De los cielos empresariales a prisión: Elizabeth Holmes, condenada a más de 11 años por el fraude de Theranos
Silicon Valley está empedrado de grandes éxitos. También de desengaños y sonoros batacazos, capítulos menos brillantes, pero a los que el sector tecnológico está igualmente acostumbrado. Hace justo una semana caía Sam Bankman-Fried, el ya ex CEO de la firma exchange FTX y hasta hace no mucho considerado "el caballero blanco" del universo cripto. Ayer se reconfirmó el descalabro de otra de las grandes estrellas defenestradas del sector: Elizabeth Holmes, la creadora de Theranos, la startup que durante un tiempo prometió una auténtica revolución en la biotecnología.
Al igual que Bankman-Fried, Holmes se presentó en su día como un talento prometedor, cautivó a buena parte de la prensa, posó para la portada de Fortune o Forbes y dirigió una firma que despertó el entusiasmo —y, claro está, los bolsillos— de los inversores. Si a Bankman-Fried lo presentaban como “el próximo Warren Buffet”, de Holmes se llegó a decir que era “la siguiente Steve Jobs”.
La imagen del Bankman-Fried se ha embarrado hace poco más de una semana. Todavía deben aclararse las causas y, de haberlas, posibles responsabilidades de la caída de FTX. En el caso de Holmes, no es así. El sueño que la presentaba como un ejemplo de empresaria self-made woman se pinchó hace ya unos cuantos años dejando al descubierto un fraude con una repercusión millonaria. Su historia no es materia solo de las crónicas empresariales. Hace tiempo que dio el salto a la judicial. Ahora al fin se clarifica cuál es la factura que deberá pagar por las consecuencias.
"Se intoxicó con la fama"
Un juez de EEUU la acaba de condenar a más de 11 años de cárcel —135 meses, para ser precisos— por fraude y un daño patrimonial que ha estimado en 385 millones de dólares, lejos de los 800 millones en los que la acusación estiman el dinero defraudado a los inversores.
“Este es un caso de fraude en el que una empresa emocionante generó elevadas expectativas y despertó esperanza solo para verse truncada por la tergiversación, arrogancia y simples mentiras”, censuró el magistrado, Edward Davila, para quien Holmes “se intoxicó con la fama” que desató en el momento álgido de su carrera, cuando su compañía se valoraba en más de 9.000 millones.
“Estoy devastada por mis fallos —concedía ayer la exempresaria, que tuvo la oportunidad de expresarse—. Todos los días a lo largo de los últimos años he sentido un profundo dolor por lo que la gente ha pasado a causa de que les fallé. Lamento mis errores con cada célula de mi cuerpo”.
La historia de Holmes, con ingredientes que en su día la convirtieron en un referente empresarial y ayudaron a escribir su hagiografía —fundó su empresa tras abandonar Stanford a los 19 años—, es bien conocida. A través de Theranos prometió una tecnología revolucionaria capaz de ofrecer cientos de pruebas médicas con una simple gota de sangre, una perspectiva que entusiasmó a inversores de renombre, como algunas de las fortunas más abultadas del mundo o política de primer nivel.
Durante el juicio celebrado en EEUU, por ejemplo, Jim Mattis, secretario de Defensa con Donald Trump, aseguró que llegó a invertir 85.000 dólares en la compañía. Entre quienes optaron por comprar sus acciones figuran también Bill Clinton, Carlos Slim o Rupert Murdoch.
The Guardian precisa que deberá fijarse todavía una audiencia para determinar la cantidad que deberá pagar a modo de restitución y que probablemente los abogados de Holmes soliciten que la exempresaria pueda permanecer en libertad bajo fianza mientras se apela la sentencia. Por lo pronto el magistrado ya ha marcado una fecha en la que deberá entregarse: el 27 de abril.
Sus promesas empezaron a desvanecerse hace unos siete años, cuando se cuestionó el alcance real de su tecnología. En 2015 Wall Street Journal reveló importantes deficiencias e imprecisiones en su desarrollo e incluso el Journal of the American Medical Association llegó a publicar un editorial en el que criticana a Theranos por llevar más de una década "cambiando totalmente el sistema de salud" sin haber publicado ni un solo artículo que lo avalara en una revista biomédica.
“Mirando hacia atrás, hay tantas cosas que haría de manera diferente si tuviera la oportunidad. Traté de realizar mi sueño demasiado rápido”, confesaba en las últimas horas Holmes, la otrora empresaria estrella y quien en enero ya había sido declarada culpable de cuatro cargos criminales.
Hay quien ya plantea su caso como una lección para el sector tecnológico. Los inversores de Silicon Valley están prestando atención. En el futuro, los fundadores tendrán mucho más cuidado con lo que dicen en la fase de inicio porque esto ha demostrado que el gobierno los hará responsables", comenta Neama Rahmani, presidente de West Coast Trial Lawyers y exfiscal federal.
Imagen de portada: TechCrunch (Flickr)
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La noticia De los cielos empresariales a prisión: Elizabeth Holmes, condenada a más de 11 años por el fraude de Theranos fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .
Fuente: Xataka
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