'La bruma': Llega a Amazon Prime Video un trepidante thriller apocalíptico ambientado en París y con una misteriosa niebla como protagonista
La niebla siempre ha sido motivo recurrente en las historias de terror y suspense: de la misteriosa opacidad que impide que pase la luz del sol en los relatos góticos en torno al castillo del monstruo a la infatigable compañera en las andanzas de asesinos londinenses históricos. Pasando, cómo no, por películas como 'La niebla' de John Carpenter de 1980 o la de Frank Darabont de 2007 basada en un relato de Stephen King. En ambos casos, la bruma es el lugar donde se refugian los monstruos, una metáfora del misterio mismo.
En ambos casos, la niebla conduce a un protagonista colectivo a encerrarse bajo siete llaves en un lugar seguro, soportando el asedio de lo que sea que traiga la niebla consigo, conformando un microcosmos de la sociedad, donde afloran las tensiones y los conflictos. Ese recurso habitual no es el de 'La bruma', una simpatiquísima aventura neblinosa ambientada en un París de un futuro muy cercano, donde hay solo dos protagonistas: Mathieu (Romain Duris -'De latir mi corazón se ha parado'-) y Anna (Olga Kurylenko -'Quantum of Solace'-), un matrimonio (o quizás ex-matrimonio) que deben proteger a su hija.
Esta vive aislada en una cápsula dado que padece la enfermedad de Steinberger o Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa. Cuando una nube tóxica generada por un terremoto que agrieta el suelo de París obliga a Mathieu y Anna a refugiarse en los pisos más altos de su edificio junto a unos vecinos, tendrán que ingeniárselas para recuperar a su hija, que permanece dentro de su cámara. Una sencilla premisa que sirve de excusa para plantear múltiples obstáculos: cómo respirar en la niebla, cómo sacar a la chica de su burbuja, cómo sobrevivir a este París sumido en la oscuridad.
Este esquemático punto de partida se mantiene durante toda esta película que acaba de llegar a Amazon Prime Video y Filmin, lo que le da cierto toque de aventura familiar y desprejuiciada, sin demasiada complejidad emocional y cercana a un videojuego más preocupado por la acción que por el argumento: tu siguiente misión es conseguir un respirador; la siguiente, encontrar a un amigo de la joven; la siguiente, huir de un perro feroz. La estructura lineal y sin sorpresas es reconfortante y muy efectiva, porque el director Daniel Robin se puede centrar en la acción y el suspense.
Y ésta está espléndidamente ejecutada. Sin aspavientos ni excesos visuales, muy pegada a la visión de los personajes (en ningún momento sabremos más que ellos sobre los peligros que les acechan), en ocasiones sale a relucir esa pasión de los franceses por la acción pura, casi oriental, heredada de las producciones de Luc Besson. Son especialmente destacables las secuencias de persecución con el perro, rebosantes de travellings frenéticos e imposibles entre cadáveres, coches volcados y la espesa bruma amarillenta.
Un divertimento post-apocalíptico
Claramente, 'La bruma' no pretende más que brindar al espectador una buena dosis de apocalipsis sin complicaciones más allá de dos palmos de la nariz de los personajes. Pero en ocasiones florece cierta poesía visual que pone a la película por encima del típico despiporre descerebrado de bajo presupuesto. Por ejemplo, el hecho de que la niebla no suba más allá de cierto punto hace que las calles de París parezcan estar inundadas. El silencio sepulcral y los disturbios a lo lejos, en Montmartre, dan un escalofriante tono irreal a la visión de la habitualmente bulliciosa ciudad.
El guión de Guillaume Lemans (que ya escribió una similar pero superior historia de zombis parisinos, 'La noche devora el mundo') sabe exprimir el componente misterioso de la niebla, y sin perder el elemento de acción para todos los públicos, saca partido de la terrible situación con sus buenas dosis de siluetas misteriosas y ambientes de inquietante abstracción. Su renuncia a presentar stuaciones de extrema violencia y personajes radicalmente oscuros extirpa muchas de las convenciones de uno de los subgéneros más pesimistas de la ciencia-ficción, pero también le da una bienvenida originalidad.
Entre los problemas de 'La bruma' está el no querer dar muchas explicaciones, lo que dota de un bienvenido enigma a la niebla (aunque las pistas apuntan a una posible catástrofe climática). Pero a la vez, algunos aspectos que hubieran merecido más matices (la relación entre los personajes, algún detalle adicional sobre ese sugerido mundo futuro, la divertida pero algo arbitraria conclusión...) se quedan a medias. No es un problema grave, porque aquí hemos venido a las persecuciones y a la escandalera, pero unos detalles extra en el guión le habrían inyectado una bienvenida profundidad extra.
'La bruma' no pretende revolucionar las ficiones post-apocalípticas, pero a la vez propone unas cuantas ideas que la ubican muy por encima de la media. Su ritmo trepidante, su refrescante optimismo y lo poco habitual de sus personajes secundarios muestran el lado positivo del fin del mundo. Que la niebla no te haga dejar pasar esta hora y media de diversión post-apocalíptica pura.
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La noticia 'La bruma': Llega a Amazon Prime Video un trepidante thriller apocalíptico ambientado en París y con una misteriosa niebla como protagonista fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .
Fuente: Xataka
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