En 1938 Franco encargó un experimento con prisioneros en un monasterio de Burgos. Así comenzó la búsqueda del gen “comunista”

En 1938 Franco encargó un experimento con prisioneros en un monasterio de Burgos. Así comenzó la búsqueda del gen “comunista”

En la lista de los experimentos más oscuros que alguna vez se pusieron en marcha en España hay uno que sigue manteniéndose en los primeros puestos. Ocurrió a finales de la década de 1930 en el interior de una arquitectura que hoy es patrimonio histórico, una abadía trapense a las afueras de Burgos. La base para llevarse a cabo el estudio partía de una premisa tan sencilla como marciana: el comunista, ¿nace o se hace?

En busca del gen “rojo”. Entre 1938 y 1939, en plena Guerra Civil Española, el régimen franquista emprendió uno de los experimentos más siniestros de su historia. Bajo la dirección del psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, jefe por entonces de los Servicios Psiquiátricos del Ejército de Franco, se llevó a cabo un estudio que pretendía encontrar una predisposición biológica al marxismo, lo que él llamaba el Biopsiquismo del Fanatismo Marxista.

El propósito de esta investigación era demostrar que el comunismo y las ideologías democráticas no eran el resultado de una elección consciente, sino más bien de una tara biopsíquica hereditaria, una inferioridad mental que podía ser identificada.

Contexto: el psiquiatra del Régimen. Vallejo-Nájera (1889-1960) fue una de las figuras más influyentes de la psiquiatría franquista. Con formación en Alemania, donde entró en contacto con la psiquiatría nazi, desarrolló una teoría racial y genética aplicada al contexto español, argumentando que el marxismo era el resultado de una inferioridad mental y que debía ser erradicado desde la raíz.

En 1938, Franco le asignó la dirección de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, lo que le permitió encabezar un programa pseudocientífico basado en la eugenesia, la psicología xenófoba y la psiquiatría coercitiva. San Pedro de Cardeña se convirtió en su laboratorio de experimentación, donde prisioneros republicanos y brigadistas internacionales fueron sometidos a pruebas con el fin de "descifrar" la psique comunista.

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La excusa. El estudio, financiado y aprobado por Franco, se desarrolló durante diez meses, analizando a esos prisioneros de guerra mediante tests psicológicos, mediciones antropomórficas y evaluaciones conductuales. 

Sus conclusiones, publicadas en la Revista Española de Medicina y Cirugía de Guerra, servirían como justificación para una de las políticas más brutales del franquismo: la separación sistemática de los hijos de republicanos de sus familias para evitar su "contagio ideológico", la segregación de prisioneros y la consolidación de una dictadura que se apoyaba en la manipulación científica para erradicar la disidencia.

El “estudio”. El epicentro de la investigación, como decíamos antes, fue el entonces campo de concentración de San Pedro de Cardeña, un antiguo monasterio en Burgos que fue convertido en un centro de detención para prisioneros republicanos y miembros de las Brigadas Internacionales. El estudio de Vallejo-Nájera dividió a los prisioneros en cinco grandes grupos, cada uno analizado con hipótesis preconcebidas sobre su "degeneración biológica". A saber:

  • Brigadistas Internacionales: Se buscaba contrastar sus características con las de los presos españoles para identificar diferencias en el "origen del marxismo".
  • Presos republicanos españoles: Considerados clave para encontrar el "gen rojo".
  • Presas republicanas: Se afirmaba que su participación política respondía a impulsos sexuales descontrolados.
  • Presos catalanes: Analizados como "doblemente peligrosos" por su "fanatismo marxista" y su "antiespañolismo".
  • Presos vascos: Considerados un grupo "anómalo", pues eran católicos, pero "contaminados por el elemento revolucionario".

Plus: los análisis incluían mediciones craneales, estudios faciales y tests de personalidad, todos con la intención de encontrar rasgos físicos y psicológicos comunes entre los marxistas. Los resultados no solo eran sesgados, obvio, sino que servían como base ideológica para justificar la persecución y exterminio de los republicanos.

