iPad Pro M1 (2020), análisis: potencia y experiencia
Sólo han pasado 11 años desde el lanzamiento del primer iPad. Jobs no lo presentó como se presentan los grandes cambios, sino como lo hacen las pequeñas revoluciones: sentado en un sofá. Se ajustó las gafas. Aquello era una pequeña ventana al mundo digital que estaba a punto de hacerse mucho más grande. Ese primer tablet de Apple es como la primera vez que dejamos la maleta en un nuevo hotel y nos asomamos por la ventana. Como explorar montados en bici siendo niños un nuevo camino que acabamos de descubrir.
Sin duda fue una experiencia muy personal, inocente, de las posibilidades. Personalmente, pienso que ni siquiera Apple fue consciente hasta unos años después. Tuve la suerte de asistir a una keynote en 2011 donde entendí lo grande que iba a ser ese pequeño tablet de salón que sólo se usaba para explorar. El 2 de marzo de 2011, el propio Steve Jobs aparecía por sorpresa por el escenario (ya tenía problemas de salud graves por aquel entonces). La gente se puso en pie. "Llevamos trabando muy duro en esto y no quería perderme esto hoy. 2010 fue el año del iPad."
Se vendieron 15 millones de iPads ese año. Bueno, realmente en nueve meses, porque el lanzamiento fue en Abril. "Nadie, absolutamente nadie, fue capaz de predecir su enorme éxito. Fue la adopción más rápida de un nuevo dispositivo en la historia de la tecnología" decía Phill Schiller, vicepresidente de marketing mundial de Apple en la época. "En diez años trabajando en las tiendas, jamás había vivido algo como el lanzamiento del iPad" aseguraba también Ron Johnson, vicepresidente del negocio Retail de Apple en 2011.
La importancia del iPad en ésta última década fue la llegada de lo que en tecnología llamamos "computación ubicua", un término que personalmente me parece fascinante: "la integración de la informática en el entorno de la persona. Es el concepto que determina por primera vez que el hombre no se debe adaptar a la máquina, sino la máquina al hombre". Y así fue como pasamos de leer con el iPad en un sofá, a crear con él en cualquier parte.
El momento de la anomalía
El iPad Pro que tenemos hoy delante de nosotros es una auténtica anomalía en el mundo de la informática. Todos los tablets tal y como los conocíamos de otras marcas eran pantallas táctiles con sistemas operativos de escritorio. El iPad, se atrevió con el camino contrario: un sistema operativo diseñado para el mundo móvil, desde cero. A corto plazo fue tremendamente arriesgado, ya que un sistema ya consolidado tenía aplicaciones listas para usar, pero con problemas en la capa de interfaz ya que probablemente eran difíciles de usar al no estar pensadas en un entorno táctil.
El iPad, durante estos años, ha ido perfeccionando y mejorando su sistema operativo, cuyo punto clave fue cuando se separó de iOS: iPadOS tenía vida propia - debía tenerlo, por su propia naturaleza - y los desarrolladores comenzaron a descubrir más posibilidades en un dispositivo cada vez más potente y más capaz de hacer cosas que los sistemas de escritorio no podían hacer: realidad ampliada, movilidad extrema, toma de vídeos y edición en alta definición,... en definitiva, comodidad y potencia para todos aquellos que encontraban en él una forma mejor de hacer lo que ya hacía con sus ordenadores habituales.
Lo raro, lo auténticamente excepcional, es que por primera vez en la historia del iPad, uno de sus modelos tiene el mismo procesador que sus homólogos de escritorio - convergiendo desde dos puntos: un sistema operativo maduro diseñado para el mundo táctil y sí, por fin, la potencia completa del resto de ordenadores tradicionales de la compañía.
La ciencia ficción adelantaba algo así cuando en "2001: Una odisea espacial", Arthur C. Clarke llenaba la Discovery One de dispositivos similares a los que hoy tenemos por casa. Era 1968. En 1991, Mark Weiser, uno de los ingenieros más brillantes de la época, influido por novelas como Ubik de Philip K. Dick, proponía tres modelos básicos para considerar los sistemas ubicuos:
- Tabs: dispositivos de escasos centímetros.
