Elon Musk dice que está preparado para colarse en nuestro cerebro, aunque nadie sabe para qué: luces y sombras de Neuralink
Efectivamente, Elon Musk y su equipo han dado detalles sobre sus planes para Neuralink, al empresa dedicada conectar cerebros y ordenadores. Y lo cierto es que Musk respondió a más preguntas de las que esperábamos.
Sin embargo, también ha dejado un número mayor de preguntas encima de la mesa. Pero hay tres que parecen especialmente interesantes: ¿Qué hay de nuevo? ¿Cuál es su utilidad? ¿Hacia dónde va el futuro de la empresa? Es decir, ¿de verdad es tan revolucionario como tratan de venderlo?
"Podemos tener la opción de integrarnos con una IA"
Musk arrancó la intervención diciendo que "el principal objetivo de la presentación era el reclutamiento". Y, a poco que nos fijamos en la estrategia de la empresa, esto parece cierto en muchos aspectos: reclutamiento de personal, reclutamiento de inversores, pero, sobre todo, reclutamiento de voluntarios que se quieran prestar a someterse a los primeros ensayos clínicos. No obstante, si bajamos al terreno, es un ejemplo de vender la piel del oso antes de cazarlo.
Varios medios han dicho que la tecnología se encuentra "lista para pacientes", pero no es cierto. Está lista para iniciar pruebas en humanos, pero a priori no existe ninguna aplicación real y tangible que nos permita pensar en esto como un tratamiento para pacientes.
Se trata más bien de que, si alguien se va a someter a una cirugía cerebral por otro motivo, puede aprovechar y servirnos de conejillo de indias. Y es que quizás ese sea el mayor problema de Neuralink: es una tecnología con mucho potencial, pero muy desconectada con cualquier aplicación práctica. Al menos, a corto plazo.
¿Qué hay de nuevo?
Porque no nos equivoquemos, en la presentación de Neuralink no hay nada revolucionario. Han cogido los mejor de la tecnología que ya existe hoy por hoy en los laboratorios y lo han integrado todo aportando un buen conjunto de ideas bastante interesantes. Faltan toneladas de datos, pero a priori parece que van por buen camino.
Por ejemplo, los hilos de Neuralink se parecen mucho a la NET electrode technology desarrollada por Chong Xie y su equipo de la Universidad de Texas en Austin. De hecho, los electrodos flexibles llevan investigándose durante décadas, Neuralink llega en un momento en que muchos problemas están resolviéndose y añade algunas ideas (como la "máquina de coser") que parecen muy interesantes.
De hecho, la "máquina de coser" es la gran tecnología que se presentó ayer y ofrece soluciones muy creativas a problemas que en los últimos años tenían estrangulado el desarrollo del laboratorio. Sin embargo, el White Paper (la documentación que han presentado) está muy limitado en datos.
¿Cuál es su futuro cercano?
Según sus propias palabras, "el objetivo es eventualmente implantar dispositivos en humanos paraplégicos permitiéndoles controlar teléfonos y ordenadores". Es más, el mismo Musk llegó a decir que "los ensayos humanos empezarían en la segunda mitad de 2020. Esto significa que tienen que solicitar permisos a la FDA para iniciar ensayos en humanos: es decir, que más allá de los golpes de efecto, no controlan el calendario.
No sabemos qué dirá la FDA sobre todo esto, pero está claro que los datos que el equipo de Neuralink ha puesto sobre la mesa no está maduro como para obtener la autorización. Según han explicado, han realziado 19 implantes en ratones con un éxito del 87% y han sido capaces de registrar la función de 1500 neuronas a la vez. Increíble, sí; pero insuficiente.
Desconozco si sus investigaciones están más avanzadas de lo que ha expuesto, pero, a la vista de lo presentado, faltan ensayos en animales superiores (como monos) y, sobre todo, falta un por qué. Uno lee a Max Hodak, presidente de Neuralink, diciendo que “esperan iniciar un estudio con cinco pacientes en menos de un año" y solo puede preguntarse el porqué de la prisa.
Antonio Regalado, el redactor de biotecnología de la MIT Tech Review, ha llegado a decir que esto son "los bebes CRISPR chinos de la tecnología cerebral". Quizás su afirmación es demasiado gruesa, pero, en el fondo, tiene razón; hablamos de una tecnología muy invasiva y experimental que, hasta donde sabemos, no aporta nada tangible a los que se sometan a la intervención.
Casi al final, Musk comentó, medio en serio medio en broma, que la plataforma no se financiaría con anuncios. Más allá de la ocurrencia, queda por ver cuál es el modelo de negocio de la empresa. Ellos mismos reconocen que queda un "largo recorrido" hasta poder ofrecer soluciones comerciales, pero que quieren desactivar "el modo silencio" y empezar a hablar de todo esto. Esto es clave para entender la presentación de ayer.
En la base, Neuralink tiene un problema: la biotecnología es un terreno muy complejo, muy lento y muy poco sexy. Al menos, para los estándares de Elon Musk y Sillicon Valley. ¿A dónde llegará? Es difícil saberlo, porque ellos tampoco parecen tenerlo claro. Al fin y al cabo, como dice Adam Marblestone, "Neuralink es el estado actual de la neurotecnología, acelerado. Están escalando el Everest con un equipo más grande y mejor, pero lo que realmente necesitan es un helicóptero (un avance científico disruptivo)".
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La noticia Elon Musk dice que está preparado para colarse en nuestro cerebro, aunque nadie sabe para qué: luces y sombras de Neuralink fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
Fuente: Xataka
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