Escocia tiene un plan para superar uno de los grandes retos de la energía renovable: una megaplanta de almacenamiento
Gracias a las rachas de vientos fuertes, Escocia se ha convertido en un lugar ideal para instalar aerogeneradores. Los datos hablan por si solos con un incremento exponencial en estos casi 15 años. Sin embargo, como una gaita, la energía también se va como ese aire, por lo que han diseñado la que será la megabatería de almacenamiento más grande de Europa. Y aún hay más.
La megabatería europea. La compañía británica, Zenobē, ha anunciado que la planta de almacenamiento de energía en baterías (BESS) ha comenzado a operar en Blackhillock, Escocia. Además, es el primera del mundo que proporciona servicios completos de energía activa y reactiva.
Con una capacidad de 300MW/600MWh de momento se coloca como la más grande de Europa. Sin embargo, en el territorio escocés se ha abierto una pugna para ver quien la lidera.
No queda ahí. En su ambición, Escocia albergará los tres sistemas de almacenamiento de energía en baterías más grandes de Europa tras una inversión de £800 millones por parte de Copenhagen Infrastructure Partners (CIP). Los proyectos son Coalburn 2 en South Lanarkshire y Devilla en Fife, que se sumarán a Coalburn 1. Actualmente, este último está en construcción y con fecha de operación prevista para octubre.
Cada batería tendrá una capacidad de 500 megavatios, permitiendo un almacenamiento total de 3 GW/h para abastecer a 4,5 millones de hogares. Se espera que Coalburn 2 y Devilla entren en funcionamiento entre 2027 y 2028.
La actual más grande del continente. La planta de Blackhillock se ha puesto en marcha en dos fases: 200 MW de capacidad inicial comenzaron a operar en marzo de 2025, y la fase 2 de 100 MW se completará en 2026. Esta instalación busca mejorar la fiabilidad del sistema eléctrico, aprovechando la energía eólica y almacenando el exceso de electricidad en baterías para su uso en momentos de alta demanda.
La primera del mundo. Como adelantaba un poco más arriba, la central en operación proporciona servicios completos de energía activa y reactiva. En otras palabras, desde que Reino Unido se despidió de sus centrales de gas han tenido que buscar otra manera de generar estos servicios. Esta planta BESS de Blackhillock los proporciona y os preguntaréis que es. Por un lado, la energía activa es la que se utiliza directamente para el consumo de electricidad, mientras que la energía reactiva ayuda a mantener la tensión en la red y garantizar su estabilidad. En resumen, contribuye a equilibrar la red, especialmente en momentos de fluctuaciones en la oferta y demanda de electricidad.
Por ese motivo, también han encontrado como su factura de la luz se verá beneficiada. Ya notaron que, al independizar del carbón, tuvieron que pagar un alto precio, pero con el nuevo sistema de almacenamiento, esperan que esto genera un impacto positivo.
No olvidemos esta polémica. Hace más de un año, se descubrió que varias turbinas eólicas estuvieron funcionando con generadores diésel durante días. Esto ocurrió porque la infraestructura de la red no siempre está lista para manejar fluctuaciones en la generación y distribución de energía renovable. Por este motivo, contar con un sistema de almacenamiento ayuda a evitar que esta situación se repita.
El desafío para Europa. La intermitencia de las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, sigue siendo uno de los mayores retos a nivel global. El fenómeno del "Dunkelflaute" por culpa de esta situación y una red envejecida posiciona al sistema de almacenamiento en una de los primeros objetivos de la agenda europea. Además, en este tipo de situaciones hay que buscar una solución que permita la integración de generación renovable estable y accesible. Hay algunos países Europeos que ya han empezado a invertir en almacenamiento energético como el caso de Finlandia o España. En este último, se ha recurrido por un sistema más único como son los embalses.
Previsiones. Escocia, con su excedente de energía eólica renovable y su infraestructura de red limitada, se ha convertido en un punto estratégico para el almacenamiento energético. Para 2030, se estima que el 60% de la energía del Reino Unido será generada por el viento, con 31% proveniente de Escocia. Sin embargo, estos proyectos han generado cierta oposición en comunidades locales, preocupadas por la seguridad, contaminación acústica e industrialización del paisaje. A pesar de ello, el gobierno escocés destaca la importancia de estos sistemas para alcanzar el cero neto, según recoge el Financial Times.
Imagen | Zenobē
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La noticia Escocia tiene un plan para superar uno de los grandes retos de la energía renovable: una megaplanta de almacenamiento fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .
Fuente: Xataka
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