Estos auriculares tienen un ingrediente muy poco común, nanotubos de carbono, y su historia es incluso más sorprendente que su tecnología
Lo prometido en el titular obliga, así que ahí va la historia real de estos peculiares auriculares. Mark S. Cohen, profesor en la facultad de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), llevaba bastante tiempo dando vueltas a la idea de encontrar la forma de que el ruido que emiten los escáneres de imagen por resonancia magnética no sea tan molesto para las personas a las que se está llevando a cabo esta prueba. El nivel de presión sonora en el interior del tubo en el que el paciente debe permanecer inmóvil durante varias decenas de minutos puede exceder en algunos instantes los 120 dB , un ruido similar al que emite un martillo neumático en pleno golpeteo desenfrenado. La mayor parte de la bibliografía especializada en otorrinolaringología sitúa nuestro umbral del dolor , precisamente, en la frontera de esos 120 dB , por lo que es comprensible que muchas personas lo pasen mal en el interior de las máquinas de resonancia magnética incluso aunque no padezcan cla