Del boom pandémico al declive silencioso: el crecimiento de Twitch fue un espejismo
Kai Cenat ha conseguido generar 3,6 millones de dólares en 30 días de streaming ininterrumpido en Twitch, batiendo todos los récords de suscriptores. Un hito que celebrar y que a la vez enmascara una realidad preocupante para la plataforma.
Por qué es importante. Sus grandes estrellas están consiguiendo cifras millonarias, pero Twitch sigue sin ser rentable una década después de ser comprada por Amazon, que pagó 1.000 millones de dólares por ella y le ha seguido dando apoyo durante todo este tiempo.
Son las grietas del modelo de negocio del streaming.
La panorámica. La plataforma que prácticamente inventó y desde luego desarrolló la industria del streaming de videojuegos está perdiendo terreno frente a YouTube y Kick, que han aumentado su cuota de mercado en este último año.
El crecimiento explosivo que tuvo Twitch, como cualquier servicio de streaming, durante la pandemia de 2020 resultó ser un espejismo. No supuso un cambio permanente en los hábitos de consumo, más bien adelantó una adopción que hubiese sido más gradual.
Veámoslo en cifras. Twitch ha conseguido que sus ingresos anuales sigan creciendo, al menos hasta 2023, el último completo. Aunque el ritmo de crecimiento tras el boom pandémico se ha ralentizado mucho, rozando el estancamiento.
Pese a que los ingresos han seguido subiendo, lo han hecho gracias a un gasto promedio superior, porque el promedio de espectadores en directo ha ido bajando, según el estudio publicado por Business of Apps que cita las cifras de Twitchtracker. Su cifra para 2024, provisional, es también más baja que la de 2023.
Donde más se nota la bajada es en la cantidad de streamers activos en Twitch, entendiendo como "activos" que emitan en directo al menos una vez al mes. 2021, todavía con restricciones de la movilidad por la pandemia, fue su momento pico.
Desde entonces, la cifra ha ido cayendo. Este no es necesariamente un mal síntoma: también puede hablar de la consolidación de Twitch y de cómo quienes intentaron construir un negocio en torno a ella, sin éxito, han desistido. Es parte de la fase de madurez de cualquier plataforma. El caso es que varios de los grandes también se fueron marchando.
Entre líneas. Los costes de infraestructura y el modelo de reparto de ingresos (el 50% es para Twitch, pero entre un 30% y un 40% para los mayores streamers), hacen que la plataforma haya sangrado dinero incluso en sus mejores momentos.
La crisis va más allá de las cifras. Twitch también ha perdido una parte de su conexión con la comunidad que la hizo grande. "Bleeding purple" ("sangrar morado", por el color corporativo de la plataforma) era antes un lema de orgullo entre streamers. Hoy hay muchos que han migrado a otras plataformas.
Qué cambia. Amazon mantiene Twitch, presumiblemente, por su capacidad para conseguir audiencias jóvenes, muy difíciles de captar por otros medios. Si no consigue mantener este objetivo es posible que pueda cambiar la estrategia del gigante con su plataforma de vídeo en directo. La guerra por fichajes a golpe de talonario ya dejó de ser sostenible.
El éxito de figuras como Cenat demuestra que el potencial del streaming sigue estando ahí y seguirá estando ahí, pero también habla de una verdad incómoda: incluso con audiencias millonarias, Twitch tiene un modelo que sigue siendo insostenible y que ya no levanta las mismas pasiones que hace unos años. El tiempo dirá si corrige la inercia y se asoma a los números negros.
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La noticia Del boom pandémico al declive silencioso: el crecimiento de Twitch fue un espejismo fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Fuente: Xataka
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