Xiaomi Mi 11, análisis: no hace falta llegar a los 1.000 euros para ser un digno competidor en gama alta
Xiaomi quiso adelantarse a todos y ser la marca que lanzase el primer móvil con el Snapdragon 888 de Qualcomm, uno de los procesadores que veremos con más frecuencia en la gama alta de 2021 de Android. En el análisis del Xiaomi Mi 11 hemos probado a fondo a dicho protagonista, viendo qué tal rinde este nuevo procesador y, sobre todo, que ofrece Xiaomi en su (de momento) primera propuesta para ganar en la línea de los buques insignia.
Viendo su nomenclatura no parece tanto el sucesor del Xiaomi Mi 10 Pro, sino del Xiaomi Mi 10. De hecho, aunque veamos en la tabla de a continuación muchas de las especificaciones que esperaríamos de un móvil de primera línea en Android durante este año, también vemos hueco para que haya quizás una versión superior. Pero por ahora veamos qué ofrece este interesante móvil.
Ficha técnica del Xiaomi Mi 11
Xiaomi Mi 11 |
|
---|---|
Pantalla |
6,81” AMOLED |
Procesador |
Qualcomm Snapdragon 888 |
RAM |
8 GB |
Almacenamiento |
128 / 256 GB |
Cámara trasera |
108 MP f/1.85, 7P, OIS |
Cámara frontal |
20 MP f/2.2 |
Batería |
4.600 mAh |
Sistema operativo |
Android 11 + MIUI 12 |
Conectividad |
5G |
Dimensiones y peso |
164,3 x 74,6 x 8,06 mm |
Otros |
Altavoces estéreo |
Precio |
Desde 749 euros |
Diseño: el rey de las curvas
Diferenciarse en apariencia es complicado si se quieren seguir las tendencias, de ahí probablemente que lo que veamos sean cambios relativamente pequeños, pero llamativos. El Mi 11 cumple con la textura mate (que aunque no sea glossy -cristal tradicional- tiene mucho juego con la luz), el agujero en pantalla y la curvatura de bordes y esquinas, aunque llevado algo más allá que lo que habíamos visto antes en la marca.
La curvatura se produce en todos los lados de la pantalla, incluyendo el superior e inferior (donde suele ser plana). En estos lados es menor y muy sutil, notándose si nos fijamos y sin que llega a molestar o a crear ningún efecto óptico en la visualización (en el apartado de pantalla hablaremos de los lados derecho e izquierdo).
Mayor cascada tienen los lados, que desembocan en un fino borde metálico que queda como un sándwich entre ésta y la mayor curvatura de la trasera. Un borde que se “come” las esquinas de la pantalla, como no vimos en el Mi 10 Pro o el Xiaomi Mi 10T Pro pero sí en los Huawei P40 Pro (de hecho, nos recuerda mucho más a éste que a sus antecesores en la trasera, salvo por el módulo).
Normalmente, la ventaja del acabado que vemos en esta trasera es que resiste mejor a las huellas, pero no nos ha parecido que sea el caso del Mi 11. Aunque no es la invasión constante que vemos en una trasera con acabado en brillo, se ensucia más de lo que esperábamos, aunque cierto es que se limpia muy fácilmente y que las huellas o la grasilla natural que queda se disimula mucho.
La principal pega de estos acabados mate es que pueden resbalar, pero aunque es más deslizante que un acabado en brillo como el del Mi 10T Pro tampoco se escapa con facilidad. Eso sí, ayuda sobre todo el borde metálico, con mayor adherencia.