- Pads: dispositivos del tamaño de una mano.
- Boards: dispositivos de varios metros.
La acepción 2 es el motivo por la que el iPad se llama iPad. Y hoy, treinta años después de acuñar aquel término, el iPad Pro llega a un punto de encuentro en términos de potencia que seguramente, encantaría a los escritores de ciencia ficción de la época.
La pantalla XDR llega al iPad Pro
El diseño exterior de este nuevo iPad Pro exteriormente es prácticamente idéntico al que ya conocimos en 2020. En esta ocasión el modelo de 11" comparte características con el hermano mayor de 12,9", excepto la nueva pantalla Liquid Retina XDR. En mano no podríamos distinguir una generación de otra, que comparten alto (unos 28,06 cm) y ancho (21,49 cm). Sobre el papel este nuevo iPad Pro es algo más grueso, pero tan sólo estamos hablando de un incremento de medio milímetro (0.59cm en 2020 y 0.64 en este modelo), por lo que es imperceptible al cogerlo.
Este pequeño cambio en el grosor levantó las alarmas sobre si se podría usar el Magic Keyboard del modelo anterior o se necesitaba una versión específica para éste: en mis pruebas, he podido intercambiar sin ningún problema ambos iPad Pro entre los dos Magic Keyboard y funcionan perfectos entre ellos, son perfectamente compatibles como veis en las imágenes funcionando puerto, trackpad y teclado a la perfección. Sólo que el blanco me parece que le queda francamente bien a esta generación (y no parece ensuciarse mucho, limpiándose fácilmente con un paño de microfibra humedecido), siendo a nivel de prestaciones y características idéntico al Magic Keyboard de 2020.
El peso se incrementa en 41 gramos en ambos modelos (Wi-Fi y la versión Wi-Fi + Cellular), que ahora pesan 682 y 684 gramos respectivamente. De la misma forma, sopesando ambas generaciones en ambas manos, este cambio a esta escala es también imperceptible: el iPad Pro sigue en ese punto de equilibro entre dimensiones, pantalla y peso que lo permiten sostener con una sola mano y utilizarlo con comodidad - incluso aunque la pantalla sea tan grande como esta de 12,9".
Los grandes cambios comienzan en la pantalla: por primera vez en un dispositivo Apple, se utiliza la tecnología mini-LED para mejorar la pantalla. Esta tecnología es la que incorporarán los televisores de última generación que comienzan a salir en 2021 y se considera una de las que mejor imagen pueden ofrecen hoy en día. Apple es una de las primera marcas que lo adopta para dispositivos móviles, y la razón para ello es la mejora en el contraste y la calidad de imagen que se consigue.
La nueva pantalla Liquid Retina XDR utiliza 10.000 leds de menos de 0.2 mm (de aquí viene lo de "mini", 120 veces más pequeños que los que incorporaban la generación anterior) cada uno para iluminar prácticamente cualquier zona de la pantalla, pero de forma independiente. Es decir, tradicionalmente en la tecnología LED se utilizaba una única capa de iluminación o varias zonas de iluminación más pequeñas que cambiaban localmente, no a esta escala tan pequeña.
Lo que hace la pantalla es iluminar o oscurecer cada mini-LED dependiendo de la imagen que haya en pantalla. En la keynote vimos un ejemplo magnífico de esto con una imagen nocturna de un cielo estrellado sobre una montaña con zonas de mayor a menos visibilidad: las zonas donde se distingue la montaña tendrán los mini-LEDs más iluminados, que irán decreciendo en intensidad en las zonas donde apenas es visible, o se apagarán por completo en las zonas de oscuridad. Esto logra una imagen con un contraste tremendo entre las zonas de luz y sombras, incluyendo los distintos degradados entre ellas.
