'Los testamentos': una impresionante secuela de 'El cuento de la Criada' que está repleta de ideas para el futuro de la serie
Hay un viejo chiste machista que cuenta que alguien va a una biblioteca (o librería, dependiendo de quién lo cuente) preguntando por un libro sobre los derechos de la mujer. El dependiente le responde que vaya a la sección de ciencia ficción. Un mal chiste que, en el fondo, no deja de tener cierta razón actualmente ya que la ciencia ficción es un género usado muy a menudo para explorar los derechos (y la lucha por ellos) de todo grupo apartado de la sociedad.
Un ejemplo claro lo tenemos en 'El cuento de la criada', novela distópica de Margaret Atwood cuya adaptación televisiva lleva tres temporadas emitidas por Hulu (en España se puede ver en HBO), con una cuarta en camino (de estreno probable en otoño). Una historia de la atroz Gilead contada a través de una "criada" que ha visto recientemente una secuela: 'Los testamentos', publicada el pasado mes de septiembre.
Para los que no conozcáis la historia, 'El cuento de la criada' es la transcripción del testimonio oral de Defred (Offred en el original). Un brutal atentado desencadena una serie de acontecimientos que derrocan al gobierno de EEUU por parte de un grupo fundamentalista pseudocristiano. Los derechos de las mujeres son abolidos y, ante la crisis de fertilidad, las criadas son mujeres fértiles destinadas a proporcionar descendencia a los matrimonios de los Comandantes.
Testamentos del auge y caída de Gilead
Gilead puede pasar por ser una de las distopías más factibles a día de hoy. Es por eso, y por el realismo e intimidad del relato de su protagonista, por lo que 'El cuento de la criada' funciona tan bien. Es un futuro cercano, con un tema tan increíblemente discutido, debatido y desdeñado como los derechos de la mujer en el centro.
Además, tanto serie como novela siguen el mismo axioma: no se permite que aparezca nada que no tenga un precedente en la Historia de la humanidad. Esto le da un toque de Historia cíclica que resuena a lo largo de sus capítulos (de ambas ficciones). Y eso incluye el auge y la caída de las tiranías. Así lo expresa Margaret Atwood en los agradecimientos de 'Los testamentos':
"Una cuestión acerca de 'El cuento de la criada' que surgía reiteradamente era: ¿Cómo cayó Gilead? 'Los testamentos' se escribió en respuesta a esa pregunta. Los totalitarismos pueden desmoronarse desde dentro, cuando fracasan en el cumplimiento de las promesas que lo llevaron al poder; o pueden atacarse desde fuera; o ambas cosas. No hay fórmulas certeras, dado que muy poco en la historia es inevitable."
Los testamentos (Narrativa)
'Los testamentos' regresa a Gilead unos quince años después del final de 'El cuento de la criada'. En el primer libro, Gilead es aún joven, con unos pocos años de recorrido pero suficientes como para que el pasado suene ya lejano. En el segundo ya se ven signos de desgaste, de dudas sobre el devenir de la nación.
En esta ocasión, Atwood también usa testimonios. No de una, sino de tres mujeres. Y ninguna es June, que pasa a estar entre bastidores mientras leemos la historia interconectada de Tía Lydia y dos jóvenes chicas, una gileadiana y otra canadiense a las que en breve (re)conoceremos como Agnes y Daisy, quienes sin saberlo, serán instrumentos en un plan para hacer caer a Gilead.
Vitalizando una distopía que se había quedado insuficiente
Uno de los problemas que, a mi juicio, tiene 'El cuento de la criada' como serie es que, según van avanzando las temporadas más insuficiente se nota la contrucción del mundo. No es que Margaret Atwood no sepa del difícil arte del worldbuilding, es que la historia original no necesitaba una elaborada biblia sobre Gilead.
Sin embargo, a pesar de que la serie intentó alejar el zoom de June/Offred hacia otras criadas (como Emily, interpretada por Alison Bechdel), la sensación de pequeñez e intimidad causaba que en ningún momento supiéramos qué es Gilead y los mecanismos que la mueven. En vez de una porción considerable de EEUU, esta nación bien podría ser una ciudad mediana... o un suburbio cualquiera.
Esto es suficiente para la (pequeña) historia de June y las criadas amigas al principio, pero luego ya no. Sobre todo porque cuando Bruce Miller (su guionista principal) juega continuamente, sobre todo en la tercera temporada, con la idea de revolución, de ferrocarril subterráneo y el fin de la distopía, esta visión de túnel original y lo que conlleva pasa factura.
Y aquí es donde viene el mayor interés de 'Los testamentos', por lo menos en lo que a la serie se refiere. Sin dejar la tradición de no despegarse del punto de vista de sus protagonistas y, por tanto, tener una narración parcial de las cosas, Margaret Atwood expande y dota de más caras a su propio universo para hacernos saber más de los mecanismos que rigen Gilead, los orígenes de sus protagonistas, y los mecanismos de Mayday.