El agarre al final es cómodo y nos parece adecuado por varios factores: no es un móvil muy ancho, tiene una curvatura adecuada de la trasera y tampoco pesa en exceso para el tamaño que tiene. Sin ser un móvil pequeño, con 6,81 pulgadas de diagonal de pantalla se encuentra entre los más compactos de esta selección, siendo el tercero menos voluminoso tras el LG Velvet y el iPhone Pro 12 Max.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Xiaomi Mi 11 | 164,3 | 74,6 | 8,06 | 196 | 6,81 | 4.600 | 122,57 | 98,79 |
Samsung Galaxy S21 Ultra | 165,1 | 75,6 | 8,9 | 228 | 6,8 | 5.000 | 124,82 | 111,09 |
Xiaomi Mi 10T Pro | 165,1 | 76,4 | 9,33 | 218 | 6,67 | 5.000 | 126,13 | 117,69 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Huawei P40 Pro | 158,2 | 72,6 | 8,95 | 209 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 102,79 |
LG Velvet 5G | 167,08 | 74 | 7,85 | 180 | 6,8 | 4.300 | 123,58 | 97,0103 |
Motorola Edge | 161,4 | 71,1 | 9,29 | 188 | 6,7 | 4.500 | 114,75 | 106,60 |
Black Shark 3 Pro | 177,79 | 83,29 | 10,1 | 253 | 7,1 | 5.000 | 148,11 | 149,59 |
Nubia Red Magic 5G | 168,6 | 78 | 9,8 | 218 | 6,65 | 4.500 | 131,51 | 128,88 |
OnePlus 8 Pro | 165,3 | 74,35 | 8,5 | 199 | 6,78 | 4.510 | 122,9 | 104,47 |
iPhone 12 Pro Max | 160,8 | 78,1 | 7,39 | 228 | 6,7 | 3.687 | 125,59 | 92,81 |
Hemos dejado el Mi 10T Pro para comprobar que el Mi 11 es más fino, más ligero y más compacto que este predecesor, aunque eso sí, la batería también será probablemente más pequeña al tener menor capacidad. No obstante, la pantalla del Mi 11 es algo mayor que la del Mi 10T Pro, y pese a ser muy parecida a la del Samsung Galaxy S21 Ultra sus dimensiones son bastante distintas.
Hablando de otros elementos del diseño, los botones están todos a un lado dejando el resto despejados. El lector de huellas está bajo la pantalla y vemos hendiduras para los altavoces (en los bordes superior e inferior), con un USB tipo C no alineado en el centro (como la bandeja para la nanoSIM y el altavoz) y sin minijack de 3,5 milímetros.
El módulo de cámaras es la nota discordante, al ser cuadrado con esquinas redondeadas (algo que vimos en los iPhone 11 y 12 pero de manera totalmente distinta) y con dos isletas, una sobre otra, como una especie de ying yang de cristal en negro y azul. Pese a no sobresalir en exceso en comparación a otros módulos, es suficiente como para que sin funda se pueda balancear si lo utilizamos apoyado en la mesa.
En general, nos parece un móvil bien construido, con materiales resistentes y sin apreciar partes en las que se acumule más fácilmente el polvo o que molesten al agarre. Es un móvil cómodo, relativamente delgado (casi es más la sensación por tener unos bordes bastante finos) y bonito, al menos a nosotros el tono azul claro nos ha gustado.
Pantalla: el que debería ser el punto de partida para cualquier gama alta
Bien, Xiaomi, bien. El salto a alta resolución es algo que hace justicia a cualquier terminal que se considere de gama alta y que busque dar (casi) lo mejor en cada aspecto a sus usuarios. Sobre todo sin dicotomías.
El Xiaomi Mi 11 integra una pantalla AMOLED de 6,81 pulgadas con resolución WQHD+ (3.200 x 1.440 píxeles) que llega a un máximo de 120 hercios en su tasa de refresco. Éstos son “adaptativos”, es decir, que en realidad el valor varía según estima el sistema entre 30, 60, 90 y 120 Hz, como vimos ya en Samsung. Además, la pantalla es más bien alargada, con un aspecto ratio de 20:9.
Hablando de la resolución, el salto cualitativo se corresponde con el cuantitativo: más píxeles por pulgada son más definición y aquí hablamos de 515 ppp (son más de 120 con respecto a las 396 ppp del Mi 10 Pro). Es algo que no todo el mundo prioriza o aprecia, pero que supone una mejora en la experiencia, sobre todo si venimos de un terminal con menor densidad de píxeles.
