Paradoja Polestar: sus coches son brillantes, su acción está hundida
Polestar, la marca de coches eléctricos surgida de Volvo, está atrapada en una paradoja: sus coches reciben críticas excelentes por su diseño y su rendimiento, pero su acción se ha desplomado un 97% desde que tocó máximos al poco de salir a bolsa. No hace ni tres años.
Hasta su permanencia en el Nasdaq corre peligro.
Por qué es importante. La industria del coche eléctrico está mucho más asentada que hace cinco años, pero todavía está en su adolescencia, decidiendo qué quiere ser de mayor y hacia dónde es capaz de encaminarse.
Una marca surgida de un líder reputado como Volvo parecía predestinada a cosechar éxitos. Pero no lo está consiguiendo.
Por qué sucede esto. Varios factores:
- La competencia es feroz. Polestar ha lanzado coches espectaculares, pero ni eso basta para conseguir diferenciarse en un mercado dominado por Tesla... y BYD. Su modelo 2 es bueno, pero el Tesla Model 3 es más barato y se ha labrado una gran reputación.
- Retrasos e incertidumbre. Los modelos 3 y 4 acumulan retrasos, generando dudas sobre la capacidad real de la empresa para sacar la producción adelante. Además, Polestar aún no ha presentado los resultados financieros de 2023, lo cual dispara las alarmas y temores entre inversores.
- Identidad difusa. Polestar sigue siendo ampliamente percibida como "los eléctricos deportivos de Volvo". Para otros sigue siendo una marca desconocida. No ha terminado de forjarse una imagen distintiva como sí ha hecho SEAT con Cupra, por ejemplo. Que Volvo tenga modelos bastante similares no ayuda.
El contexto. Polestar irrumpió en bolsa en 2021 mediante una SPAC. Logró una valoración de 21.000 millones de dólares. Como otros fabricantes de coches eléctricos que se estrenaron en el parqué durante estos años, sufrió un duro aterrizaje. Ahora mismo su valor es de tan solo 1.600 millones de dólares.
Empezó a cotizar a 10 dólares la acción, marcó su máximo de 14,11 dólares seis meses después, y desde entonces, la caída. Ahora está en torno a 0,75 dólares la acción.
Las cifras. En el primer trimestre del año, las entregas de Polestar se desplomaron un 53%, y las matriculaciones, un 70%, según CarScoops. Este batacazo ha sido achacado por parte de la empresa a los altos tipos de interés y a la menor dependencia de ventas a flotas.
Las ventas tampoco han demostrado un crecimiento sostenido durante este tiempo y solo en un trimestre declararon un resultado positivo. Todos los demás han producido pérdidas.
Esto por sí mismo tampoco debería ser una mala noticia en una empresa emergente, al principio de su vida y con una inversión requerida tan grande como la de esta industria.
Entre líneas. Por si el contexto no fuera lo suficientemente duro, en estos años hemos visto una presencia cada vez más agresiva en el mercado de fabricantes chinos con propuestas muy capaces, que entran muy bien por los ojos (una baza especialmente importante en el mercado del automóvil) y a precios muy competitivos.
Por si fuera poco, el mercado de coches eléctricos sigue avanzando, pero a un ritmo menor del que marcaban las proyecciones hace unos años. Este contexto deja a las marcas enfocadas al 100% en eléctricos, como Polestar, menor margen de maniobra frente a los grandes fabricantes tradicionales.
En resumen. En el mercado de coches eléctricos actual no es suficiente con fabricar modelos espectaculares que destacan en diseño y en prestaciones. Ni siquiera con el bonus de venir con el pedigrí de toda una Volvo.
Ahora Polestar afronta una segunda mitad de año obligada a enderezar el rumbo o incluso su futuro en el Nasdaq puede estar en entredicho. Sus coches brillan en las carreteras, pero también necesitan hacerlo en Wall Street.
Imagen destacada | Polestar, Xataka
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La noticia Paradoja Polestar: sus coches son brillantes, su acción está hundida fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Fuente: Xataka
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