Por qué hace años renegaba de Microsoft y sus servicios y ahora se han convertido en imprescindibles
Del amor al odio solo hay un paso. ¿Y al revés? Puede que cueste algo más de tiempo, pero algunos desarrolladores confiesan que, en su momento, Microsoft era “persona non grata” en su vida profesional y que, por cuestiones del destino, ahora reconocen su valía tecnológica.
¿Qué ha provocado este giro? Hemos hablado con tres desarrolladores para que nos cuenten qué les hizo cambiar de opinión… y cómo llevan esta nueva posición (spoiler: uno de ellos, amante confeso del código abierto, ha llegado a ser el defensor técnico de Azure en Microsoft Iberia).
Tecnología propietaria vs. código libre
Los tres profesionales coinciden en algunos aspectos. Como, por ejemplo, que en su juventud tanto a ellos como algunos compañeros de estudios y trabajo no les agradaba la compañía de -por aquel entonces- Bill Gates. Frente a la apuesta por una tecnología cerrada y propietaria, estos tres profesionales preferían trabajar con opciones de código libre.
Manuel Mas Candela es ingeniero técnico de informática especializado en desarrollo e ingeniería web y director de tecnología y marketing en Mundoalfombra.com. Hasta 2012 su trabajo principal hasta era la parte de sistemas y solucionar problemas de Windows y programas de PC. “Me cansé un poco de Windows y de tener que renovar los equipos cada dos años”, reconoce.
En sus años de estudiante, recuerda que no tenía “más remedio” que usar los lenguajes de Microsoft, especialmente C++ y C# con Visual Studio. “En la Universidad de Alicante había un movimiento a favor de Linux, pero se promovía mucho el acuerdo que a nivel corporativo tenía la universidad con Microsoft”, rememora. “Eso te cerraba a usar Linux y, si querías programar en código abierto no podías por el acuerdo”, asegura.
Posteriormente, en su vida laboral ha tenido más contacto con HTML, CSS y JavaScripts al dedicarse al mundo web. Pero tanto a nivel profesional como por la interfaz de su momento y su IDE, Manuel Mas no tiene reparos en reconocer que “no me gustaba trabajar en Microsoft”, tanto por “la manera de usarlo” como por las incompatibilidades que tenía con algunos productos y programas. “No sabías por qué se producían esos errores, y eso aumentaba mi odio hacia Microsoft porque ya conocía Apple”, asegura.
"Microsoft está haciendo un gran esfuerzo para no ser el malo de la película, pero no puede ser un punto neutro; tiene que llegar a enamorar a los desarrolladores, como ha logrado Google"
Santiago Alonso también es ingeniero informático que ha centrado su vida laboral en el mundo web. En la carrera conoció Pascal y Java, principalmente, aunque al final de sus estudios también se inició en PHP. “No me gustaban mucho ninguno de esos lenguajes y por eso me alejé y me centré en web con JavaScript”, asegura.
Alonso también ha trabajado algunos desarrollos con tecnología Microsoft. “Era imposible de depurar. Trataba de implantar mejoras y diseños en HTML pero no se podía porque las tecnologías eran muy restrictivas y el código era muy sucio, difícil de tocar y tenías que tener un equipo técnico muy especializado para poder solucionarlo”, recuerda.
Por eso, no tiene reparos en que tenía un “rechazo inicial bastante fuerte” a la hora de probar tecnología Microsoft. “Si podía mantener ese rechazo lo hacía. En la parte más web, la tecnología y herramienta era Internet Explorer, que dio muchos dolores de cabeza”, asegura.
¿Dónde está la comunidad, que yo la vea?
Diego Parrilla ha sido, durante casi un año, el Azure Dev Tech Advocacy de Microsoft (es decir, el promotor tecnológico de Azure en la comunidad de desarrolladores). Pero en sus tiempos mozos, todo lo que sonara a la compañía de Windows también le daba cierto repelús.
En sus primeros años como estudiante conoció C++ y luego Visual Basic. Un lenguaje que, según Parrilla, se despreciaba en la carrera “porque no se le veía el empaque de otros lenguajes orientados a objetos”. Sin embargo, este experto asegura que fue muy importante para que “todos pudiéramos acceder a la programación”.
“Los proyectos en los que trabajaba me empujaron a usar tecnología Java, Linux o MySQL. No fue una cuestión económica, sino que me gustaba más el código abierto que el propietario”, asegura. “Java me vino a rescatar del C++, un lenguaje que puede ser muy complicado”, explica.