Esto se combina con un muy buen contraste (ratio 5.000.000:1) y con un brillo máximo de 1.500 nits (pico). Eso sí, el ajuste automático no funciona demasiado bien, dado que solemos corregirlo tanto en situaciones de oscuridad como cuando hay luz abundante.
La pantalla viene bastante bien calibrada de fábrica hablando de la temperatura y el color. Aunque lo mejor en este sentido es que los ajustes de pantalla permiten personalizar esto en un grado muy detallado, pudiendo elegir espacio de color, matiz y saturación entre otros aspectos.
La tasa de refresco hasta 120 Hz también se nota. No sabremos cuándo el sistema cambia a un valor u otro, pero ya sólo navegando por el sistema apreciamos mucho el cambio de 60 a los 120 Hz adaptativos: las transiciones, las aperturas, el lanzamiento de la multitarea… Todo es mucho más fluido si activamos hasta 120 Hz. Después hablaremos de lo que afecta a la autonomía, eso sí.
La experiencia es buena tanto en interacción como en visualización, se trate de un espacio bien iluminado o condiciones de baja luz. Por defecto viene activada la protección anti-toques accidentales, que aunque tiene dos grados el ajuste automático funciona muy bien (especialmente al hacer fotos o jugar, que es cuando más los hemos sufrido cuando los hay por las curvas).
Hablando de las curvas, nos vamos a repetir una vez más: pueden dar un toque de diseño atractivo, una consonancia del estilo, un reclamo estético. Pero no añade nada a la experiencia, de hecho lo único que aporta es que veamos las sombras y efectos visuales que ocasiona la curvatura del cristal, normalmente sin afectar al contenido al estar en los bordes, pero nos parece algo innecesario, que da más trabajo a nivel de software y que trae más quebraderos de cabeza que beneficios.
En cuanto al aprovechamiento de la interfaz del panel, según GSM Arena la pantalla del Mi 11 aprovecha un 91,4% del frontal. Quizás este sea otro motivo para la curvatura porque es una cifra considerable, teniendo una experiencia muy parecida a móviles como el S21 Ultra al tener una cámara frontal de diámetro bastante reducido.
No obstante, el aprovechamiento real es algo menor al que vemos en los smartphones de Samsung porque el agujero está más hacia abajo. La barra de tareas ocupa unos 6,5 milímetros, dos milímetros más que en el caso de los Galaxy, pero en todo caso la superficie aprovechable es más que suficiente y el agujero (sin “esconderlo”) no resulta invasivo ni molesta en la interacción.
Rendimiento: un nuevo procesador que podría brillar algo más
Estrictamente, el Xiaomi Mi 11 no empezaba febrero, sino que acababa diciembre de 2020 apareciendo en una presentación local (en China) entrando por la puerta grande como el primer móvil que iba a llevar el Snapdragon 888, presentado poco antes y siendo el por ahora procesador más potente de Qualcomm. Con esto el Mi 11 está preparado para lo último en conectividad móvil y que su motor ejecute muchas, muchas operaciones por segundo.
Más allá de esto, la configuración de las memorias no sobresale, pero tampoco queda especialmente corta. El modelo de partida va con 128 GB, que es el que hemos probado, con 8 GB de RAM en todo caso.
¿Es todo esto suficiente para que todo se ejecute sin problemas ni lag aparente? Lo es. Cualquier tipo de app se abre y se ejecuta bien, tanto las más sencillas como los juegos que exigen más trabajo de la gráfica (renderizados, etc.).
Como anticipamos en las primeras impresiones, el móvil no se recalienta demasiado. Como suele ocurrir notaremos que la trasera incrementa la temperatura tras un rato de juego, especialmente los que tienen mucha carga gráfica como ‘PUBG’, pero no vemos temperaturas preocupantes ni es una sensación mayor a la esperada o la habitual.
Quizás los benchmarks tengan algo más de interés esta vez por la novedad del chip, si bien como solemos recordar no son pruebas que determinen la experiencia y puede haber inconsistencias puntuales. En todo caso, lo que hemos podido ver hasta ahora es que el Snapdragon 888 supera al Exynos 2100 en Geekbench 5.0 y el Sling Shot de 3D Mark, aunque queda por debajo en PC Mark Work, así como también por debajo del Apple A14 en Geekbench. .