Elementos de los que ya habíamos visto retales. Al igual que Bruce Miller continúa el libro con la serie, Margaret Atwood asume parte de lo ya mostrado las segunda y tercera temporadas del drama (por ejemplo, el caso de Pequeña Nicole) para presentarnos qué ha pasado un decenio y medio más tarde. Una ampliación que da un soplo de aire fresco y nos hace reconsiderar aspectos de la saga.
Una espléndida fuente para la serie de Bruce Miller
Claro, la pregunta es, ¿aprovechará Bruce Miller el material que le lega Margaret Atwood? La respuesta es que sí. Lo que no está claro es cómo. En los días inmediatamente previos a la publicación de la novela MGM, la productora de 'El cuento de la criada', anunció que estaban estudiando cómo llevar 'Los testamentos' a la pantalla.
El si será una serie aparte o se adaptará en futuros episodios de la ficción ya establecida sigue siendo una incógnita. Es más, Miller prefiere mantener el misterio con sus declaraciones realizadas en la presente gira del TCA:
"Si hiciéramos otra serie, como 'Los Testamentos', que tuviera lugar en Gilead, el tono, las sensaciones y su aspecto seguiría siendo el mismo. Todavía quiero contar la historia sobre la misma Gilead."
Teniendo en cuenta que la acción se desarrolla bastantes años después, no creo que 'Los testamentos' pueda llevarse tal cual está en una futura temporada de la veterana serie. Excepto que empecemos a encontrarnos con saltos temporales importantes. Veamos, a continuación, qué pasa en la nueva novela y qué podrían aprovechar los guionistas de la serie.
Por supuesto, a partir de aquí nos movemos por terrenos de spoilers. Intentaré dejarlos al mínimo, pero hay cosas fundamentales para la historia que no podemos eludir.
El plan de Tía Lydia...
Como he dicho algo más arriba, nos encontramos con tres testimonios y el primero de los cuales es el de la mismísima Tía Lydia, personaje que en la serie interpreta Ann Dowd. Desde su biblioteca privada en Casa Ardua, este importante personaje empìeza a relatar su historia y su origen.
Aquí nos encontramos cambios respecto a la serie: en vez de ser una profesora de primaria, es una jueza de familia a la que es dada la oportunidad de "redimir sus pecados" construyendo y supervisando para el Comandante Judd el orden femenino de Gilead, convirtiéndose en una de las cuatro Tías fundadoras.
A lo largo del libro vemos cómo no es tan fervorosa y temerosa de Dios como se nos ha hecho creer, sino que nos encontramos con una sibilina y manipuladora mujer dispuesta a tener el control sobre todo. Se ha beneficiado de un sistema y ha trepado a lo alto por instinto de supervivencia... y tiene un plan que dinamitará Gilead. No es un personaje distino al que conocemos, simplemente vemos un lado que no sabíamos de ella.
Esta exploración de la Tía Lydia, así como el ciclo de formación de las mujeres de Gilead desde la Escuela hasta su preparación bien al matrimonio o bien al servicio de las demás como futuras tías, están pidiendo a gritos incorporarse a la ficción televisiva.
...y sus Perlas
Entre esas ideas están las Perlas, una suerte de paso previo a convertirse en Tía que consiste en una misión captadora. Las chicas jóvenes salen al extranjero de dos en dos, pregonando las glorias de Gilead, repartiendo panfletos, "rescatando" chicas perdidas y, de paso, servir de espías al país.
Aquí es donde entra el testimonio de Agnes/Hannah, que comienza como una crónica de cómo es ser niña, y desarrollarse en mujer, en Gilead. La hija mayor de June (que, en la parte central de la historia está cerca de los veinte años) relata sus recuerdos de pequeña, su familia, sus amigas de la Escuela Vidala y ese momento en el que se empieza a preparar para ser la buena esposa de un comandante hasta el momento en el que decide entrar en Casa Ardua.
También en la trama de las Perlas nos encontramos con el último testimonio, el de la joven canadiense Daisy. El día que cumple dieciséis años su mundo se pone patas arriba. Un atentado acaba con sus seres queridos y descubre que toda su vida ha girado en torno a una mentira.
Ambas historias suman bastante a la de Tía Lydia, ofreciendo un panorama que, si bien sigue siendo limitado porque no son narradoras omniscientes, es bastante rico en matices y en puntos de vista (por ejemplo, es curioso ver la distopía con ojos adolescentes a un lado y otro de la frontera).
Claro, las características de estas últimas tramas hacen que sea muy difícil que las podamos ver en un futuro próximo dentro de lo que es la serie de televisión. Pero no estaría mal que, ya que el marketing de cada temporada promete la gran revolución, la resistencia y el fin de Gilead, Bruce Miller vaya en esta dirección. Y si tiene que saltar varios años en el tiempo, que así sea.
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Fuente: Xataka
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