Además, defiende que, al menos en su caso, su predilección por el open source no fue por cuestión de “superioridad tecnológica”, sino algo más casual y que, posteriormente, luego descubrió que encajaba más con su filosofía. “Me gustaba más y tenía más afinidad”, explica. “Tienes la sensación de que eres uno más y que puedes colaborar, de que al estar en el código libre perteneces a una comunidad. Y esto es más difícil hacerlo con software propietario”, sentencia. “Me sentía más reconocido como desarrollador en la comunidad open source”.
"Las tecnologías Microsoft eran muy restrictivas y el código era muy sucio, difícil de tocar y tenías que tener un equipo técnico muy especializado para poder solucionarlo"
Parrilla asegura que él no tenía problemas en probar los productos Microsoft. “Había algunos que me gustaban, como .Net y no tenía mucho cariño por la compañía”, declara, dado que, en esos años de estudiante, “Microsoft era el diablo. Estabas forzado a estar en su stack y no podías salir. Eso iba en contra de mis propios principios como ingeniero para elegir la mejor solución posible”, explica.
Este desarrollador asegura haber probado la gran mayoría de los productos Microsoft y su veredicto es claro: no eran productos malos, pero tampoco los mejores. “Si tenía que dar una solución como arquitecto no podía comprometer la solución final. Si tenía que elegir una base de datos y elegía SQL Server, para mi estaba limitando el resultado”, asegura,
Nadella, el hombre que lo cambia todo
Viendo este rechazo que nuestros tres interlocutores sentían por Microsoft, ¿qué les ha hecho cambiar de opinión? Quizá la pregunta no sea qué, sino más bien quién…
Porque los tres coinciden en que, desde la llegada de Nadella a la presidencia de la compañía, Microsoft es otra.
En el caso de Diego Parrilla, hay dos momentos que marcan el cambio de su percepción sobre esta empresa. Una es en 2009, cuando fue profesor de sistemas operativos en la Universidad Autónoma de Madrid. “Pensé que Microsoft sería la referencia, pero para los alumnos era transparente, lo ignoraban”. Algo que para este experto supone un problema porque “no entras en las variables de la siguiente generación de informáticos”.
El siguiente momento es, como decimos, cuando Nadella toma relevo a Ballmer, “un personaje infame para la empresa”. Con el cambio, Microsoft se vuelve una compañía abierta y hace cosas que demuestran que lo es, sobre todo para en la plataforma cloud”. En su opinión, esta apertura hace que “todo lo bueno que tenía Microsoft se multiplica por 10”, lo que también repercute en que él se vuelva más proclive a elegir Microsoft.
Santiago Alonso, por su parte, también reconoce que los movimientos de los últimos 3-4 años también hacen que cambie su percepción sobre Microsoft. “Se acercan mucho a la comunidad open source. Hacen proyectos bastante chulos con VS Code. La compra de GitHub me parecía un buen movimiento y se ha demostrado. Se integra con su editor y la gente empieza a estar muy contenta”.
Incluso en materia de navegadores. “Internet Explorer 6 se saltaba las normativas a la torera y era imposible de maquetar. En la última versión del navegador de Microsoft meten el motor de Chromium que se adapta a los estándares”, alaba este desarrollador.
Mientras, Manuel Mas destaca que se ha pasado de Ballmer, que odiaba el código abierto, a Nadella que cambió la manera de trabajar con Microsoft. “Cuando empieza a apostar por la nube también empieza a abrir patentes, desarrollar en código abierto, a colaborar con Linux. Ahí ves que está cambiando la empresa”.
Para este desarrollador, toda esta apertura se traduce en que los programadores “pueden crecer de manera abierta, hacer crecer su software y a mejorarlo”. Eso, junto con todas las mejoras introducidas en Windows 10, en la línea de negocio Azure y en el desarrollo de otras app “ayuda a que se le considere una alternativa”.
VS Code también es mi editor favorito
El cambio es tan grande que ha provocado que estos tres expertos valoren, y mucho, el editor de código de Microsoft VS Code como una de las herramientas más utilizadas. Manuel Mas, de hecho, lo emplea en su trabajo como programador web. “Empecé a usarlo el pasado año porque se puede usar con varios lenguajes y ampliarlo con extensiones que te ayudan en velocidad de desarrollo”, explica. Lo que más valora de VS Code es que es un editor sencillo pero que hace que programar sea bonito.
