Bajo 900 metros de hielo y en plena oscuridad, acabamos de encontrar unos seres vivos donde pensábamos que no era ni siquiera posible
Hay mares, grandes extensiones de agua, que viven bajo una enorme placa de hielo. A veces, de un kilómetro de grosos. Si ya de por sí los océanos son uno de los grandes desconocidos de la ciencia actual , esos mares son verdaderas incógnitas . Sobre todo, porque nunca nos han llamado demasiado la atención: estábamos convencidos de que a medida que esas regiones se alejan de las aguas abiertas bañadas por la luz del sol, la vida se hace menos abundante. Siguiendo esa lógica, las grandes regiones antárticas del océano debían ser desiertos con poco interés biológico . Y, de hecho, los estudios que se habían desarrollado apuntaban a que había algunos carroñeros y pequeños depredadores como peces, gusanos o medusas. Pero se pensaba que eran especímenes perdidos en una región biológicamente vacía sin todos esos organismos estáticos que viven de lo que se filtra de la superficie y constituyen la base de los ecosistemas normales. ¿La noticia? Que como la naturaleza no se cansa de darnos con