La tragedia de los contenidos digitales es que cada vez somos menos propietarios de lo que compramos
Es fantástico eso de poder acceder a todo tipo de contenidos sin que nos tengamos que mover de casa. Los formatos digitales lo han revolucionado todo y han permitido disfrutar de la música, los libros, los videojuegos o las películas y series cómo, dónde y cuándo nos apetezca. Todo parecen ventajas en un modelo que ha impulsado el auge del streaming, pero la cosa no es tan estupenda si hablamos de nuestras compras de bienes online. El propietario de esa peli o videojuego que has comprado (probablemente) no eres tú . Es la empresa a la que se lo compras. Que no, que lo que compras no es tuyo ¿Ese libro electrónico que has comprado para tu Kindle? No es tuyo . "El Proveedor de Contenidos le entrega a usted el Contenido Kindle bajo licencia, no a modo de venta". No lo digo yo: lo dicen los términos de uso de la Kindle Store. Este tipo de realidad ha generado polémicas en el pasado , pero es que solo es uno de los muchos ejemplos de esta circunstancia. Con las películas