Hemos probado a usar el iPhone 15 Pro como consola conectada a la TV. Es el principio de algo mucho más grande
En estos días en los que Apple es la protagonista de la actualidad tecnológica, algunos titulares en medios han recogido cómo el iPhone 15 Pro es "la mejor videoconsola" según dijo Apple. Por supuesto que una empresa defiende sus productos y Apple nunca diría "el iPhone 15 Pro es una consola maja, aunque desde luego nada como la Switch", pero esa atribución no es exactamente así.
La frase en cuestión viene de una entrevista hecha por IGN a Tim Millet, Jeremy Sandmel y Kaiann Drance, directores y VPs de Apple. Justo al final, Jeremy dice "creo que dicen que la mejor videoconsola es la que llevas contigo", a lo que Kaiann añade "sí, esa es la nueva moda", y Jeremy finaliza con un "va a ser la mejor consola de videojuegos".
Matices al margen, hemos probado qué puede ofrecer este nuevo iPhone 15 Pro para ponerse a cierta altura de las consolas.
Juegos menos ambiciosos a falta de los AAA
En nuestro caso, hemos probado con el iPhone 15 Pro Max. La coletilla 'Max' supone que tiene una pantalla más grande para cuando queremos jugar directamente con él, pero nada más. Pro y Pro Max comparten chip y conector, que es la clave de este asunto.
El —forzoso— salto de Lightning a USB-C permite que conectemos el iPhone a un monitor o un televisor facilitando poder enviar la imagen. USB-C admite mayor velocidad de transferencia en los modelos Pro que en los iPhone anteriores con Lightning. Y además, al contrario que con Lightning y el programa MFi, no hay restricciones para este conector: podemos conectar prácticamente cualquier periférico.
La suma de este conector y el chip A17 Pro, construido en 3 nanómetros, con GPU de 6 núcleos rediseñada, códec AV1 y ray tracing acelerado por hardware, han llevado el gaming en el iPhone un paso más allá. Aunque quedan asuntos por resolver.
En primer lugar, hemos probado conectando el iPhone mediante un cable HDMI/USB-C a un televisor. Y aquí llegan las primeras diferencias: la experiencia es mucho mejor que hacerlo vía AirPlay, incluso usando un Apple TV 4K, de generación reciente. Es un recordatorio de que lo inalámbrico es muy conveniente, pero nada tan fiable como el cable.
Mediante AirPlay vemos constantes pequeños parones, con la sensación de estar jugando a trompicones. Se puede jugar así, claro, pero siempre con una pequeña frustración de fondo. Con el cable, la fluidez es total.
¿A qué hemos jugado? A varios títulos, desde Asphalt 9 hasta GRID Autosport pasando por INSIDE. Pero esto es algo que ya existía: la llegada de USB-C facilita más jugarlos fluidamente en una pantalla externa. Si Apple está dejando caer el concepto del iPhone como consola es por otro motivo.
Con la llegada de los 15 Pro, Apple anunció el lanzamiento futuro de juegos AAA como Resident Evil 4 Remake, Death Stranding o Assassin's Creed Mirage. No versiones cercenadas, sino los títulos directamente llevados al iPhone (solo 15 Pro y 15 Pro Max, eso sí). Algunos también incorporarán ray tracing. Ahí será cuando las cosas se pongan interesantes de verdad.
El mando usado ha sido uno para Xbox Series X|S. iOS también se empareja con los de PlayStation 4 y 5, o con mandos de terceros como Razer, Backbone y compañía.
En nuestro caso, la decepción ha venido al intentar jugar a títulos que incomprensiblemente no soportan mandos externos. Como eFootball 2024, un juego mucho menos viable sin un mando. Se supone que llegará en invierno. Veremos.
Otros detalles también dan a entender que queda en manos de los desarrolladores adaptar los juegos a esta experiencia. Por ejemplo, ocultando la barra inferior que anticipa el gesto de cierre de la aplicación. O con la adaptación de resolución de pantalla, resolución de juego y velocidad de fotogramas para la pantalla exacta a la que está conectado el iPhone.
También dependemos de haber escogido el cable correcto. Con soporte en cuanto a resolución, tasa de refresco y HDR. No cualquiera nos dará la mejor experiencia.
Luego hay otros factores como la disipación del calor. En este punto quizás sería idóneo que veamos, por parte de Apple o —más probablemente— de terceros la aparición de docks pensados para jugar de esta forma: que permitan colocar el iPhone en una posición apropiada, den orden al mueble en el que se apoye, y sobre todo, incluyan un sistema de refrigeración, sobre todo si nos dirigimos hacia cada vez más juegos AAA llegando a los modelos Pro.
El futuro
El iPhone, sobre todo acotándolo a la familia Pro, está dando pasos para ser algo más que un soporte para juegos casuales en salas de espera, o para juegos más desarrollados y complejos que manejar con controles táctiles.
Apple intentó algo similar cuando lanzó el Apple TV de 4ª generación en 2015, orientándolo también como una consola familiar, sucesora de la Wii. No lo logró, entre otros motivos, por una restricción absurda que le condenó desde el principio: exigía a los desarrolladores que sus juegos pudieran jugarse no solo con un mando externo, sino también con el Siri Remote, que tiene muchas bondades pero ser un buen mando de videojuegos no figura entre ellas.
Fue la consecuencia de hacer una apuesta a medio gas, de forma conservadora, anteponiendo la universalidad del juego a dar el suficiente margen a los desarrolladores para que se pudieran centrar en buenos juegos al estilo de los de consola, que necesitasen un mando para ser jugados porque tienen una profundidad que imposibilitaba que el Siri Remote fuese el techo.
Si Apple es capaz de hacer ahora una apuesta de verdad, tiene muchas más papeletas para conseguir ser más relevante en la industria del videojuego. Difícilmente nadie va a deshacerse de su Xbox o su PlayStation para jugar únicamente con su iPhone conectado al televisor y un mando externo. Pero si siguen llegando propuestas AAA y el correcto soporte, puede ser un estupendo complemento. Y en el largo plazo, incluso algo más.
No solo para jugadores intensivos, sino para que los hogares que no tienen una consola porque no apuntan tan alto sí vean apropiado hacerse con uno o dos mandos y aprovechar su iPhone para ciertos juegos.
Esta primera propuesta es bastante convincente, sobre todo teniendo en cuenta que literalmente la hemos probado en el día de lanzamiento de los iPhone Pro, con todo por llegar. Si más estudios apuestan por iOS para sus AAA y se toman en serio la adaptación del juego a los mandos y las pantallas externas, por qué no.
Y sobre todo, si Apple permite que el mando externo sea un requisito, como lo es tener un iPhone 15 Pro y no cualquier otro. Para dentro de casa tenemos opciones como las de Sony y Microsoft. Para fuera, las de Backbone que las recrean.
En Xataka | Apple tiene otro gran secreto para ganar más dinero con sus productos. Y no tiene nada que ver con sus chips.
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La noticia Hemos probado a usar el iPhone 15 Pro como consola conectada a la TV. Es el principio de algo mucho más grande fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Fuente: Xataka
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