La nueva misión de los astrónomos es salvar los cielos oscuros. Y tienen ya un "arma" para lograrlo
Hace unos años los astrónomos se enfrentaban a un curioso dilema: sus investigaciones se centraban en objetos y fenómenos situados sobre sus cabezas, a grandes distancias; pero lo que realmente les quitaba el sueño partía de aquí, del suelo. La contaminación lumínica —además de las estaciones de radio y redes inalámbricas— generada por las ciudades complicaba su trabajo y les obligaba a trasladar sus observatorios a kilómetros de los núcleos urbanos. Eso era hasta ahora, claro. A medida que los satélites han aumentado se han encontrado con que ahora ese “ruido” se genera también sobre sus cabezas. Para plantarle cara, han decidido unirse y crear un nuevo centro . En un gesto que dice mucho sobre la gravedad del problema, la International Astronomical Union (IAU) ha decidido poner en marcha una institución que se encargará precisamente de eso, de algo tan básico como velar por que el firmamento nocturno siga siendo nocturno. En otras palabras, quiere “proteger” la oscuridad. El ba