Me rindo: los iPhone pequeños son muy cómodos, pero nuestro uso pide una gran pantalla
Llevo usando un iPhone desde que reemplacé un Nokia por el primer iPhone 3G vendido en la provincia de Tarragona, España. Eran otros tiempos, desde luego, pero llegar de los primeros me ha permitido comprobar la evolución del smartphone de Apple en la palma de mi mano desde sus inicios.
Por mi mano han pasado el iPhone 3G, el 3GS, el 4 y el 5. Hasta ese entonces el asunto del tamaño no era un problema: con el pulgar llegaba a todas partes. Y entonces, de repente, llegó el iPhone 6 con la opción de tener el entonces enorme iPhone 6 Plus con su pantalla de 5,5 pulgadas.
De priorizar la comodidad al uso más amplio del iPhone
Recuerdo comprar el iPhone 6 Plus compulsivamente en Madrid, en pleno viaje de ocio, aprovechando que ya habían inaugurado la Apple Store en la Puerta del Sol. Como a todos, la idea de tener una pantalla mucho más grande era muy atractiva y la sensación inicial era fantástica.
Pero a medida que pasaban los días, me di cuenta que usar ese iPhone era más incómodo. Tenía que hacer estragos para que me cupiese en el bolsillo de los pantalones, y usarlo con una mano se había convertido en misión imposible. Soy una persona con las manos muy pequeñas, así que lo noté más que la media de personas.
Así que mientras muchos adoptaban esa pantalla grande como nuevo estándar, al cabo de un tiempo terminé por volver al tamaño más pequeño con la compra de un iPhone 7. Poder utilizar un iPhone con sólo una mano me contentó de nuevo, y me convertí en un defensor de los móviles pequeños.
Pero claro, llegó el momento de sustituir el iPhone 7 por un nuevo modelo, y entonces pasé al nuevo estándar que era el iPhone XS. Es el teléfono que sigo teniendo hoy en día y a nivel de rendimiento estoy muy satisfecho con él, pero he tenido que volver a acostumbrarme a utilizar el teléfono móvil casi siempre con las dos manos. Estábamos ya en una época en la que los móviles grandes estaban a la orden del día, así que tocaba resignarse si querías la última tecnología y el mejor rendimiento.
Llegados a este punto de la historia, comprenderéis que la llegada de los iPhone 12 mini supuso una gran alegría para mí. Por fin, Apple contemplaba en su gama insignia a aquellos que querían lo más nuevo pero al mismo tiempo en un tamaño pequeño y manejable. Decidí conservar mi XS para amortizarlo más, pero en ese momento me dije a mi mismo que mi próximo iPhone iba a ser uno de estos minis. Lo corroboré en cuanto pude tener uno en mis manos durante un rato. "El iPhone perfecto", dije.
Pero el tiempo va pasando, y hay un factor que no había tenido en cuenta y que ha hecho que mi opinión haya dado un giro de 180 grados. El uso que le daba a mi iPhone cuando era la época de los iPhone 6 Plus era sólo una mísera parte del uso que le doy a mi iPhone XS en 2021.
El trabajo y mi movilidad han hecho que, incluso teniendo un iPad Pro de 11 pulgadas tremendamente portable en mi mochila, por comodidad y rapidez haga muchas gestiones en el teléfono. Consultar y responder correos, gestionar mi calendario que utilizo como gestor de tareas y productividad e incluso modificar hojas de cálculo de finanzas personales y emitir facturas. Todo eso, desde la pantalla de un iPhone y usando las dos manos para ser más ágil.
Hacer todo eso en un iPhone 12 mini implicaría ir más lento debido al tamaño de la pantalla, porque vería menos datos en ella. Además sería sacrificar autonomía y escribir mensajes de forma más incómoda porque el teclado sería más estrecho. Más portabilidad y comodidad, sí, pero una experiencia de uso más torpe.
Así que después de estar probando en persona todos los modelos, debo asumir lo que ya veo irremediable: adoro el iPhone 12 mini y adoraré el probabe iPhone 13 mini, pero seguramente mi próximo iPhone va a ser un Pro Max por el tamaño de su pantalla. El uso que le doy al iPhone XS ahora mismo me lo pide, y me deja ver que cada vez haré más cosas desde el teléfono que con las tabletas cuando no esté sentado en mi mesa de trabajo.
Sí, será más incómodo en algunos momentos, pero para todos estos usos lo agradeceré. Incluso mi vista, ya de por sí fastidiada por una vida de mirar pantallas, también se verá beneficiada. Dependiendo de lo que ocurra lo haré este otoño o en 2022... y veremos si en ese entonces ya habrá modelos plegables con pantallas aún mayores.
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La noticia Me rindo: los iPhone pequeños son muy cómodos, pero nuestro uso pide una gran pantalla fue publicada originalmente en Applesfera por Miguel López .
Fuente: Applesfera
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