Xiaomi Mi 11 | Samsung Galaxy S21 Ultra | Xiaomi Mi 10T Pro | Samsung Galaxy Note 20 Ultra |
OnePlus 8 Pro |
Huawei P40 Pro |
ASUS ROG Phone 3 |
iPhone 12 Pro |
|
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Snapdragon 888 |
Exynos 2100 |
Snapdragon 865 |
Exynos 990 |
Snapdragon 865 |
Kirin 990 |
Snapdragon 856+ |
Apple A14 Bionic |
RAM |
8 GB |
12 GB |
6 GB |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
8 GB |
6 GB |
GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI) |
1.127 / 3.754 |
991 / 3.272 |
909 / 3.335 |
872 / 2.463 |
885 / 3.136 |
943 / 2.527 |
900 / 3.296 |
1.614 / 4.148 |
3D MARK (SLING SHOT) |
(Maxed out) |
9.226 |
8.362 |
6.311 |
9.448 |
8.726 |
8.747 |
- |
PCMARK WORK |
13.030 |
14.043 |
10.779 |
10.012 |
13.414 |
9.476 |
12.656 |
- |
Software: MIUI es un buffet interminable de opciones
Junto con el Mi 11, Xiaomi presentó MIUI 12.5, la última versión de su capa de personalización que llegará a una selección de sus móviles a finales del segundo trimestre de 2021. Curiosamente, en esa lista no está el Mi 11, aunque más curioso fue encenderlo y ver que lleva MIUI 12.0.2 sobre Android 11. De ahí que la experiencia que hemos tenido ha sido muy parecida a las últimas con dicha capa, como podréis observar a continuación.
En el pre-load actual de MIUI no hay nada muy distinto al de otras capas, pudiendo ya personalizar algunos aspectos e iniciar sesión/crearnos cuenta Mi si nos interesa. No hay preselección de instalación de apps como vemos en One UI y quizás es lo que más echamos en falta en un principio. Al menos hasta que llegue la posibilidad de desinstalarlas (en MIUI 12.5).
Lo decimos porque, como en anteriores ocasiones, encontramos bastantes apps propias y de terceros que pueden no interesarnos, como “Servicios y comentarios” o el navegador Mi. Las de terceros y las de Google las podemos desinstalar si no nos sirven.
Según lo que elijamos en el pre-load, las apps se nos repartirán en el escritorio y el cajón de apps o únicamente en un espacio. Si elegimos cajón, por defecto vendrá establecido por categorías que podemos desactivar, como ya habíamos visto anteriormente.
Los ajustes generales se mantienen también respecto a lo previo en cuanto a secciones y aspecto. MIUI tiene un orden y unas secciones algo distintas, como “Funciones especiales” o “Ajustes adicionales”, de ahí que merezca la pena darse un paseo explorador al iniciar el móvil por primera vez (éste o cualquier otro Xiaomi).
Una de las características de la capa de software de Xiaomi es la personalización. Xiaomi lleva más allá los avisos, con configuración de notificaciones, del propio centro de notificaciones y de la iluminación. Podemos “ocultar” la cámara tiñendo de negro la barra, personalizar bastante la pantalla ambiente y cambiar los botones por gestos de navegación entre otras posibilidades, esto último aún algo “escondido” (hay que ir a Ajustes adicionales>Reproducir a pantalla completa).
Se mantienen secciones como la de Game Turbo, el control parental o el bienestar digital. En este caso vemos añadidos diseñados para este móvil en concreto como el sistema para evitar toques accidentales. Evidentemente, también todos los que hemos visto para la pantalla y los que veremos para el sonido, con opciones ligadas a los componentes.
Al final MIUI es una capa muy completa que normalmente da buena experiencia. En los Xiaomi Redmi Note 9 no nos dio una buena experiencia al experimentar cierto lag, pero con un hardware más potente y las opciones que dispone es un software completo (a falta de optimizar lo necesario para que los componentes no sean un condicionante).
