Fordlandia, la frustrada utopía de Henry Ford en plena selva amazónica para asegurarse el suministro de caucho
A Henry Ford le fue bien en muchas cosas. No tenía ni 40 años cuando fundó la Ford Motor Company, que andado el tiempo se convertiría en una de las mayores y más rentables multinacionales del mundo, y gracias a su apuesta por la producción en cadena pudo ensamblar el celebérrimo "Ford T" , con el que consiguió algo hasta entonces inimaginable: colar un coche en los garajes de la clase media trabajadora estadounidense. Cuando murió, con 83 años, Henry Ford se había convertido en un hombre acaudalado, un empresario de enorme fama que incluso asentó un sistema de producción que ha (re)consagrado su apellido, el "fordismo" . Toda esa puntería le sirvió de poco cuando en la década de 1920, ya con más de 60 años, se fijó en el Amazonas. Allí, en plena selva brasileña, quiso impulsar uno de sus sueños más delirantes y ambiciosos . Y allí se dio uno de sus más sonoros batacazos con un proyecto al que también legó su apellido: Fordlandia . Una cosa era al fin y al cabo m