Este edificio cambió el mundo e inspiró Separación: aquí nació la tecnología que usas a diario

Este edificio cambió el mundo e inspiró Separación: aquí nació la tecnología que usas a diario

No exagero si digo que los laboratorios Bell en Nueva Jersey podrían ser uno de los edificios más importantes de la historia moderna. Si cada vez que ves Separación te quedas hipnotizado por esos interminables pasillos blancos y esas oficinas que parecen sacadas de un sueño inquietante, debes saber algo: ese lugar existe. Y no solo existe, sino que entre esas paredes nació prácticamente toda la tecnología que estás usando ahora mismo.

El coloso modernista que redefinió nuestra vida digital

Los laboratorios Bell son la obra maestra final del legendario arquitecto Eero Saarinen, quien falleció antes de ver completada su creación. ¿Por qué? Porque parece diseñado desde el futuro... pero en realidad fue construido en 1962. En su momento, este complejo de 185.800 metros cuadrados (unos 26 campos de fútbol) representó una revolución total en el concepto de espacio de trabajo corporativo. Todo un Apple Park de la época.

Lo más impresionante es el vestíbulo principal, con un techo de casi 30 metros de altura y una recepción central que parece flotar en el espacio. Exactamente el mismo que ves en Separación cada vez que Mark y sus compañeros llegan a la oficina. La sensación de grandeza es abrumadora, y esa era precisamente la intención: crear un templo dedicado a la ciencia y la innovación, donde los investigadores pudieran sentirse parte de algo más grande que ellos mismos.

Interior Laboratiros Bell

Tal y como explicaba uno de los arquitectos: "No queríamos un edificio convencional, sino un lugar que inspirara descubrimientos revolucionarios". El resultado es un espacio tan perfecto en su frialdad que muchos lo consideran inquietante. Pero en ese equilibrio entre belleza y desasosiego radica su genialidad. "No estábamos diseñando solo oficinas, estábamos creando el futuro", resumió uno de sus colaboradores.

Bell Separacion

Lo que cambió el mundo: las invenciones nacidas en los laboratorios Bell

Con una lista de descubrimientos que parece sacada de un libro de ciencia ficción, los laboratorios Bell se encuentran entre los centros de investigación más importantes de la historia. Y lo más probable es que usemos a diario decenas de tecnologías que nacieron allí. ¿Ese iPhone que tienes en la mano? No existiría sin el transistor, inventado en Bell Labs en 1947. El transistor es, simplemente, el componente más importante de la electrónica moderna. Sin él, no habría ordenadores personales, smartphones ni prácticamente ningún dispositivo electrónico actual.

Transistor Bell

De hecho, el depósito de agua que vemos en el parking de las oficinas de Lumon existe también en la vida real y representa al transistor que se inventó en dicho edificio. El parking, esos largos recorridos desde el coche a la impactante entrada principal, las escaleras que bajan al piso inferior... todo es igual que en la serie (o la serie es igual a la realidad).

Mapa de los laboratorios Bell Tú mismo puedes ver el entorno de los laboratorios Bell en Apple Maps

¿Te comunicas con láser? Pues sí, aunque no lo sepas. La fibra óptica que permite que internet sea ultrarrápido también nació aquí, junto con los primeros láseres funcionales. ¿Las células solares? También. ¿La tecnología que permite la comunicación por satélite? Lo mismo. Incluso el primer sistema operativo Unix, que sentó las bases para sistemas como Linux y macOS. Pero hay más, mucho más. En Bell Labs:

  • Se desarrolló la primera llamada telefónica transcontinental (1915).
  • Se inventó la transmisión televisiva (1927).
  • Se creó el primer módem (1958).
  • Se descubrió la radiación cósmica de fondo (1964), confirmando el Big Bang.
  • Se desarrollaron los primeros CCD, base de todas las cámaras digitales actuales (1969).
Separacion Bell

El edificio como personaje: por qué Separación no podía rodarse en otro lugar

La elección de los laboratorios Bell como escenario principal de Separación es premeditada. El director Ben Stiller y su equipo buscaban un espacio que encarnara la deshumanización corporativa llevada al extremo. ¿Y qué mejor que un edificio diseñado para albergar a miles de investigadores trabajando en proyectos revolucionarios, separados por departamentos, en un laberinto de pasillos idénticos?

El minimalismo del edificio, con sus largos pasillos blancos y sus espacios diáfanos, crea una sensación de desorientación perfecta para la premisa de la serie. Como dijo Jessica Lee Gagné, directora de fotografía: "Este edificio tiene personalidad propia. Es frío pero fascinante, exactamente como queríamos que se sintiera Lumon".

Más allá de la estética y los detalles técnicos, hay una ironía en que Separación se rodara aquí. Los laboratorios Bell fueron concebidos como un espacio donde los científicos tuvieran libertad absoluta para innovar. De hecho, la política era que los investigadores podían dedicar parte de su tiempo a proyectos personales.

En contraste, Lumon Industries representa el control corporativo llevado al extremo, donde los empleados están tan compartimentados que literalmente no saben qué hacen cuando no están trabajando. Cada plano, cada pasillo, cada detalle arquitectónico. Si aún no has conectado los puntos entre esta maravilla arquitectónica real y la serie, ahora es el mejor momento para hacerlo. Créeme si te digo que después de conocer la historia de los laboratorios Bell, verás Separación con una perspectiva completamente nueva.

Interior laboratorios Bell

Bell Labs hoy: el renacer de un icono

Si estás pensando en peregrinar hasta el templo tecnológico después de ver Severance, tengo buenas noticias: el edificio no solo sigue en pie. Tras años de abandono después de que AT&T se desprendiera del edificio en los 90, este coloso de cristal y acero estuvo a punto de ser demolido. Pero en 2013, el urbanista Ralph Zucker lo adquirió con una visión revolucionaria: convertirlo en lo que él llamó un "metroburb", una mezcla perfecta entre ambiente metropolitano y suburbio tecnológico.

Hoy, los laboratorios Bell se han transformado en Bell Works, un espacio que alberga desde startups tecnológicas hasta restaurantes de moda, pasando por espacios de coworking y tiendas de diseño. Relativamente cerca de Nueva York puedes visitar este lugar tan impresionante de manera libre, sin pedir permisos. Lo sé, a mi también me han dado ganas de mirar vuelos.

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Fuente: Applesfera
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