La gran obra de ingeniería humana no son puentes, presas o túneles: está dentro de nuestro cuerpo y por fin empezamos a entenderla
Hay muchas cosas que no sabemos. A veces es porque son cosas lejanas, perdidas en los confines del universo o en el fondo de las fosas más profundas; otras veces porque son detalles minúsculos que viven en mundos cuánticos donde las leyes que conocemos se deshacen en un mar de paradojas. Luego están esas preguntas que tenemos al alcance de la mano, pero que permanecen ocultas porque nos falta tecnología para estudiarlas correctamente. La pregunta de " ¿Cómo se organiza un pequeño grupo de células para convertirse en un pulmón, en un cerebro o un hígado? " es una de esas preguntas. Aunque se trata de un período crítico del desarrollo, no teníamos ningún sensor lo suficientemente pequeño, flexible y preciso como para analizar esa pequeña obra de ingeniería sin causar daños en las células que lo protagonizan. Al menos, según se publica en NanoLetters , no los teníamos hasta ahora. Organoides ciborgs Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard (SEAS) ha desarr