Biometría
La experiencia con los sistemas biométricos del Xiaomi Mi 11 es prácticamente igual que en sus predecesores más directos, y esto no es necesariamente negativo. El reconocimiento facial trabaja muy bien, tanto que será efectivo incluso sin tenerlo de frente estrictamente, activándose cuando la mano está de camino a estarlo, de hecho.
Eso sí: es un reconocimiento sencillo y no funcionará en la oscuridad. Necesitará al menos una luz tenue para poder reconocer el rostro.
La lectura de huellas se realiza mediante un lector óptico bajo la pantalla, el cual es fácil de encontrar y no es demasiado exigente en cuanto a la superficie de huella que demanda. Normalmente trabaja bien incluso con la huella algo humedecida, pero siempre será algo más rápido su elegimos una animación menos compleja.
Fotografía: apostando a caballo conformista
El Xiaomi Mi 11 no parece un candidato a mejor móvil fotográfico del año viendo la combinación de cámaras por las que se ha apostado, pero tiene algunos puntos potencialmente interesantes sobre el papel. Como es habitual, los repasaremos antes de adentrarnos en la experiencia:
- Cámara principal: sensor de 108 megapíxeles Samsung HMX (1/1,33 pulgadas, píxeles de 0,8μm) con lente de siete elementos con apertura f/1.85. Estabilización óptica de imagen y autofocus.
- Gran angular: sensor de 13 megapíxeles con lente con apertura f/2.4 y 123 grados de campo de visión.
- Telemacro: sensor de 5 megapíxeles con lente con apertura f/2.4. Autofocus (3 a 10 centímetros).
- Cámara frontal: sensor de 20 megapíxeles (píxeles de 0,8μm) con lente con apertura f/2.2.
Además, puede grabar vídeo hasta 8K a 30 frames por segundo con su cámara trasera, teniendo como una de sus principales incorporaciones (según ellos) ocho filtros cinematográficos. Sobre el papel no está nada mal, en comparación con otros nos parece una apuesta poco competitiva.
El tamaño del sensor es uno de los mayores que vemos actualmente, lo cual normalmente favorece el resultado de las fotografías. Además, la elevada resolución y sobre todo tener estabilización óptica de imagen suelen ser también buenas contribuciones, si bien la apertura de la lente principal tampoco es de las mayores.
Xiaomi parece conformarse, al menos con este móvil, con tener uno o dos puntos competitivos y quizás procurar que sea una cámara todo terreno y sobre todo que dé posibilidades para quien busque filtros y efectos. Del telemacro hablaremos luego, pero cabe recalcar que lo de “tele” lo ha añadido la marca como parte de la nomenclatura: no proporciona zoom óptico tal y como vemos en los teleobjetivos 2x, 5x o 10x habitualmente. Se trata de un macro que en la práctica sería más bien como una lupa, no como un telescopio o unos prismáticos, por así decirlo.
App de cámara
La app de Xiaomi sigue manteniendo la interfaz que hemos visto hasta ahora, viendo en cada caso adaptaciones a las lentes de cada móvil. En este caso encontramos el modo macro y el de 108 megapíxeles además de los habituales, pero sigue estando cada uno en un cajón.
Al gran angular se accede como en cualquier móvil pulsando el control táctil de zoom y yendo al 0,6x, una lente (en el vídeo, tendremos que seleccionarla antes de iniciar la grabación si nos interesa la toma con esta lente). Los accesos directos se mantienen en su gran mayoría, manteniendo la prioridad al HDR, los filtros, Google Lens y a la “AI” (inteligencia artificial). Lo primero perfecto, lo segundo de cuestionable utilidad.
En vídeo también tendremos opción de activar o no el HDR, así como los modos de estabilización (hay dos grados). En el menú de hamburguesa veremos opciones según el modo, como el temporizador, la proporción, los ajustes o el nivel en fotografía y las calidades y otros modos en vídeo.
Algo que nos gusta de la app de Xiaomi es que es bastante versátil y da muchas opciones: el modo Pro tiene la posibilidad de activar el pico de enfoque, el guardado en RAW o la verificación de la exposición entre otras opciones, podemos editar qué modos queremos en la pestaña Más y qué otros más directos y el menú de ajustes es muy completo. Teniendo en cuenta la personalización de la interfaz (incluyendo colores y sonidos), son muchas opciones para el usuario y eso siempre es positivo (sobre todo bien ordenado y deductivo).