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Conclusiones pseudocientíficas. Tras meses de "investigación", Vallejo-Nájera publicó sus conclusiones en la Revista Española de Medicina y Cirugía de Guerra. Entre sus postulados más aberrantes y extremos, destacaban aseveraciones como que el marxismo está vinculado con la inferioridad mental. Según el psiquiatra, los comunistas eran en su mayoría "psicópatas antisociales" y su segregación desde la infancia evitaría que la sociedad "sufriera su plaga".

También subrayó que las democracias promueven el resentimiento. En su visión, los regímenes democráticos permitían que los "fracasados sociales" triunfaran a través de políticas públicas, en contraste con los regímenes autoritarios, que favorecían a los más aptos. También pensaba que el marxismo era un fenómeno racial. Influenciado por la ideología nazi, el hombre propuso la necesidad de una "purificación racial" para erradicar a los elementos considerados "peligrosos" para España.

Por todo ello, indicaba que la militarización de la sociedad era la única solución. Dicho de otra forma, defendía un modelo en el que la disciplina militar debía impregnar a todas las instituciones, desde la escuela hasta el teatro, para garantizar la "superioridad de la raza española".

El rol de la mujer. Otro de los aspectos más oscuros de su estudio fue la caracterización de la mujer republicana como un ser "irracional" y "peligroso". Según Vallejo-Nájera las mujeres participaban en política solo por impulsos sexuales descontrolados, y el marxismo en las mujeres era una consecuencia de su "débil equilibrio mental", lo que las hacía más propensas a la crueldad. De hecho y como decíamos, pensaba que la religión era la única que podía actuar como freno para evitar su "corrupción" moral.

Estas ideas, además, fueron utilizadas como justificación para restringir la participación de las mujeres en la vida pública y para establecer un modelo de mujer sumisa al servicio de la patria.

El robo de niños: aplicando el estudio. Lo indicamos al inicio. Uno de los legados más abominables de las teorías de Vallejo-Nájera fue la implementación de un sistema de separación forzada de los hijos de republicanos. Su teoría sugería que los niños de familias marxistas debían ser apartados de sus padres para evitar su "contaminación ideológica".

¿Qué ocurrió? Que el razonamiento derivó en el robo sistemático de bebés, una práctica que continuó incluso después del franquismo. De hecho, se estima que miles de niños fueron arrebatados de sus familias y entregados a instituciones o familias afines al régimen, en lo que se considera uno de los mayores crímenes del franquismo.

La Gestapo y el nazismo. El experimento de San Pedro de Cardeña no se llevó a cabo en aislamiento, sino que contó con la presencia de miembros de la Gestapo y científicos alemanes que realizaron pruebas en los prisioneros republicanos. Esta colaboración reflejó los vínculos ideológicos y metodológicos entre el franquismo y el nazismo, especialmente en el uso de la psiquiatría como herramienta de represión política.

(Re)descubriendo el experimento. Lo cierto es que, durante décadas, las investigaciones de Vallejo-Nájera quedaron en el olvido, protegidas por el silencio impuesto por el franquismo. Así fue hasta 1996, cuando los investigadores Rafael Llavona y Javier Bandrés publicaron La Psicología en los Campos de Concentración de Franco, revelando con mayor profundidad lo ocurrido en San Pedro de Cardeña.

El trabajo reveló lo más obvio: que el experimento fue un fracaso total, ya que no logró demostrar ninguna base biológica para el marxismo. Pero por encima de ello, reveló que sus efectos fueron devastadores: legitimó la represión, justificó la separación de familias y perpetuó una visión racista y clasista de la sociedad. Aquella "Biopsiquismo del Fanatismo Marxista" fue uno de los experimentos más perversos del franquismo, una combinación de pseudociencia, racismo y represión política que sirvió como base ideológica para la persecución de los republicanos.

Si se quiere también, un recordatorio de cómo la ciencia puede ser manipulada para justificar la opresión, y de la importancia de rescatar del olvido los episodios más oscuros de la historia.

Imagen | Cassowary, X20106301, Jtspotau

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Fuente: Xataka
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