FX-8370 a más de 4,3Ghz. En ambos casos, las velocidades de reloj también superan a los del iMac, pero aún así el ordenador de Apple los alcanza en resultado debido a la mejora en la eficiencia del hardware. Con las pruebas en Cinebench, también observamos algo parecido:
En Cinebench obtenemos por todo el sistema unos 4265 puntos cb, justo por debajo de sistemas como los AMD Ryzen Threadripper con exáctamente el doble de núcleos, pero superando a otros que incluso cuentan con más núcleos de procesamiento (sistemas Xeon y Ryzen 7 incluídos). Toda esta factura a nivel de potencia debía ir más allá de los test “de laboratorio”, así que sometí el iMac a una de las pruebas más conocidas utilizando Final Cut Pro X - el famoso test Bruce X de 5K. Como la prueba necesita de mediciones manuales, usé la media de un muestreo de cinco casos:
Iteraciones (Bryce X 5K - Apple Pro Res 422) |
Tiempo (segundos) |
---|---|
Prueba 1 |
14,14 s |
Prueba 2 |
13,79 s |
Prueba 3 |
14,69 s |
Prueba 4 |
13,72 s |
Prueba 5 |
13,67 s |
Todas las pruebas usaron el códec Apple Pro Res 422 sin pre-renderización en segundo plano. Si revisamos los resultados del foro donde los usuarios añaden sus resultados, comprobaremos que los 14,002 segundos de nuestro iMac se encuentran entre prácticamente de los mejores de todos ellos. Esto en gran parte es debido a la memoria de alto ancho de banda que comentábamos anteriormente: la exportación y creación de proyectos de este tipo se potencia mucho con este tipo de RAM HBM, además de la potencia de la GPU.
Si pasamos a hablar de juegos, evidentemente una máquina con una gráfica y una arquitectura tan potente dará mucho de sí. Para ello, elegí dos de los juegos más conocidos que también son exigentes a nivel gráfico: el inevitable Fortnite - no sé si habréis oido hablar de él - y Deus Ex Mankind Divided. Estos son los frames por segundo de cada uno de ellos:
Juego |
Características de la prueba |
Frames por segundo |
---|---|---|
Fortnite |
2560x1440 16:9, 60 FPS, Distancia de visión / Antialiasing / Texturas / Posprocesado configuradas como "épica", Sincronización vertical, enfoque de movimiento, renderizado de subproceso: todo activado |
60 fps en tasa constante |
Deus Ex Mankind Divided |
2880 x 1620, 60 Hz, Field of view: far, preset: high, texture quality: high, depth of field: on, volumetric lightning: on |
44,3 fps, variaciones de 10 fps |
En Fortnite podremos jugar a la máxima calidad sin que el ordenador apenas active los ventiladores, sin ningún problema de rendimiento o ralentizaciones: de nuevo esos 8GB con RAM HBM ayudan mucho para almacenar gran cantidad de texturas y datos gráficos del juego haciéndolo mucho más ágil.
En Deus Ex podemos incluso subir la resolución hasta 5120x2880 (la misma que tiene el monitor del iMac) jugando con unos aceptables 22,6 FPS de media, pero un poco incómodo de manejar debido a la sincronización vertical. En 2880x1620 llegamos hasta los 44,3 FPS con todos los ajustes en calidad alta, lo que dan lugar a un juego espectacular y fluido - efectos de todo tipo incluido.
Capacidad
Todos los iMac de 27" vienen de serie con Fusion Drive, esa mezcla mixta de disco duro SSD y mecánico donde los archivos del sistema operativo y ciertas aplicaciones residen en el SSD, y el resto de aplicaciones y ficheros en el disco duro tradicional. En la unidad de análisis, he podido probar la opción de disco SSD de 512GB, obteniendo como era de esperar unos resultados fantásticos - tanto de lectura como de escritura:
Este iMac no incorpora el chip T2 del iMac Pro con lo que para el cifrado del SSD se utiliza la potencia de la CPU principal. Aún así, la velocidad según las pruebas sintéticas y el comportamiento en el día a día es excelente. Sin embargo, aún hay modelos de este iMac que todavía se venden con discos duros mecánicos por completo (modelo de entrada de 21") o con Fusion Drive.
El disco duro debería ser completamente SSD: si no queréis invertir tanto en él, la opción mínima sería Fusion Drive
Si no queréis que el equipo suba mucho de precio comprando SSD, mi recomendación es que mínimo apostéis por el Fusion Drive, ya que mejorará el rendimiento del sistema. Recordad que es mucho mejor invertir en disco duro que luego no podréis reemplazar, que en RAM (los modelos de 27" son actualizares) - y la vida útil y fiabilidad de los SSD mejorará mucho el conjunto.
Un iMac con superpoderes
Sin duda lo que mejor define esta nueva versión del iMac es la del ordenador supervitaminado: un hardware puesto al día y utilizando la experiencia de la compañía en compactar la potencia de su hermano mayor - el iMac Pro - en la gama "doméstica" que tiene versiones para prácticamente cualquier uso. Incluido incluso el profesional que no necesita un iMac Pro, pero sí busca potencia y desempeño.
Los modelos de 21" con pantalla Retina 4K pueden ser un buen punto de entrada para la ofimática diaria doméstica, donde el diseño - aunque ya cuente con seis años en el mercado - sigue quedando imponente encima de la mesa. En estos modelos, mi recomendación sería subir la RAM hasta 16GB ya que aquí no son ampliables.
Las versiones de 27" ya se orientan hacia un usuario más exigente no sólo por trabajo, también por rendimiento diario como herramienta de uso cotidiano. Las pantallas Retina de 5K nos permitirán no sólo crear contenidos, también disfrutarlos con una nitidez y calidad espectaculares. Aquí no tocaría la RAM (se puede actualizar más barata después en estos modelos), incluso el modelo de entrada por 2099€ tiene un buen equilibrio de componentes y rendimiento, sin necesidad de añadir nada más. Quizás el único punto a considerar en ellos es la RAM máxima ampliable: el modelo de entrada permite hasta 32GB mientras que los dos finales hasta 64GB.
El iMac de este año es una buena puesta al día interna manteniendo la forma que lo ha convertido en icono: si buscamos un ordenador de escritorio potente, todo en uno, y con la calidad que Apple nos tiene acostumbrados, esta generación nos ofrece muy buenas propuestas tanto para casa como para la oficina, si no necesitamos un iMac Pro. Un super iMac fruto de las experiencias y el camino recorrido, para disfrutarlo en el día a día.
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La noticia Análisis iMac (2019), la generación llevada al límite fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
Fuente: Applesfera
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