Sólo con Hideo Kojima se menciona al autor detrás de un gran videojuego: por qué es lo más parecido a un director de cine del sector
La madurez como jugador (esto es, hacerse viejo hasta el punto de que uno recibe los modos extra-fáciles de los videojuegos como un bálsamo) también lleva a replantear ideas preconcebidas algo ridículas y que siempre habían condicionado (y limitado) las formas de ver los videojuegos. En mi caso particular, uno de los prejuicios que más he tenido que reajustar según han pasado los años es el de que Hideo Kojima no es más que un director de películas interactivas. Es injusto y es incierto, pero solo el tiempo y dos cuestiones me han dado la perspectiva para rejuzgarlo en su justa medida. La primera es que los videojuegos han acabado convirtiéndose en una herramienta narrativa de una sofisticación insospechada en los tiempos de la primera Playstation , cuando todavía tenía sentido buscar alicientes estrictamente jugables en los catálogos. Antes (y ahora, pero de una manera menos reduccionista) se podían juzgar los títulos exclusivamente por "cómo se juega", ahora no tiene se