Además, esta vez no notamos mucho lag cuando se activan y desactivan las funciones de HDR y AI. El disparo a 108 megapíxeles también ocurre con normalidad y en general nos parece una app funcional, correcta y estable.
Cámaras traseras
Xiaomi se cubre las espaldas salvando las situaciones más habituales y menos exigentes, hablando especialmente de una foto en abierto de día y sin contraluces. Las claves: el HDR y los 108 megapíxeles podrán mejorar algo más el resultado del automático en muchas ocasiones.
Nos encontramos colores realistas, pese a quedar un balance de blancos algo frío en alguna ocasión (es muy poco y totalmente editable, sin más problema). El rango dinámico no es muy amplio, de ahí que el HDR automático sea una buena opción, sobre todo en contraluces y si hay mucho contorno (como en un follaje).
Con el HDR normalmente recuperaremos algo más de información de iluminaciones y sombras y podemos ver que este disparo múltiple hace un mejor trabajo en cielos de fondo y áreas ensombrecidas. Y sobre el botón AI, con HDR o no, no podemos decir otra cosa distinta a lo tradicional: no aporta nada, ocupa sitio en la interfaz y el resultado es muy similar al automático.
Los 108 megapíxeles sacan fotos con mayor tamaño, también con mayor detalle. No es una diferencia que se aprecie claramente a simple vista, pero sí si prestamos atención al detalle. Es algo que notamos en todas las situaciones, aunque tendremos que ir con cuidado con el enfoque automático, algo más irreverente en este caso.
La lente gran angular ha quedado por debajo de lo que esperábamos. Pierde bastante calidad en el detalle con respecto a la estándar por la tarde y en situaciones más complicadas, aunque en las favorables no está mal, conservando el balance de blancos, la colorimetría y el contraste.
De noche no hay tampoco una pérdida demasiado considerable, es sobre todo en días nublados y atardeceres/amaneceres. Sí veremos algo más de ruido que con la lente estándar, eso sí.
Hablando del disparo nocturno, podemos jugar entre los distintos modos automáticos, el modo Pro, los 108 megapíxeles y el modo noche. Según queramos una mayor exposición o unos contornos más definidos (y más ruido), tendremos que elegir entre el automático y el modo noche, dando éste último fotografías demasiado lavadas y algo artificiales.
Normalmente, en automático aparece más ruido y grano que en ningún otro modo, incluso HDR o 108 megapíxeles (que son más lentos). El modo noche puede lograr fotos con un poco más de contraste que emula definición (con poco ruido en comparación al auto), pero como decíamos quedan menos naturales.
Donde más hemos visto padecer a las cámaras del Mi 11 es durante el atardecer/amanecer y en días nublados. Ahí lo que recomendamos es no disparar con la combinación botón AI-HDR: la exageración llega a desvirtuar mucho la foto. De hecho, el botón AI casi nos lo podemos ahorrar en general.
El modo retrato es de los puntos que más mejora necesita. Probablemente sea un modo más recurrido que el macro (puede que incluso que el gran angular) y se ha demostrado desde hace tiempo que no es necesaria una lente propia para tener un buen resultado, pero pese a ello en el de Xiaomi vemos un resultado medianamente aceptable y con bastantes problemas con el enfoque.
Hay disparos que salen muy bien si el entorno es favorable (incluso de noche), pero es más bien inestable: no le hemos acabado de tomar confianza.
El modo macro es un añadido que resulta interesante si acostumbramos a hacer estos disparos tan cerca del objeto a fotografiar. Da buen resultado en general tanto a nivel de detalle como en cuanto a colorimetría y contraste.
Reiteramos que "telemacro" no significa "teleobjetivo" o "zoom". Esta lente no interviene para nada más allá que el disparo macro, de hecho el zoom digital se nota al hacer recorte, siendo de mayor calidad el recorte de la foto 1x (a 24 megapíxeles).