Cada mini-LED de 0.2 mm de los 10.000 es iluminado por zonas para contrastar la imagenEs la mayor aproximación a la tecnología OLED, donde cada píxel se ilumina de forma independiente, con un coste menor y una implementación más sencilla. Los paneles OLED se utilizan en pantallas más grandes, pero se limitan mucho a dispositivos más pequeños por la limitación en el brillo máximo que pueden conseguir. Apple ha escogido mini-LED para el iPad Pro porque consigue prácticamente lo mejor de dos mundos: imágenes de enorme calidad y picos máximos de luminosidad propios de pantallas más grandes. En definitiva, esta tecnología permite colores negros más oscuros, mejora espectacular en el contraste y paneles más brillantes.
Esto es especialmente patente en este nuevo iPad Pro, donde la pantalla destaca por unas imágenes como no hemos visto nunca en un dispositivo similar: un contraste de 1.000.000:1 (es el mismo contraste que tiene el monitor profesional de Apple ProDisplay XDR, de ahí el nombre que tiene en este iPad Pro). A pesar de mantener los 600 nits de brillo típico, gracias también a la tecnología mini-LED se incrementa el brillo máximo a pantalla completa hasta 1000 nits sostenidos, con picos que pueden alcanzar los 1600 nits en formato HDR. De nuevo, tenemos exactamente las mismas especificaciones que la ProDisplay XDR... en un iPad Pro.
Se mantiene la misma resolución de 2732x2048 con 264ppp, junto al resto de características que ya nos gustaron de la generación anterior: laminación integral, tecnología ProMotion de 120Hz, espacio de color cinematográfico P3, pantalla True Tone... además la pantalla del iPad Pro viene 100% calibrada de fábrica, ofreciendo una gran fiabilidad desde el momento en que sale de la caja, sin necesidad de configurar nada especial.
En el día a día, la pantalla sigue siendo magnífica, pero es en las imágenes más contrastadas entre zonas de luz, sombras y color donde notamos la diferencia en calidad de la pantalla, que además gracias a su alto brillo mejoran su visualización en exteriores. No nos engañemos, ninguna pantalla que no sea de tinta electrónica se verá perfecta a plena luz exterior, pero la mejora en este iPad Pro respecto a lo que conocemos es importante - un aspecto a considerar si como profesionales viajáis y utilizáis el iPad Pro para vuestras sesiones fuera del estudio, por ejemplo.
Todas las imágenes de este artículo han sido procesadas usando Lightroom en este iPad Pro, y debo decir que ha sido más fácil que nunca: no sólo por la comodidad táctil de hacerlo (algunas de ellas las edité mientras esperaba en el coche), también por la fiabilidad tonal de la pantalla.
La Costa de los Mosquitos, en Apple TV+El cambio también se aprecia cuando nos ponemos contenido en HDR, como las películas y series de AppleTV+ preparadas para Dolby Visión. En el caso de La Costa de los Mosquitos (que por cierto, os recomiendo) es un ejemplo perfecto, ya que la calidez de los tonos como está producida demuestran la mejora de contraste en cada zona, incluso en las imágenes con mucha luminosidad que son las más difíciles de contrastar si no se baja al nivel del mini-LED. Partes de la película rodados como el exterior de la casa, muy iluminada por el sol, pero con las zonas de las ventanas o la sombra de los árboles perfectamente oscurecida.
Pero no hay que irse a las películas grabadas en el último formato del mercado: hablemos de los juegos. La nueva pantalla nos muestra matices y una profundidad que ayuda a la inmersión, con mención especial a uno de mis favoritos en Apple Arcade: Fantasian. Una aventura de ciencia-ficción al estilo clásico donde ya desde la espectacular presentación descubrimos las virtudes de la nueva pantalla entre las distintas zonas iluminadas del vídeo.
