Las montañas de Aragón están plagadas de cruces cristianas. Ahora hay una batalla por derribarlas o mantenerlas
Aragón vive su peculiar "guerra de las cruces". Una que ha empezado en los montes de la región, ha saltado a las administraciones y amenaza con terminar en los juzgados. Y todo a raíz de un crucifijo de varios metros instalado en la Sierra de Albarracín, una construcción que ha dividido a parte de la clase política y sociedad aragonesa: para unos es un símbolo que debe preservarse por su valor patrimonial, histórico y simbólico; para otros, un elemento que debe retirarse por representar un peligro o directamente chocar con la aconfesionalidad del Estado.
El debate está servido.
El inicio de todo, un rayo. Si Aragón afronta desde hace unas semanas su particular "batalla de las cruces" es por un rayo. Hace unos meses, en septiembre de 2024, la Sierra de Albarracín sufrió una tormenta que afectó a la cruz de Bezas, un monumento de varios metros de altura y varios escalones situado en lo alto de un peñasco. La cruz no se cayó, pero sí se vio afectada por un rayo que, precisa Diario de Teruel, rompió parte del hormigón y dio un susto a un guardia.
¿Qué pasó? El episodio supuso un problema por varias razones. Supuestamente el rayo astilló parte de la piedra que recubre la estructura metálica de la cruz y los fragmentos cayeron cerca de un vigilante. Suficiente para que el Servicio Provincial de Medio Ambiente enviara una carta al Ayuntamiento en la que planteaba retirar el monumento. Entre otras razones alegaba que actúa de pararrayos durante las tormentas, un riesgo que podría aumentar ahora que su metal queda al aire.
"Un riesgo medioambiental". El informe regional en el que se argumentaba que la cruz representa "un riesgo medioambiental" convenció al Consistorio, que dio luz verde al derribo. Más allá del peligro que pueda representar, la cruz es popular en la zona (da nombre al peñasco sobre la que se levantó), pero no es especialmente antigua ni hay una unanimidad clara sobre su valor histórico.
El monumento se instaló en julio de 1939, en recuerdo del Batallón 135 Bailén, pero Alfonso Casas, experto en la guerra civil española, explicaba hace poco en una entrevista con Diario de Teruel que a su parecer "no es propiamente un vestigio de la guerra". Es más, en su opinión tampoco tiene un valor artístico especial.
Y llegó el debate. No todos opinan igual. La decisión de derribar la cruz no gustó por ejemplo a Abogados Cristianos, que hace unos días presentó un recurso ante el Juzgado Contencioso-Administrativo de Teruel. Su argumento es simple: la cruz lleva varias décadas en el mismo estado (presentaron un vídeo en el que aseguran que puede verse cómo en los 80 la estructura ya tenía los mimos desperfectos que ahora se achacan al rayo), por lo que no hay motivos para retirarla de la peña.
"Este monumento, erigido en 1939, alcanza los tres metros con la peana y es un importante símbolo de cristiandad en el valle", resaltala entidad, que se queja de que "todo lo que recuerda que España es y debe permanecer católica" produce "una extraña urticaria" en las instituciones. Para reforzar su reclamación ha iniciado además una recogida de firmas que respaldada por más de 13.300 personas.
Más allá de la cruz de Bezas. Hasta aquí el caso es interesante pero afecta básicamente al municipio de Bezas y sus vecinos. Si ha llamado la atención de medios estatales es porque el debate ha escalado y aquel rayo de septiembre ha puesto en el punto de mira otros monumentos de carácter religioso repartidos por las montañas aragonesas. Uno de los actores clave de ese debate ha sido Vox, que ha aprovechado para ir más allá de la decisión de derribo de Bezas.
Su portavoz en las Cortes de Aragón, Alejandro Nolasco, ha avanzado dos decisiones del partido. Primero, reclamar en los juzgados que se mantenga la cruz de Bezas. Segundo, impulsar una iniciativa para que "todos los bienes históricos y artísticos que los talibanes del PP y PSOE quieren destruir" sean declarados BIC. "Vamos a vivir tiempos en los que las cruces se van a derribar poniendo excusas medioambientales, paisajísticas. Eso sí, vía libre para molinos y placas".
"Contribuye a la degradación". Vox ya se ha propuesto lograr la etiqueta (y blindaje) de BIC para monumentos situados en el pueblo viejo de Belchite, los pinares de Venecia, Monzón, Barbastro o Teruel, donde quiere protección también para la cruz situada en la plaza del seminario. Sin embargo se ha encontrado con otro colectivo que aboga por algo muy distinto: el Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL). De hecho la entidad ha lanzado una campaña para exigir la retirada de símbolos religiosos repartidos por las cumbres de Aragón.
"Las montañas aragonesas son espacios frágiles que ya sufren una fuerte presión por la actividad humana", argumenta la asociación, que insiste en que la presencia de cruces metálicas afecta al ecosistema y son un peligro para los excursionistas, sobre todo durante las tormentas. "La instalación de elementos artificiales contribuye a la degradación de estos espacios, muchos catalogados".
El gran debate de fondo. No es el único argumento que esgrime MHUEL, que apunta también al gran debate de fondo: los símbolos religiosos en plena montaña. "La presencia de símbolos cristianos en espacios naturales públicos contraviene el principio de aconfesionalidad del Estado recogido en nuestra Constitución", zanja: "Las montañas son patrimonio de todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias, y deben mantenerse libres de símbolos religiosos que representan solo a una parte". De ahí que la entidad abogue por extender el criterio de Bezas.
Pero… ¿Cuántas hay? Buena pregunta, difícil respuesta. La de Bezas no es la única cruz que corona peñascos o cimas. En la Peña Oroel hay otra muy popular, igual que la de la de la cima del Aneto, que saltó a los medios en 2013 después de que el Ayuntamiento de Benasque decidiese retirarla para repararla. En 2024 Hoy Aragón precisaba que en las montañas hay diferentes tipos de cruces con un valor religioso o civil, desde indicadores de santuarios o ermitas a guías para peregrinos, homenajes a fallecidos o conmemoraciones de acciones bélicas.
El Sistema de Información del Patrimonio Aragonés (SIPCA) precisa que hay cientos de cruces de término y peirones repartidos por la comunidad. En concreto durante las dos primeras fases del inventariado ha sumado 800 construcciones de ambos tipo en Zaragoza y parte de Huesca, aunque las "cruces de término" tienen peculiaridades que la diferencian a priori de la de Bezas. Para empezar tienen la categoría de BIC, reconocida en el BOE, y el propio Sipca las considera "un elemento crucial en la configuración histórica de nuestro paisaje".
Imágenes | Ayuntamiento de Bezas
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La noticia Las montañas de Aragón están plagadas de cruces cristianas. Ahora hay una batalla por derribarlas o mantenerlas fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .
Fuente: Xataka
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