El otro gran reto de los vehículos autónomos: aclarar las responsabilidades en caso de siniestro
Domingo 18 de marzo de 2018. Al filo de las diez de la noche. Elaine Herzberg empuja su bicicleta por una de las amplias carreteras de Temple, en Arizona (EEUU). Hace rato que es de noche ya, las farolas apenas iluminan el asfalto y la ropa oscura que viste Herzberg la convierte en poco más que un borrón difuso en mitad de la calzada. Mientras avanza en dirección al poblado de North Mill Avenue, un Volvo XC90 de color planteado sale de la oscuridad a 63 kilómetros por hora y la arrolla. Herzberg apenas tiene tiempo de reaccionar. Tras el volante del Volvo —en el asiento del conductor— se distingue el rostro desencajado de Rafaela Vásquez. Al notar la violencia del impacto sobre el capó sus ojos destilan miedo. Y confusión. Segundos antes de arrollar a Herzberg, Vásquez miraba un vídeo en su smartphone , aún apoyado sobre el salpicadero del vehículo. El choque resulta fatal . Herzberg sale despedida y muere a consecuencia del impacto. Cuando poco después llegan las cámaras de televis