Izquierda: iPad Pro (2020), derecha: iPad Pro M1 (2021). Mismo fotograma, ambas pantallas con el brillo al máximoDentro del propio juego, la definición y el brillo siguen siendo espectaculares, por lo que el uso de esta nueva pantalla Liquid Retina XDR no se limita solo al trabajo. Fijaos que Apple ha podido pensar también en este incluso a la hora de diseñar los nuevos fondos de pantalla que veis en las imágenes, con zonas de luz multicolor y sombras que podemos tener ya desde el propio escritorio del iPad Pro para apreciar la diferencia.
El chip M1 en un iPad
Hasta ahora, el iPad Pro había sabido convivir con procesadores mejorados provenientes del iPhone, siendo el ciclo similar cada año: una generación de nuevos iPhone inaugura un nuevo procesador que luego en el iPad Pro se implementa con más núcleos o alguna mejora específica. Esto es lo que ocurría hasta que llegó el M1 a los Mac.
Aquí ya no hablamos de rendimiento de teléfono inteligente mejorado para tablet: ¿por qué no usar el procesador de escritorio, que ya utiliza la misma arquitectura, para que ambos sistemas operativos - el de los Mac y iPadOS - compartan hardware, potencia y posibilidades? Esto también ayudará a Apple a alinear los procesos de fabricación por gamas: ya no hará falta tunear ningún procesador, simplemente, se utilizará uno de Mac adaptado para el iPad Pro.
Y esta adaptación no habla de limitar los núcleos que dispone el chip. El M1 que encontramos en este iPad Pro es el M1 que está en los Mac, siendo incluso la versión más alta con 8 núcleos para CPU, 8 núcleos para GPU y 16 núcleos para el gestionar el Machine Learning desde el Neural Engine. Estamos hablando del mayor incremento de potencia en un iPad en su historia. Aproximémoslo con las pruebas de Geekbench 5 Pro:
Geekbench también nos ofrece información técnica del hardware, como que este modelo de análisis (que es la versión de 1TB de capacidad) tiene 16GB de RAM - también una novedad en un dispositivo como éste. La puntuación de este iPad Pro hay que enmarcarla más cerca de los Mac M1, que del iPad Pro del año pasado, que se situaba en 1125 puntos mononúcleo y 4644 puntos multinúcleo. Muy próximo al MacBook Air, aunque con el rendimiento pico sostenido menor (se observa en la puntuación multinúcleo que al no ser lineal decrece unos puntos en cuanto suben los núcleos) posiblemente para mantener la disipación de calor que en el iPad Pro es también pasiva, pero con menor espacio de recorrido de enfriamiento que en un portátil como el Air. Aún así, estamos hablando de casi 2500 puntos por encima de una generación a otra.
Hablando del calor, una de las ventajas del M1 es que es absolutamente frío y en el iPad Pro no iba a ser menos: para ello configuré las pruebas más complejas de Geekbench 5 Pro, que pasan por subir la cantidad de activadores para cada prueba, así que los puse todos al máximo:
- CPU Workers: 8 (Max)
- Memory Workers: 4 (Max)
- Iteraciones: 10 (Max)
- Workload Gap: 20 (Max)
Cuando las pruebas se estaban ejecutando, utilicé para medir el calor un termómetro infrarrojo industrial específico para superficies, capaz de medir con precisión dentro del rango de -50ºC a 680ºC. En todo momento, la temperatura máxima fue de aproximadamente 32º, lo cual en mano es imperceptible (teniendo en cuenta además que son solo momentos pico) y no molesta ni aunque lo estemos sosteniendo con nosotros. En la pantalla tampoco he notado un incremento de calor de ningún tipo, por lo que en este aspecto el iPad Pro, a pesar de mejorar drásticamente en potencia y calidad de imagen, se mantiene bastante frío.
Otra de las mejoras que podríamos notar con la incorporación del M1 es el rendimiento energético. En las especificaciones del dispositivo, Apple mantiene las 10 horas teóricas de navegación por internet vía wifi o reproducción de vídeo, aunque yo he querido probarlo algo más en la vida real. Por ello: desactivé el apagado automático de la pantalla manteniendo el brillo de la pantalla en torno al 60% y lo utilicé durante un día con las aplicaciones habituales:
- Microsoft Teams: 67% (videollamadas, chat, calendario...)
