Las ciudades se vaciaron durante la pandemia. Las ratas lo aprovecharon para imponer su reinado
Quizás no sea el mejor amigo del hombre, pero desde luego la rata sí es una de sus compañeras más fieles y empecinadas. Donde hay humanidad, hay roedores dispuestos a darse un banquete con su basura. Estaban en Roma , estaban en los galeones que navegaban a las Américas y aún están hoy, en pleno siglo XXI, en nuestras ciudades. Incluso en las más modernas. Bien lo saben en Nueva York, donde se encuentran con una herencia envenenada de la pandemia del COVID-19: un aumento de avistamientos de roedores. El problema es que también eso supone un reto para la salud . A finales de 2021 el New York Times lo concretaba con datos . Si entre enero y noviembre de 2019 los neoyorquinos habían llamado a las autoridades para alertar de 15.000 avistamientos de ratas, el año pasado la cifra se había disparado a 21.000. El número de inspecciones se duplicó y para otoño se contabilizaban 15 casos de leptospirosis , una enfermedad bacteriana que puede propagarse a través de la orina de los roedores y