El test de embarazo más antiguo del mundo tiene 3.500 años: así es cómo los egipcios se las ingeniaban para saber si una mujer estaba encinta
La escena ocurre hace 3.500 años, en una abigarrada ciudad a los márgenes del Nilo. Una joven pareja se acerca a una rudimentaria botica y preguntan, algo tímidos, si hay alguna forma de saber si ella está embarazada. "No solo eso", les responde el boticario. "Por poder, podemos saber el sexo de la criatura". Y, acto seguido, saca un saquito lleno de semillas de trigo y otro con semillas de cebada . La mecánica es sencilla: la muchacha tiene que orinar en ellos . Si florece primero la cebada, será un niño; si lo hace el trigo, será una niña. En cambio, si no florece ningún saco: "la señora no estará embarazada", sentencia el boticario. Estoy fabulando, claro; pero solo sobre los personajes y el guión. Ese test de embarazo no solo existió en el Antiguo Egipto, sino que su uso está documentado hasta los años 60 del siglo pasado. Y por si fuera poco, según sabemos ahora, era capaz de predecir un embarazo con un 70% de efectividad . Low-Tech, pero qué low-