Cámaras frontales
La cámara frontal da muy buen resultado en general. Simplemente con el modo automático tenemos instantáneas con buen detalle, contraste y colorimetría, si bien tendremos que desactivar el modo belleza que viene por defecto activado si queremos el resultado más natural-
Nos convendrá disparar con el HDR activado o automático, dado que recuperará una parte importante de la información del color y de las iluminaciones y sombras sin afectar a los contornos o la exposición del primer plano. Tampoco enlentece el disparo.
El modo retrato no tiene el desenfoque demasiado natural y es más bien plano y postizo, pero normalmente el recorte trabaja muy bien. El primer plano tampoco se ve afectado. Más cuestionables los efectos que dispone, todos bastante agresivos y que más que un juego con el fondo o la detección del rostro suponen un filtro al más puro estilo Instagram o cualquier otra app similar.
El modo noche en la cámara frontal no es excesivamente lento y puede ayudar a definir un poco más el resultado. Es una buena opción cuando hay muy poca luz, aunque tampoco hay que esperar milagros.
Vídeo
Las opciones para el vídeo son muchas y bastante interesantes para los usuarios que quieran poder elegir entre lo máximo que dispone el mercado en cuanto a resolución. Ahora veremos que todo es con alguna concesión, pero en general la experiencia con el vídeo se corresponde bastante con la de la fotografía y con luz favorable obtenemos tomas más que aceptables.
A mayor resolución tendremos vídeos más pesados y también con mayor detalle, pero algo importante es que tanto la colorimetría como la estabilización se mantienen independientemente de qué elijamos (la teoría dice que debe ser así, pero la práctica a veces cambia). De hecho, destaca la buena estabilización de serie que tienen las grabaciones, con una fluidez acertada y corrigiendo temblores.
Esto lo vemos en muchas situaciones, si bien de noche habrá resoluciones que sí dejen escapar temblores al andar y grabar, como son 4K y 1080p. Pese a esto, no recomendamos elegir la estabilización extra que dispone el modo, ni en su grado normal ni en su modo pro, dado que las tomas son demasiado forzadas y de noche se sacrifica mucho el detalle.
Podemos grabar también con el macro, aunque esto es recomendable si se tiene un trípode. Con una focal como ésta, la carencia de estabilización óptica y el pulso que tengamos es fácil que nos salgamos de la distancia máxima de enfoque simplemente por nuestro pulso.
De noche es cuanto más vemos sufrir al modo vídeo. La nitidez baja bastante especialmente activando la estabilización forzada, por lo que será recomendable siempre optar por la máxima resolución (aunque los vídeos son muy pesados) y sin añadir la establización extra.
La cámara frontal está a la par del resultado en fotografía y también nos gusta cómo queda en vídeo. Son tomas fieles a la realidad, con resolución 1080p (una calidad más que suficiente) con buenos contraste y balance de blancos.
Autonomía: una batería de tamaño estándar que no puede del todo con los añadidos
El Xiaomi Mi 11 integra una batería de 4.600 mAh, 180 mAh menos que el Mi 10 y 400 mAh menos que el Mi 10T Pro. Teniendo en cuenta que aún no tenemos la nueva versión del sistema, que la pantalla es de mayor resolución y tamaño y que se llega a los 120 Hz, no esperamos ver una experiencia muy parecida a su predecesor, y de hecho nos parece un punto con margen de mejora.
La media que nos da de autonomía, habiendo probado entre las distintas opciones de configuración de pantalla, es de 20 horas. Algo que sale con la media de autonomías de unas 24 horas con 60 Hz y resolución FHD+ o WQHD+ a las 13-18 horas con WQHD+ y hasta 120 Hz.
Con esto vemos que la frecuencia variable no acaba de funcionar como esperábamos, al ver incluso más de 10 horas de diferencia en los consumos (independientemente de la resolución). Eso sí, unas 18 horas de autonomía en la práctica no nos hacen depender del enchufe y creemos que por la experiencia vale la pena sacrificar el extra de autonomía con respecto a los 60 Hz.