- Microsoft Outlook: 23% (notificaciones activadas, recepción y redacción de correo electrónico)
- Safari: 8% (navegación típica)
- Lightroom: 2% (proceso y edición de packs de fotografías)
El resultado que obtuve fue mejor que el que Apple menciona, posiblemente debido a que la compañía quiera mantener una base común a todos los usuarios: los usos que le daremos cada uno de nosotros es muy distinto, pero en una jornada similar a la mía, la curva del descenso de batería fue ésta:
Como veis, 13h y 46 minutos con la pantalla encendida usando el dispositivo, con las aplicaciones mencionadas anteriormente y el brillo al 60%, lo cual para un iPad Pro con esta potencia y estrenando nueva tecnología de pantalla es todo un avance. El tiempo de carga con el cargador USB-C de 20W y el cable (ambos incluídos) pasa en 30 minutos del 10% al 30%, por lo que cargaremos 20% cada media hora con él.
El iPad Pro de 2020 ya contaba con un Neural Engine para procesar las peticiones de Machine Learning que las aplicaciones demanden. Sin embargo, con la incorporación del M1, las tareas de cálculo necesarias para los procesos que necesiten los motores de aprendizaje están muy mejoradas: desde la identificación de caras en fotos, como cosas más complejas por ejemplo utilizando la última versión de Photoshop para iPadOS. Con los nuevos núcleos para ML, la identificación de figuras o patrones es mucho más rápida que en anteriores generaciones, pudiendo incluso perfilar el cabello casi al píxel algunas fotografías... de forma automática. Muy útil para separar por capas, cambiar fondos, o componer imágenes, más rápido que nunca y allá donde estemos.
Subamos al escenario
Una de las funciones más espectaculares de las cámaras en en este nuevo iPad Pro es Center Stage (lo han traducido como "Encuadre centrado"). Utiliza para ello una nueva cámara ultra gran angular de 12 Mpx muy mejorada con respecto a la anterior de 7 Mpx del modelo de 2020. Al igual que vimos con el nuevo iMac M1 (2020), parece que Apple ha tenido muy en cuenta el momento actual de teletrabajo en casa (o en cualquier parte, como es el caso del iPad Pro) y ofrece mejores prestaciones en la cámara para ello.
Combinando este nuevo sistema de cámara TrueDepth de 12Mpx, captura el vídeo en modo ultra gran angular, pero sólo muestra en las videoconferencias la parte en la que se detecta una persona. Aquí de nuevo destacar el uso del Machine learning del M1, que detecta patrones de caras humanas (también de mascotas, según mis pruebas, por cierto) para hacer zoom en esa porción del vídeo, dando la impresión de que el iPad Pro "gira" fisicamente para enfocarnos. Este efecto ya lo incorporan otros fabricantes, como Logitech con su StreamCam, y en el caso del iPad Pro funciona perfecto, ya que además es capaz de detectar varias personas a la vez, aumentando o cerrando el encuadre según vayan entrando o saliendo del plano, en los 122º que rodean a la pantalla. Muy espectacular (y útil).
Pruebas con el encuadre automático: el iPad Pro no se mueve, pero el vídeo capturado en gran angular detecta la cara y encuadra centrando la imagen automáticamenteCabe destacar que esta funcionalidad está disponible para cualquier aplicación de videoconferencia que use la cámara frontal para transmitir imagen: por supuesto FaceTime, pero también Webex, Zoom, Teams o Skype (como veis en mis imágenes), sin necesidad de configurar nada e incluso funcionando los filtros de fondos difuminados o similares, todo en tiempo real y sin artefactos ni parones.
El resto de cámaras mantienen las características y resultados a las que ya conocemos del año pasado, es decir tenemos la misma cámara gran angular de 12 Mpx y ultra gran angular de 10 Mpx en la parte trasera, acompañadas por el escáner LiDAR para muestrear la realidad en 3D y ayudar a las aplicaciones de realidad aumentada o los sensores fotográficos para determinar la profundidad mejor en nuestras fotos.
