'DOOM: Eternal', primeras impresiones: fidelidad a la esencia de rock, demonios y violencia de la serie, con algunos detalles de madurez
'DOOM' es una de esas franquicias a la que los fans no acercamos con cierta precaución y rezando para que en cada nueva entrega no nos encontremos demasiados cambios. Es paradójico teniendo en cuenta que la primera iteración, de 1993, en su día fue absolutamente revolucionaria y, aunque no fue el primer juego de disparos en primera persona, su éxito, su ritmo, su imaginería y su sistema de distribución y venta cambiaron los juegos de acción en PC para siempre. Un buen 'DOOM' (una saga que, seamos justos, no ha sufrido demasiado con las sucesivas secuelas: todas son interesantes y no se ha pecado por exceso con ellas) debe mantener ciertas características innegociables. Tiene que haber ciencia-ficción y demonios (y debemos ver a algunos muy específicos, del Cacodemonio al Aracnotron), violencia excesiva y arsenal grotesco. Debe de ser un juego sencillo y directo, ir al grano y hacerlo a toda velocidad. Un 'DOOM' nunca puede ir a cámara lenta, y debe premiar e...