En la presentación supimos que en la versión global sí se entrega cargador, por lo que hemos podido probarlo. Con este cargador de 55 vatios el tiempo de carga es de 1 hora y 15 minutos, con el móvil apagado y de 0 al 100% de la carga. En 25 minutos se completa el 50% de carga, así que no está nada mal lo que da el adaptador de nitruro de galio.
Sonido: el estéreo es el camino, pero aún queda por recorrer
Harman Kardon y sonido estéreo. Ésas son las claves que Xiaomi destacó al (re-)presentar el Mi 11, aparentando haber reforzado un aspecto que en sus buques insignia previos no nos había convencido del todo.
El estéreo es algo que per se se agradece, ya no únicamente al escuchar música o ver alguna serie, sino también a la hora de jugar. Ese plus de emisión hace que en algo tan reducido como un móvil (en comparación a un altavoz más grande) se logre una mejor experiencia, y como comentábamos con la resolución mayor a FullDH+ nos parece algo que debería estar en todos los móviles que quieren considerarse de gama alta.
El desempeño queda un poco por debajo de lo esperado a nivel de calidad. Es un sonido algo plano al que le falta rango dinámico y profundidad, si bien de volumen va sobrado llegando a los 83 decibelios ambientales (106 decibelios en la salida del altavoz).
Los ajustes de sonido para los altavoces se reducen a activar el ajuste Harman Kardon o no. Algo que recomendamos, dado que supone una ligera mejora dinámica y de claridad (también aumenta un poco el volumen).
Si conectamos unos auriculares veremos que entonces podremos jugar con la ecualización o bien, si son de Xiaomi, probar alguno de los preajustes. Matizamos lo de la marca porque al menos con otros de terceros estos ajustes normalmente no sientan bien aunque sea el mismo tipo de auricular (intraural, etc.).
En nuestro caso, la mejor experiencia con el audio de este móvil ha sido con auriculares y el perfil de sonido personalizado activado. Se trata del habitual test con pitidos, con el cual el sistema detecta qué frecuencias no oímos y las potencia, por lo que normalmente la audición nos encaja más.
Xiaomi Mi 11, la opinión de Xataka
El Xiaomi Mi 11 es un buen móvil, tiene una buena construcción, unas especificaciones relativamente equilibradas y, sobre todo, ha demostrado funcionar bien en su uso diario. No puede ganar en todos los aspectos que compite, pero es una interesante alternativa si se quiere lo último en procesadores y una buena pantalla (y se es más conformista en fotografía), especialmente si el presupuesto no alcanza los 1.000 euros.
Es un smartphone atractivo a nivel estético, si bien no logramos entender la apuesta por tanta curva más allá de esto (al final lo importante es el uso, no tanto que quede bien en las fotos). Lo que destaca es la buena experiencia con este panel que ahora creemos estar a la altura de la gama alta, el menos en especificaciones.
Faltaría un plus en autonomía, sonido y fotografía para ver más claro el tú a tú con los rivales que ya empieza a tener. En cámaras el resultado es aceptable, pero nos parece una apuesta muy poco ambiciosa.
8.9
A favor
- Muy bien construido, cómodo y nada pesado teniendo en cuenta la pantalla y el tamaño.
- Las (casi) máximas resoluciones y tasa de refresco deberían ser un mínimo en cualquier gama alta y a este Mi 11 le sientan muy bien, sobre todo con tanta opción de personalización.
- Aunque los 8 GB de RAM ya no sean lo máximo, junto al Snapdragon 888 proveen del rendimiento necesario para cualquier tarea.
En contra
- Algo le sigue pasando a MIUI cuando hay diferencias en la fluidez debidas a la tasa de refresco, aunque no hemos probado aún MIUI 12.5.
- La apuesta en cámaras nos ha sabido a poco y en algunos casos el resultado está por debajo de lo esperado.
- La tasa de refresco afecta a la autonomía con más impacto que en otros ajustes automáticos.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia Xiaomi Mi 11, análisis: no hace falta llegar a los 1.000 euros para ser un digno competidor en gama alta fue publicada originalmente en Xataka por Anna Martí .
Fuente: Xataka
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