Si por algo han destacado los últimos iPad Pro han sido por calidad de sonido: hasta la llegada del MacBook Pro de 16" (2019) o del iMac M1 (2021) era el producto de Apple que mejor rendía en este aspecto. Este iPad Pro mantiene esa calidad con los cuatro altavoces de alta calidad
Puesta al día en conectividad y almacenamiento
Un cambio que espero que de que hablar mucho en la WWDC21 es la incorporación de un puerto USB-C compatible con Thunderbolt/USB 4, mejorando la transferencia de datos y posibilidades de este puerto (el anterior iPad Pro simplemente contaba con conector USB-C sin esta norma). Gracias a él, podremos conectar dispositivos que utilizarán hasta 40 Gb/s de transferencia con accesorios externos usualmente calificados como "alto rendimiento".
Es exactamente el mismo puerto que incluyen los Mac, y nos permitirán conectar un Dock al iPad que en un solo puerto, puede ofrecer aún más versatilidad de conexiones, discos duros de alta velocidad para la transferencia de grandes volúmenes de archivos, cámaras y monitores. Sobre este último punto, ahora que ya contamos con esta tecnología en el Pro, es a iPadOS a quien le toca ponerse al día: el soporte al monitor externo no debería limitarse a previsualizaciones de algunas apps o el modo espejo.
Como veis, la conexión de un monitor externo duplica el escritorio del iPad Pro en lugar de extenderlo y sólo es aprovechado por algunas apps para mostrar ciertas previsualizaciones o partes concretas del resultado que estemos creando. Sería importante que iPadOS 15 nos diera un escritorio extendido real para trabajar con el iPad Pro, donde podamos tener cualquier aplicación a pantalla completa en el monitor externo e incluso trabajar con varias de ellas repartidas entre el iPad y el monitor. La potencia del M1 permite eso y más, ya es posible conectarle nada más y nada menos que un Pro Display XDR 6K sin problemas.
En la edición de 2021, contamos con la posibilidad de comprar el iPad Pro con hasta 2 TB de almacenamiento, para que nuestra solución de movilidad sea completa si sólo queremos llevarnos el iPad Pro a nuestras sesiones en exteriores. Apple también ha aumentado la velocidad del disco duro, que ahora puede llegar a ser el doble de rápido que en el modelo anterior (siempre que tengamos un disco duro de mayor capacidad: a mayor capacidad, mayor velocidad de acceso).
Un iPad Pro más cerca del Mac que nunca
Con este iPad Pro, Apple pone al día la experiencia iPad al más alto nivel: procesador de Mac, pantalla de última generación con claras herencias de su gama profesional y detalles necesarios como la incorporación de 5G que se necesitan en un producto orientado a la movilidad como éste. En combinación con accesorios como el Magic Keyboard, o el Apple Pencil (que sigue siendo compatible con su segunda generación), tendremos una estación creativa potente y transportadle allá donde vayamos. Sin embargo hay que recordar que un iPad Pro no es para todo el mundo ni se puede generalizar: si nuestro flujo de trabajo y nuestras aplicaciones diarias están listas en iPadOS, este nuevo hardware va a dar el mejor rendimiento posible.
Es por tanto una propuesta valiosa para los profesionales creativos que necesiten la versatilidad, potencia, comodidad y ecosistema que ofrece un iPad Pro. También para todos aquellos que busquen la experiencia iPad a la más alta calidad y con muchos años de vida por delante, con una integración mucho más pensada con el resto de dispositivos de la marca y que se puede poner aún más interesante cuando la compañía desvele iPadOS 15 en la WWDC21 - dadas las enormes posibilidades del nuevo tablet profesional de Apple en un lienzo que en esta generación se ve mejor que nunca.
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La noticia iPad Pro M1 (2020), análisis: potencia y experiencia fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
Fuente: Applesfera
Enlace: iPad Pro M1 (2020), análisis: potencia y experiencia
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