Quien también ha elegido VS Code como su editor, y desde hace no mucho tiempo (unos 5 meses), es Santiago Alonso. Es más, reconoce que, pese a que otros profesionales le recomendaban que lo probara, él se resistía a concederle esa oportunidad, “Mis prejuicios me lo impedían”, asegura. Pero, tras empezar a probarlo esporádicamente, ha dejado a un lado SublimeText y ya solo programa en VS Code. “Me acaba enganchando la integración de librerías en desarrollo web y con los repositorios de GitHub, que son muy convenientes. En otros editores costaba más depurar código PHP, y en VS Code es muy cómodo y visual”. Son tantas las ventajas que reconoce que “ahora me costaría cambiar de editor”.
El peso del pasado
Pese a todo, ¿sigue habiendo algo que “no perdonan” estos profesionales a Microsoft? ¿Cómo llevan el acabar reconociendo que lo que era su odio de juventud se ha convertido en un aliado con el paso del tiempo?
Santiago Alonso considera que no es fan de ninguna empresa pero que ha pasado de no querer saber nada de Microsoft a escuchar sus propuestas. “Sigo teniendo reticencias a probar otras tecnologías, pero porque son propietarias, no porque sean Microsoft”, confiesa, añadiendo una justificación profesional: “si me alejo de open source me cuesta encontrar compatibilidades y gente experta”.
"Me desespera que a veces en entornos Microsoft no sabes por qué ocurre un error y te aburres de buscar información”
En su opinión, lo mejor de la nueva Microsoft es que “se les ve con proyección de mirar a la comunidad, dejarse de mirar al gran público para centrarse en los desarrolladores” mientras que lo peor es “que sigue siendo Microsoft”, ironiza. “Windows 10 sigue teniendo sus carencias. O soy yo, que no he conseguido acostumbrarme”.
Por su parte, Manuel Mas también alaba la apertura actual. “Que sea de código abierto, que cualquiera pueda colaborar, con extensiones y con el software en sí. Lo hace muy potente porque se adapta a cualquier necesidad del desarrollador”, subraya.
Pero sigue echando de menos que sea más ágil a la hora de solucionar tareas que en otros entornos son más sencillas. Aunque entiende que puede ser algo relacionado con su magnitud en el mercado, le desespera que a veces en entornos Microsoft no sabes por qué ocurre un error “y te aburres de buscar información”.
Por qué llegué a ser evangelista de la marca
Para Parrilla, lo mejor de Microsoft es que no está anclado en el pasado y que “está haciendo un gran esfuerzo para no ser el malo de la película. Los desarrolladores quizá no lo ven así, pero tampoco como una marca querida. Está un punto neutro y lo que tiene que lograr es enamorar a los desarrolladores”. Este profesional cree que la compañía lo puede hacer no siendo, precisamente, ese punto neutro que es ahora. “No ha buscado el compromiso como Google, que ha captado mejor el sentimiento de comunidad, porque lo aman”.
Parrilla ha sido hasta hace poco tiempo el promotor de Azure precisamente entre los desarrolladores. ¿Sorprendió su fichaje, tanto de manera interna como entre sus conocidos profesionales dado su pasado? “A algunos sí”, reconoce. Pero añade que su perfil sí “encaja en la nueva Microsoft” porque también internamente la empresa ha cambiado mucho. “Antes reflejaba esa imagen de testosterona de Ballmer, muy agresivo de manera innecesaria. Ahora se fomenta el aprendizaje, la colaboración, la discusión pero no en entorno agresivo”, asegura.
Este experto, que siempre está en contacto con otros desarrolladores, reconoce también que se topa con mucha gente que, aún reconociendo esta nueva etapa de Microsoft, aseguran que “les han hecho sufrir tanto que les cuesta aceptarlo. Y otros que nunca cambiarán y seguirán odiando Microsoft. Pero también algunos antiguos haters de Microsoft quieren trabajar ahora allí”.
En su opinión, hay dos cosas claras en esta nueva etapa. Una es que “el código abierto ha ganado. El que no esté apoyando el código abierto y colaborativo está muerto desde el punto de vista de negocio”. Y la segunda es que “no se puede ser un talibán de ninguno de los dos bandos (abierto y cerrado). Entre otras cosa porque eso ya no existe”.
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La noticia Por qué hace años renegaba de Microsoft y sus servicios y ahora se han convertido en imprescindibles fue publicada originalmente en Xataka por Arantxa Herranz .
Fuente: Xataka
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