Ante sequías cada vez más duras, estamos buscando respuestas en algo descartado hace 10.000 años: cereales perennes
Hace 10.000 años, cuando los seres humanos empezamos a cultivar las primeras plantas, cometimos un error garrafal: escogimos los cultivos anuales. Hoy por hoy, la base alimenticia del mundo se basa en plantas que nacen cada año, generan semillas cada año y mueren cada año. Ahora, con el cambio climático y la sequía amenazando las principales zonas cerealísticas del mundo, es hora de preguntarse si eso sigue teniendo sentido. Anuales vs perennes. El trigo, el arroz, el maíz o la cebada, por hablar solo de los más consumidos, son cultivos anuales y es lógico que así sea. Hace 10.000 años los proto-agricultores humanos no entendían muy bien lo que estaban haciendo: pero se dieron cuenta rápidamente de que algunas crecían rápidamente y otras no. Escogieron los primeros y, gracias a que fueron seleccionando las mejores semillas año a año, encontraron variedades que crecían aún más rápido (y producían mayores cantidades de alimento). Así fue como los cereales anuales cimentaron su éxito